ꕥ꧁༺TI͚P͚O͚S͚ D͚E͚ N͚O͚V͚I͚O͚S͚ E͚N͚ BL͚A͚C͚K͚ CL͚O͚V͚E͚R͚༻꧂ꕥ

⚡️ Luck Voltia ⚡️

Luck es el tipo de novio que. . . Le divierte causarte pequeños sustos.

Aquella era una noche tormentosa. Las nubes cubrían la luna y las estrellas, y en consecuencia la única luz que se apreciaba era la de los relámpagos, acompañados por el estruendo de los truenos. Afuera el viento soplaba con fuerza, haciendo estremecer las ramas, casi se escuchaba como el aullido de una bestia salvaje.

Al ver el clima, ¿cuál fue la brillante idea de tus compañeros? ¡Así es! Ponerse a contar historias de terror.

En el recibidor, reunidos en un círculo sobre el suelo, se hallaban Magna, Vanessa, Noelle, Asta, Luck y tú.

─ . . . Y cuando la chica creyó haber huido lo suficientemente lejos, escuchó un llanto que le heló la sangre justo detrás de ella─ contaba la bruja de cabellos rosados.

Justo en ese momento azotó una corriente de aire contra las ventanas, asemejando al sonido de un llanto.

Tragaste saliva y te aferraste al brazo de Luck, quien ni se inmutó, pues parecía picado con la historia.

─ . . . Su cuerpo entero temblaba, pero aún así reunió todo el valor para mirar lentamente hacía atrás, y en ese momento. . . ¡El fantasma sin rostro se le abalanzó!

Un rayo cayó cerca, seguido del estruendo y de los gritos de Noelle y tuyos.

Vanessa río entonces al ver los rostros asustados de sus compañeros.

─ ¿Y q-qué pasó con la chica?─ preguntó Magna.

─ Oh, bueno, nunca nadie más volvió a verla en el bosque de las brujas, lo único que se encontró de ella fue su sombrero─ aclaró, sin darle mucha importancia.

─ ¿Tienes miedo Magna?─ preguntó Luck en tono burlesco.

─ ¡Desde luego que no! Ni que esa historia fuera real.

─ Oh, pero claro que es real─ comentó la bruja─ Y dicen que el fantasma sin rostro aparece en noches tormentosas como estás. . . Peero, no tienes de qué preocuparte Magna, el fantasma sólo ataca a personas atractivas para quitarles el rostro.

─ Ay, que alivio. . . ¡Oye! Maldita ebria, ¿qué insinúas con eso?

Los demás rieron un poco más calmados, pero tú. . . tú te hallabas preocupada, ¿y si el fantasma existía y venía por ti?

Tragaste saliva. No dormirías esa noche.

Siguieron contando un par de historias más, aunque ninguna tan aterradora como la que había contado Vanessa (por ejemplo, Noelle había contado que una vez no encontraba un vestido en su enorme armario del tamaño de una habitación, para ella esa había sido una de las experiencias más aterradoras).

Luego de un rato, dieron por terminada la sesión y cada quien se encaminó hacía su habitación.

─ Pss, Luck─ lo llamaste, haciendo que él se voltease a verte─ ¿Puedo dormir contigo?

─ ¿Uh?─ él te miro confundido, no solías pedirle eso, al contrario, siempre eras tú quien lo echaba de la habitación─ Aah, ¿te dio miedo la historia de Vanessa? ¿Es eso? ¿Verdad que es eso?─ quiso saber, picandote la mejilla.

Tus mejillas se sonrojaron un poco por la vergüenza.

─ Pues. . . Sólo un poquito─ admitiste, a lo que él soltó una risa, lo que te hizo fruncir el ceño levemente─ ¿Puedo dormir contigo sí o no?

─ Mmm, déjame ver. . .─ se llevó una mano al mentón simulando pensar, pero ello sólo duró unos segundos─ ¡Claro que puedes! Y podemos luchar antes de irnos a dormir─ dijo entusiasta.

─ Eh. . . Mejor sólo vamos a dormir─ respondiste. En eso cayó otro rayo y corriste a aferrarte el brazo de tu novio─ Y vamonos pronto.

Él volvió a reírse, pero hizo caso a tu petición y ambos se encaminaron a la habitación del rubio.

Como la base de los Toros Negros era una construcción irregular que constantemente estaba en movimiento, tenían que pasar por varios pasadizos, doblar varias esquinas y seguir caminando.

Tú ibas aferrada al brazo de tu novio, mirando con paranoia hacia todos lados.

Repentinamente, otra corriente de viento azotó, se filtró por una ventana abierta y todas las antorchas del pasillo se apagaron.

Comenzaste a temblar.

─ Lu. . .─ te callaste abruptamente al escuchar lo que para ti sonaba como un lamento─ Es el fantasma sin rostro, ¡viene por nosotros!─ exclamaste, zarandeandolo.

─ ¿Uh? Iré a echar un vistazo─ dijo, soltandose de tu agarre.

─ No, Luck, no vayas.

Pero él no hizo caso y se adentró en un cuarto que estaba tan oscuro como para no ver nada de lo que había adentro.

Te quedaste completamente inmóvil, sin atreverte a seguirlo. Sin embargo, pasaron los segundos (que para ti resultaron eternos) y tu novio simplemente no aparecía; ni siquiera se oía el más mínimo ruido.

Tragaste saliva, pero te armaste de valor y ─ temblorosamente─ te acercaste al cuarto para tratar de echar un vistazo dentro.

─ ¿Luck?

Viste un resplandor que te cegó un instante y antes de poder salir corriendo. . .

─ ¡Boo!─ alguien gritó detrás de ti, unas manos afiladas atraparon tus hombros, y sentiste una corriente eléctrica recorrer tu cuerpo.

─ ¡AAAAH!─ chillaste.

Te preparaste para tu final, pero en vez de que aquel fantasma se abalanzará a ti para quitarte el rostro, escuchaste una carcajada familiar.

Temblorosa, apartaste las manos de tu rostro para mirar detrás de ti, y justo ahí se hallaba Luck usando su hechizo mágico "guantes del Dios del Trueno". Parecía bastante divertido con la situación.

─ ¿Te asustaste?

¿En serio preguntaba eso?

El miedo fue reemplazado por enojo.

─ ¡Eres un. . . !─ te diste media vuelta, cruzandote de brazos─ Ya no quiero dormir contigo.

─ ¿Eh?─ ladeó la cabeza─ Pero si no duermes conmigo no podré protegerte del fantasma.

Tenía un buen punto.

Lo miraste de reojo un segundo, él seguía sonriendo, esa maldita sonrisa a la que era imposible resistirse.

Te quedaste pensándolo un momento, ¿valía la pena arriesgarse? ¿y si regresabas sola a tu habitación y en el camino se aparecía el verdadero fantasma?

─ Está bien, pero sólo porque no quiero que el fantasma me robé el rostro─ dijiste.

Él se acercó más a ti y te tomó de las mejillas.

─ Tranquila, no dejaré que ningún fantasma se robé tu rostro, porque sino ¿Cómo voy a besarte?

Sin preguntar, Luck estampó sus labios en los tuyos en un tierno beso.

Te quedaste embobada. La sangre rápidamente se te subió a las mejillas.

Cuando se separaron, se quedaron viendo a los ojos unos segundos.

─ Luck. . .

─ Además, sería muy raro tener una novia sin rostro, ¿Verdad? Me darías miedo.

Ibas a replicarle, pero en eso se escuchó otro trueno.

─ Ya vamonos, ¿sí?