DEPRAVITY!!!

capitulo treinta dos

JIMIN

NO HAY PALABRAS para describir lo que se siente cuando un hombre
de más de dos metros, muy musculoso y tatuado, se abalanza de repente sobre ti.

Grité e intenté salir corriendo de la cama. Fue demasiado rápido. Sus manos me rodearon
la cintura y me obligaron a ponerme de espaldas. Se colocó a horcajadas sobre mis caderas y
alargó la mano para desatar el nudo del cabestro que me rodeaba el cuello.

Le arañé las muñecas . Con un gruñido,mientras me arrancaba los botones de mi camisa lo sostuvo entre las manos.

Enarcó una ceja mientras miraba el nudo en el centro de la larga tira de tela negra. Luego
bajó la mirada hacia mi boca.

—Creo que sé cómo darle un buen uso a esto.

Me quedé con la boca abierta antes de cerrarla. Grité con los dientes apretados:

—No te atreverías.

Puso una mano a cada lado de mi cabeza y se inclinó hacia abajo. El movimiento empujó su polla en mi estómago.

—¿No has aprendido  que me atrevo a todo lo que me de la gana?

Me besó con fuerza en los labios antes de inclinarse hacia atrás. Volvió a levantar la tela.

—¿Vas a ser un buen chico?

Mis ojos se entrecerraron mientras sacudía mis caderas, tratando de desalojarlo.

—Vete a la mierda.
Sonrió.

—Amordazado será.

A pesar de mis movimientos y protestas, me agarró la mandíbula y presionó las yemas de
sus dedos en mis mejillas. Mis dientes cortaron el interior de las mismas. No tuve más remedio
que abrir la boca. Deslizó el nudo de tela entre mis dientes antes de ponerme boca abajo. Me
ató la correa del cabestro alrededor de la parte posterior de la cabeza, anclándola en su sitio.
Levanté los brazos para desatarla, pero él sujetó sin esfuerzo mis pequeñas muñecas con su
mano firme, inmovilizando mis brazos a la espalda.
Con su mano libre, me quitó los zapatos . Luego pasó la palma de la mano por la parte
posterior de mi pierna.

Contuve la respiración. Fue cuestión de segundos que él
descubriera… jungkook se rio:

—Vaya, pícaro. Una tanga sexy y de color rojo —

Jungkook gruñó en mi oído e
hizo chocar contra la sensible piel de la parte posterior de mi muslo. Di un respingo por el agudo mordisco de dolor

Inclinó su cuerpo sobre el mío, aprisionándome. Pasó el dedo por donde mordió

—¿Te has puesto esto solo para mí?

No.
Sí.
Tal vez.
Maldito sea.
Luché contra su mano de sujeción, que aún tenía mis brazos inmovilizados, mientras le
maldecía a través de mi mordaza.

—Malditf ooo. Uf ie ee!

Me soltó los brazos, pero solo para poder acceder a tocar más mi piel
Cuando intenté zafarme, se puso arriba mío sin poner todo su peso en mi espalda me dominó Mis movimientos solo le ayudaron a
despojarme de mi tanga Lo tiró al suelo junto a mi camisa . Me dio vuelta me puso de espaldas y me apresuré a apoyarme en el cabecero de la cama. Me había dejado con mi camisa desabrochado y  con la mordaza y el collar que llevaba su anillo familiar

Si su mirada de zafiro era una llama azul, habría quemado cada centímetro de mi cuerpo.
Se levantó del colchón, elevándose sobre mí.

—Non ti lascerò mai alzarti da questo letto.