16. Hold on for dear life.

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Advertencia: Este capitulo contiene partes que pueden ser consideradas "violentas"

Lean según su criterio ;)

Me quede mirando los ojos pardos y fríos de Adam, no podía creer lo estúpida que había sido. ¿En que fregados estaba pensando alejándome tanto de la aldea?, su mano seguía posada sobre mi boca evitándome gritar, aun así, dudaba mucho que pudiera emitir algún sonido, mi voz parecía haberse ido de vacaciones junto con mi sentido común.

Sentí el filo de una daga rozar mi costado, un gemido de miedo burbujeo en mi garganta pero el sonido jamas salio, escuche la risa de Adam, podía sentir su excitación enfermiza presionar entre mis nalgas, me sentí asqueada de ser parte de su juego perverso, pero nada parecía poder hacer para evitarlo.

Lagrimas comenzaron a deslizarse silenciosas por mis mejillas. La imagen de Einar sonriendo en la cama mientras yo besaba su abdomen y era recompensada por un gruñido de ronco placer, me tranquilizo un poco mientras en la realidad era llevada por la fuerza hasta un tronco donde Adam recargo todo su peso en mi cuerpo, impidiéndome momentáneamente respirar.

La daga seguía rozando mi carne, picando mi piel levemente, sentí la sangre mojar todo el camino de mi costado a mi muslo, donde las manos de Adam comenzaron a manosearme, sacudí la cabeza, una mezcla de frustración y coraje me invadieron. No podía dejar que esto pasara, primero muerta antes de dejarme tocar por un hijo de puta con complejo de hombre lobo.

- ¡SUÉLTAME! - el grito surgió desde el fondo de mi estomago y vibro con fuerza, comencé a sacudirme como fiera al tiempo que le hincaba los dientes en su mano, comenzo a pegarme en la cabeza con su puño libre en un intento desesperado porque yo le soltara, pero en su lugar aumente la fuerza en mi mandíbula hasta sentirla crujir. Sacudí la cabeza como si fuera un perro con un hueso; su sangre me lleno las fosas nasales y mi boca se empapo de ella, pero me negué a que me diera asco, escuche su aullido de dolor con una satisfacción de la que jamas me había sentido capaz al herir a otro ser humano, me sorprendía hasta donde estaba dispuesta a llegar por sobrevivir, pero no pensaba dejar que mi conciencia cristiana me venciera en ese momento.

Adam gritaba obscenidades intentando zafarse de mi agarre, comenzo a darme golpes en la cabeza con su puño cerrado, mi cabeza retumbaba con cada azote pero me mantuve firme, aun cuando comencé a ver sentí la daga encajarse un poco mas en mi carne y eso me detuvo unos segundos, Adam se libero de mi mordida con una sacudida que me doblo la cara hacia la suya, sus ojos estaban abiertos como platos abarcando una porción considerable de su cara, su nariz se movía con cada respiración, y sus labios tenían un rictus a medio camino entre la sorpresa y el odio puro.

- Perra. - Su puño hizo contacto con mi cara. Vi estrellas girando a mi alrededor y puntos negros apoderándose de mi vista, mis puños se cerraron sobre la tierra, descubrí entonces que su bofetada había sido tan fuerte como para mandarme unos metros hacia atrás y contra el suelo.

Apoye una mano sobre mi mejilla y labio partido. Mi vestido estaba manchado de sangre en aquel punto que el había mantenido su cuchillo presionado, intente levantarme pero el dolor se apodero de mi como un rayo, recorriendo todo mi cuerpo y paralizándome de dolor.

- Alguien debería enseñarte a respetar a tu dueño. - Adam se inclino frente a mi, yo retrocedí hasta chocar contra el tronco de un árbol, bichos del bosque bailaban entre mis dedos pero estaba demasiado asustada para moverme. Mi atacante escupió a mis pies, su mano apretaba la herida que le había ocasionado mi mordida, que comprobé con orgullo, estaba sangrando a raudales, iba a necesitar puntos.

- No tomo ordenes de puercos. - repliqué asqueada, me quite el pelo de la cara con una sacudida pero jamas aparte mis ojos de los de el. Su cara enrojeció después de pasar por todo tipo de tonalidades coloridas, mi respuesta fue correspondida por su pie aplastando mi traquea, luche sacudiendo manos y piernas todo lo que pude, patalee y lo rasguñe hasta hacerlo sangrar pero su fuerza no aminoro, sentí mis ojos lagrimear y mis pulmones quemaban por la falta de oxigeno y mi visión comenzaba a fallarme, intente gritar por ayuda, a sabiendas que nadie podía oírme, me encontré queriendo decir el nombre de Einar aun que fuera solo una ultima vez...

Mi  vikingo y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora