DEPRAVITY!!!

capitulo treinta y siete

MINNIE:

DEJANDO SU LUJOSO AUTO DEPORTIVO EN EL GARAJE,

nos fuimos en un Range Rover negro menos llamativo. Al parecer, la casa de seguridad estaba en un barrio tranquilo y jungkook no
quería llamar la atención llegando en un Mercedes de cien mil dólares. Ninguno de los dos
habló durante todo el trayecto desde el centro de Seul hasta uno de los barrios del norte.

Giramos en una calle bordeada de pequeñas casas de ladrillo de dos pisos, comunes en todo seul. Sabiendo lo que sabía de las casas seguras solo por las películas, supongo que era
perfecto. Cada casa parecía idéntica y anodina. En otras palabras, ninguna gritaba que en esta casa estuviera ocurriendo una mierda mafiosa super terrorífica, lo que supongo que era el objetivo.

Dimos la vuelta al callejón y aparcamos en un garaje independiente. Jungkook me advirtió que caminara despacio y que no mirara a su alrededor ni pareciera ansioso. Respirando hondo, pasé
mi mano por su brazo e hice todo lo posible por parecer tranquilo y despreocupado mientras
recorríamos el viejo camino de cemento, plagado de grietas y maleza, hasta la puerta trasera de la casa.

Jungkook golpeó la puerta con los nudillos. Estaba un poco decepcionado que fuera un golpe ordinario y no una especie de código secreto, doble, simple y doble. Al cabo de unos segundos,

un hombre corpulento que permanecía oculto en las sombras de la pequeña sala de barro abrió la puerta.

Jungkook me puso la mano en la parte baja de la espalda y me hizo pasar al interior.
La casa estaba fría y silenciosa. Todas las ventanas estaban cubiertas por pesadas cortinas
que oscurecían la habitación. Varios hombres vestidos de negro con armas semiautomáticas
saludaron a mi novio con una inclinación de cabeza, pero no dijeron nada. Me froté los brazos
mientras un escalofrío me subía por la espalda.

-¿Dónde está seojin? -pregunté.

-En un minuto, primero tú y yo tenemos que hablar -respondió jungkook

-Prefiero ver a seojin.

Jungkookme dedicó una sonrisa triste.

-Entonces una vez más me veo obligado a decepcionarte, bebe

Enredando sus fuertes dedos en la parte superior de mi brazo, me acompañó y arrastró
hasta la cocina y el salón, y luego subió la escalera. Eligió el primer dormitorio de la derecha.
Me empujó por el umbral antes de ladrar una orden en italiano al hombre que custodiaba el pasillo
mientras cerraba la puerta de golpe. Luego se apoyó en la puerta y cruzó los brazos sobre el pecho

Me adentré en la habitación, sintiendo la tensión como un humo espeso que me rodeaba
lentamente, cortándome el aire.
Jungkook me clavó esa mirada oscura que siempre me pareció tan aterradora y a la vez
hipnotizante. Inhaló una profunda bocanada de aire, que pareció dejar salir a través de los dientes apretados. Cuando habló, su voz era profunda y tranquila, como si midiera
cuidadosamente cada palabra.

-Se acabó el tiempo de los juegos,jimin . Mañana a primera hora te llevaré al juzgado y
nos casaremos.

No hay propuesta.
Sin arrodillarse.
Sin declaración de amor.
Sin anillo.
Solo un ultimátum.
No, no un ultimátum.
Un ultimátum implicaría que al menos tenía que elegir.
Cogí su anillo sellado, que aún llevaba en una cadena alrededor del cuello. El calor de la
plata ofrecía poco de su habitual comodidad.

-Así que la semana pasada, cuando creí que estábamos haciendo un verdadero esfuerzo
por conocernos para ver si esta relación podía funcionar y si iba a vivir contigo o no, ¿para ti
fue solo un juego?"