Te odio.
Es algo que jamás pude decir, es algo que mereces escuchar, es algo que todos sabiendo lo que me hiciste sienten por ti y yo no debería callar .
Es lo que yo siento.
Es lo que debería sentir ahora.
Pero no puedo, odio la parte de ti que me lastimo, odio tú egoísmo y como mis lágrimas no te detuvieron de tocar mi alma sin que mis ojos estuvieran abiertos.
Odio todo aquello que hiciste mal, todo aquello que hace que la parte de mi que aún te quiere se sienta culpable por hacerlo.
Odio que aún puedo recordar como me tomaban tus manos con suavidad pues no sabías como amar pero lo querías intentar.
Odio como no recuerdo tus besos pero si el amor que sentía en ellos, odio todo aquello que me hace sentir que me amaste.
Pues no sé por qué lo harías si te esmeraste en destruirme, pues te esmeraste en tomarme entre tus manos y tocar todo aquello que era mío, robarmelo, quitarme mi alma para luego solo romperla con cada palabra, y acción, con cada golpe que desvestía mi ser y me dejaba vulnerable, que me dejaba como tú te sentías.
Odio que una parte de mi, aún cree que dentro de ti sigue él, él hombre que aquella vez me pidió con una flor que le entregará mi corazón, odio sentir que está versión de ti que odio lo tiene prisionero y no lo deja venir a despedirse de mi .
Pero lo que más odio es que esto no lo leerás, no sabrás que odio amarte o al menos que odio aún amar a la persona que creí que eras, a la persona que quiero y debería odiar sin delimitar en cada parte buena del camino.
Por qué te odio
Pero no odio lo que tuvimos.
Con dedicatoria.
«Para él chico de la electricidad».
