Aquí esta el nuevo capitulo, perdón por el problema que tuve (subí el borrador por accidente el día de ayer) pero espero que disfruten mucho leyendo. <3
Wulf resulto ser un hombre de personalidad abierta y muy carismático. De un físico de muy buen ver: un cuerpo de piel dorada y pelo rubio trenzado, ojos color verde esmeralda. Sus facciones parecían trazadas con cuidado y esfuerzo, cualquiera que lo viera no podría hacer mas que silbar por lo bajo y aceptar que los dioses sabían como hacer su trabajo.
Aun que nuestro anfitrión fuera la viva imagen de un dios griego, yo no tenía ojos para los hombres de cara bonita, el único que me podía hacer estremecerme interiormente en dulce expectativa, era un demonio de ojos azules como el hielo y una sonrisa que decía lo mucho que disfrutaría con tu cuerpo si se lo permitías. Y ese Íncubo me estaba mirando como si pudiera devorarme en cualquier momento.
Einar poso una mano en mi muslo interno y trazo pequeños círculos. Sonreí tensa a algo que me decía Wulf sobre no se que cosa y asentí rezando que no me hubiera preguntado nada. Solo podía concentrarme en las caricias de unos dedos que comenzaban a subir cada vez mas su exploración a mi centro, que comenzaba a sentir cada vez mas caliente.
- ¿estas bien, Aria? - mire al hombre de ojos verdes que me miraba con una chispa de diversión en sus ojos. Asentí frenética y aleje la mano de Einar de mis muslos mojados.
Estábamos sentados en el piso alrededor de una mesa bajita, era de una madera que jamas había visto, solo eramos nosotros tres, pero la mesa podría haber sido para fácil diez personas mas, la casa del líder de la aldea era de verdad impresionante, pero me encontré extrañando la humilde casa en la que había estado viviendo esa ultima semana.
- si. - dije carraspeando, capte la mirada traviesa de Einar y en un momento de enojo le di un codazo en las costillas, lo escuché soltar un quejido que sono muy parecido a una risa, pero por mi orgullo preferí dejarlo correr.
- ¿que me decías? - agregue con la esperanza de no quedar como una real estúpida en la cena mas importante de mi vida (según Kira).
- te preguntaba sobre tu estancia en nuestra aldea. - dijo con delicadeza, demasiada, delicadeza.
Parpadee sin saber que decir, siendo sincera no creí que tuviera que pasar por aduanas o migración como en Estados Unidos, pero tal parece me había equivocado, de nuevo.
Einar se tenso un poco a mi lado y me coloco sus brazos sobre mis hombros como un gesto claro de posesión, yo lo deje hacer porque seguía sorprendida por el desenlace de la noche.
- ella esta conmigo, Wulf. - dijo Einar con la misma suavidad de terciopelo que uso su superior conmigo unos segundos antes. - su estancia es en mi hogar y es bienvenida el tiempo que desee quedarse.
- ella no es de aquí, Einar. - respondió el rubio, sus ojos brillaron pidiendo disciplina, si Einar hubiera sido un cobarde hubiera bajado la mirada en signo de acuerdo y docilidad, pero Einar mantuvo la barbilla alta, su mirada reflejo una terquedad que yo sabía, sería un problema si algún día yo fuera victima de esa emoción. - debe volver con los suyos, o nacionalizarse.
- ¿nacionalizarme? - balbucee.
- casarte. - respondieron ambos al unisono.
-hum. - eso sería un problema.
Nos quedamos en lo que pareció el primer silencio incomodo de la noche. Wulf dejo el tema por completo y juntando sus manos nos invito a comer, era una carne suave y blanca así que deduje que era de algún ave, supuse que era mal momento para ser vegetariana, pero bueno, en Nueva York solía hacer trampa cada sábado con una hamburguesa de doble carne, así que... ¿A quién quiero engañar?.
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Mi vikingo y yo
Storie d'amore- esto no es verdad. - negué con la cabeza mirando a los hombres vestidos en armaduras de metal y pieles de animales. las montañas eran gigantes y tocaban las nubes, no se escuchaba nada mas que el sonido de animales que no se alcanzaban a distingu...