- Capitulo 18 - Aarón y sus palabras.

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Narra Dora.

Tenía un dolor agudo en la espalda por culpa de la maldita de Jess, al haberme lanzado al aire como si lo controlará aunque se que uso levitación, me dolía la cabeza y el frío se apoderaba de mi a cada segundo que pasaba. Me forcé a abrir los ojos y darme cuenta de que me encontraba en el bosque aun fue algo que me afecto porque yo era débil en el bosque, desde que me hice enemiga de las hadas y fui desterrada me habían echado un hechizo bastante poderoso, echo por la reina Avalon.

Matías se encontraba a mi lado aun inconsciente, golpee su mejilla varias veces sin tener ni un solo indicio de su parte, frustrada y con en ceño fruncido me concentre en la energía de su cuerpo inerte, me concentre en el agua que circulaba en su cuerpo humano hacia que si pusiera rojo, sino racionaba lo iba a matar, sus labios rojizos por la sangre de lobo, seguramente consumida horas antes de venir en mi encuentro, se fueron poniéndolos palidos. 

- Mmm....- murmuro y eso fue suficiente para mi. 

Mire la maleza de mi alrededor, los Pinos, sauces y árboles llorones nos rodeaban con sus intensas raíces en la dura tierra y alguna lianas colgando, Jess nos había mandado lejos con su levitación.

- ¿Dora? ¿En donde estamos? - mire a Matías nuevamente, el color de sus labios había vuelto como también su palidez, esta con en cejo fruncido en confusión.

- ¿Crees que lo se? La maldita Danés, nos mando volando aun maldito pantano - respondí molesta. Mirando a ambos lados, no había nada que me recordara haber pasado por estos lares cuando examine todo por aquí días antes. - No recuerdo haber visitado, estos lugares.

- ¿Y no puedes examinarlo o ayudarnos a traspasarla con esa orientación que tienen ustedes las hadas? - preguntó, volqué los ojos exasperada.

- Matías. ¡Yo tengo un maldito conjuro! - exclame - No puedo hacer eso, cuando traicione a las hadas, traicione a la naturaleza, imbécil. La reina Avalon me echo un conjuro que solo ella puede revertir, ni siquiera Jared puede revertirlo. La naturaleza es amiga de las hadas, pero en mi caso es al revés, cualquier intento de orientación o que trate de usarla, ella me atacara. - dije, el bufo y se sentó puesto que estaba recostado. 

- ¿Que hacemos? - preguntó.

- No lo sé - conteste abrumada, me sentía cada vez más débil - ¿No conseguiste algún poder? - pregunte, anoche fue la luna azul, algo debió haber obtenido le tocaba ese año.

- Si. Puedo volar y usar súper velocidad al mismo tiempo. - lo mire incrédula.

- ¡Matías puedes volar! ¿¡Qué hacemos aquí cuando perfectamente puedes levantarme y salir de aquí!?  - dije eufórica.

- Estoy débil, es como si me hubieran extraído energía- dijo recostando su cabeza de uno de los tantos árboles llorones que habían.

Desvíe la mirada sabiendo que la causante fui yo, cuando quise despertarlo - ¿Cuanto tiempo te toma recuperar la? - pregunte.

- Cuando a un vampiro le extraen energía, tiene que tomarse el mínimo de seis horas para recuperar las, es bastante extenso el tiempo, pero solo pasa cuando veinte años. No entiendo como mi energía se a agotado, aun faltan cinco años para eso. - explicó, yo mire a otro lado y suspire avergonzada.

- ¿No hay otra forma? - pregunte luego de un silencio.

- Si. Beber sangre - contestó distraído con el pasto seco.

 - ¿No necesitas mucha cantidad cierto? - dije subiendo la manga de la ropa negra, mi poder al haberse debilitado, me había quitado la apariencia de hada. Deje a la vista mi muñeca.

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