Holaa! espero que este capitulo les guste, tarde un poco mas en escribirlo porque ya he vuelto a clases y eso me complica un poco las tardes para ponerme a escribir, aun así intentare subir por lo menos una vez a la semana :3
Cuando Einar blasfemo alejándose de mi como si le pudiera contagiar una enfermedad mortal y cerro la puerta con un porrazo sin siquiera voltearme a ver, mi corazón dio un respingo en señal de protesta.
Todo estaba callado a excepción de mi respiración agitada, contuve las ganas de llorar pensando en la mirada de Einar, como si me tuviera miedo, me dije acongojada.
Suspire intentando acomodar mi pelo revuelto al tiempo que me levantaba de la cama, mi vestido estaba algo arrugado y decidí que no abría mejor venganza que pasearme por la casa de Einar sin nada puesto.
Coloque mi vestido, y en un movimiento descarado por mi parte, mi ropa interior sobre un baúl enorme y de aspecto limpio. De hecho, toda la habitación parecía haber sido limpiada y desempolvada, me pregunte si Einar se encargaba de la limpieza. Tome nota mental de encargarme yo de mantener comida en la mesa y la casa en buen estado, por lo menos el tiempo que estuviera viviendo con el.
En Nueva York no había ni un solo momento de silencio, siempre podas oír a los carros y camiones pitando y a los conductores gritando obscenidades. Las luces nunca se apagaban y las risas y centenas de personas hablando normalmente me molestaban a la hora de descansar o intentar concentrarme en alguna tarea importante, pero ahora me encontré extrañando los latidos de la ciudad, puede que antes necesitara concentrarme en mis pensamientos, pero hoy por hoy, era exactamente eso lo que quería evitar.
Di vueltas por toda la casa, descubriendo que tenia un cuarto con varias cuerdas, pinzas y canastos. Era el cuarto de lavado, igual de pulcramente ordenado como el resto de la casa. Empecé a apreciar el método limpio de Einar, era una de las cosas que me encantaban de el.
La cocina era una mesa de madera tallada oscura y una silla a juego, por alguna razón mi corazón se encogió al tocar la cabecera de la madera oscura pulida, Einar no tenía a nadie con quien compartir su hogar, no había nadie a quien invitar a sentarse a probar fruta fresca o una ternera humeante.
Por alguna razón, me alegre de ser yo la que estuviera vagando por su casa, y no Krista o cualquiera de las otras mujeres que pretendían casarse con el.
Estaba desnuda, en una casa vacía, con un hombre que prefirió emborracharse que dejarme entregarme a el, pero nunca me había sentido tan completa como en ese momento.
Encontré un baño, o lo que parecía como un baño. En realidad consistía en varios jarrones grandes y el famoso orinal, uno creería que en varios siglos a alguien se le ocurriría una manera menos humillante de hacer nuestras necesidades fisiológicas... bueno, ese alguien estaba equivocado.
agarre un pequeño espejo roto, no era mas grande que mi mano entera, pero serviría.
Me examine las ojeras algo marcadas por la falta de maquillaje, mis ojos se veían cansados y tristes y mi mirada era desganada. me acomodé el pelo revuelto y lo cepille con los dedos hasta quedar satisfecha con el resultado, al final, estudié mi cuerpo con ojo critico, si bien no tenia el cuerpo de modelo de ropa interior, no me sentía subida de peso. Reflexioné, puede que Einar quiera a una mujer mas pechugona. Me mire sin descaro alguno y torcí el gesto ante lo que vi , bien podría esperar sentado, estas chicas no pasan de copa A.
Mi humor empeoro conforme pasaban las horas y Einar no aparecía. me acabe poniendo una camisa gris larga que el había dejado doblada de su lado de la cama, me tape hasta el cuello de sabanas al sentir el frió de la medianoche, y cerré los ojos.

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Mi vikingo y yo
Romance- esto no es verdad. - negué con la cabeza mirando a los hombres vestidos en armaduras de metal y pieles de animales. las montañas eran gigantes y tocaban las nubes, no se escuchaba nada mas que el sonido de animales que no se alcanzaban a distingu...