Hola! He tardado un poco más en subir esta escena pero lo cierto es que he estado muy ocupada y regresó muy tarde como para hacer otra cosa que dormir.... pero aquí esta la parte cinco de la historia de Einar y Aria! espero que les guste no olviden decirme que les gusto y que no tanto, acepto criticas constructivas :)
Desperté en su cama.
Era la segunda noche que pasaba fuera de mi hogar y despertaba en la cama de un vikingo.
Pero esta vez el guerrero en cuestión, no estaba.
Levante mi cabeza de entre las almohadas, una parte de mi se sintió aliviada al comprobar que Einar no estaba, pero otra más grande y peligrosa lloro su ausencia.
- Esto es ridículo. - me regañe apartando las sabanas de un empujón. - Einar es un engreído, prepotente orgulloso y que aparte cree que soy de su propiedad - me recordé mientras caminaba por el pequeño cuarto.
-¿Siempre eres tan dulce por las mañanas, Valkiria? - La voz que procedente detrás de mi me dejo helada.
Voltee con un brinco sorprendida más que asustada, Einar me miraba serio, pero sus ojos delataban su risa.
- Solo cuando despierto en un siglo equivocado con un guerrero vikingo en la cama. - espeté con rudeza. Me crucé de brazos - aparte no tengo ni mi café, ni mi desayuno.
-Te comportas como una cría. - me dijo divertido sacudiendo la cabeza, su pelo lo siguió de cerca y yo me sentí babear. Dios que tenía hambre y no precisamente de comida, mmmm.
-Tengo que irme. - soltó Einar de repente, lo miré con la ceja arqueada. Su atuendo era parecido al del día anterior, pero esta vez la camisa era gris y le sentaba de muerte.
-¿Y que se supone que haga yo aquí, sola? - inquirí.
-Puedes venir conmigo, pero tendrás que pegarte a mis talones.
Mi humor mejoro enseguida.
-sí, sí, sí. Lo prometo - me miró con una sonrisa pequeña y luego se quedo serio.
-Espera aquí. - dicho eso, tomo una bolsa de cuero de una de sus repisas, la amarro al cinturón de su cadera y se fue.
Se fue.
¿Qué diablos?
Hijo de...
- ¡Me dejó! - grité indignada. Una parte de mi quiso abrir la puerta y seguirlo, pero mi conciencia me advirtió que eso sería una muy mala idea, lo que menos necesitaba Einar en su vida era que una mujer del futuro se pusiera a dar botes indignada por toda la aldea.
- Maldito seas. - mascullé mientras me cruzaba de brazos y me sentaba sobre la cama aun mascullando maldiciones por lo bajo.
Después de veinte minutos bien transcurridos la puerta de la entrada se volvió a abrir, Einar entro con un puño de ropas bajo su brazo y un bolsa que me aventó al regazo.
La abrí aun algo mosqueada con él, pero mi enojo desapareció cuando vi un puñado de moras y otras frutas de apariencia exquisita.
Las tome una por una y las fui comiendo sin decir palabra, encantada con el dulce sabor.
Cuando las termine me sentí ruborizar. Aquí estaba yo maldiciendo a Einar en cada lenguaje que conozco, que en mi defensa no son variados, y él sólo había ido a buscarme algo para desayunar... de verdad que era difícil de complacer en las mañanas...
-Gracias. - dije sin poderlo ver a los ojos. Soltó una carcajada ronca.
-Oh, por Thor. - dijo entre risas. - ¿cuántas veces le pediste a Loki que viniera por mi alma? - inquirió- ¿veinte, treinta?
-¡Sólo unas tres! - me defendí.
- Valkiria, eres de armas tomar.
Me ruboricé más, Einar sonrió ampliamente, y yo le pegué un manotazo en su brazo.
- Deja de jugar conmigo. - lo regañé juguetona.
¿Qué estaba haciendo?Aquí estaba yo, bromeando alegremente con un vikingo.
Me había teletrasportado a una época cientos de años antes de mi tiempo, solo con una pijama y la leve posibilidad de volver a mi vida real.
¡Ah! Y resulta ser que el hombre con el que estaba ya había soñado conmigo y yo con él. Y no sólo eso, el hijo de la chingada me había hecho tocar las estrellas más veces de las que mi orgullo me permitiría admitir.
Todo eso en 24 horas...¡y solo era lunes!
Einar me levantó suavemente y luego se alejo de mi.
-Vamos, vístete.
lo mire sorprendida.
-¿Qué me vista?
Eso pareció hacerle gracia, se cruzó de brazos y me miró con una ceja arqueada.
Odio a los hombres que logran hacer eso y verse bien.
-¿Piensas salir así? - me dirigió una mirada digna de una diva de belleza y yo lo imaginé diciendo en un tono afeminado mientras me señalaba con su brazo musculoso, "¡chica! ¿esos zapatos con esa blusa? Ewww, ¡no!"
-Okey, entiendo. - dije conteniendo una burbuja de risa. - me cambiaré.
Esperé en silencio a que él se volteara para darme privacidad, pero solo alzo una ceja altiva y me miró con un fuego burlón en sus ojos azules.
- No tenemos todo el día, valkiria.
Lo miré sin podermelo creer. ¿Qué intentaba hacer? ¿esperaba que yo le siguiera el juego? ¿o me estaba provocando para que me fuera indignada mascullando lo pervertido que es el sexo masculino? Si ese era el caso, se iba a llevar una decepción, estaba harta de guardar mi cuerpo solo para mi, ya era hora de empezar a compartir.
Lentamente comencé a desabotonar la blusa de pijama, tuve mucho cuidado de no dejarla caer, cuando le hice ver que la blusa solo era sostenida por la presión que estaba ejerciendo con mis brazos, Einar soltó un gruñido ronco y sus ojos perdieron todo brillo de diversión, de repente eran de un azul oscuro muy parecido al gris, sus labios permanecían entreabiertos y yo pude imaginarme perfectamente lo que se sentiría atrapar su labio inferior con los dientes.
Lentamente deje caer la blusa hasta el piso...
¡Eso es todo por hoy! Perdón por el final precipitado, prometo recompensarles en la siguiente entrega! un beso de buenos días o buenas noches para todos!!
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Mi vikingo y yo
Romance- esto no es verdad. - negué con la cabeza mirando a los hombres vestidos en armaduras de metal y pieles de animales. las montañas eran gigantes y tocaban las nubes, no se escuchaba nada mas que el sonido de animales que no se alcanzaban a distingu...