° Nacht Faust °

1.5K 100 6
                                    

Nacht es el tipo de novio que... Después de muuuucho insistirle, te permitiría que hagas diferentes peinados con su cabello.

Observabas desde la cocina como tu novio se encontraba sentado en el sofá tomando una taza de café mientras revisaba unos papeles sobre los gastos administrativos de su orden de caballería. Al ser el vice capitán y tener un capitán bastante flojo e irresponsable, debía ser él quien se encargará de esos asuntos.

Pero tu mirada no estaba precisamente en lo que hacía, más bien en su hermosa cabellera azabache que justo ahora llevaba suelta. ¡Oh! Se veía tan brillante, y sabías perfectamente lo suave que era porque antes la habías tocado, sin mencionar que era mucho más larga que la tuya.

Te acercaste sigilosamente por detrás.

── Oh, Naacht~── canturreaste.

── ¿Qué sucede, T/N?── preguntó sin despegar la vista de los papeles.

── ¿Te he dicho lo hermoso que es tu cabello?

Te pusiste en cuclillas, y aprovechaste para acariciar esos sedosos mechones oscuros.

Él soltó un suspiro.

── Ya te dije que no dejaré que lo peines.

── ¿Por qué?── hiciste un leve puchero.

── Te conozco. Sólo recuerda lo que le hiciste al cabello de Finral.

── Las trenzas se veían bonitas, y a él le gustaron.

── No recuerdo que hubiese dicho eso.

── Pero...

Faust se puso de pie, dejo la taza en la mesa y tomó sus papeles. Posteriormente comenzó a avanzar hacía al pasillo.

── Hey, vuelve aquí.

── No me gusta la gente insistente── mencionó con esa sonrisa en el rostro. Y sin más, desapareció en las sombras.

Quedaste sola.

── Claro, si fuese el caso no estarías saliendo conmigo. Está bien, te mostraré mi poder.

— No tengo idea de cómo acabe aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— No tengo idea de cómo acabe aquí.

— Oh, yo sí— respondiste con una sonrisa de oreja a oreja mientras trenzabas el cabello de tu novio.

Habías dejado notas por toda la casa pidiéndole a Nacht que te dejase peinar su cabello. Literalmente, por todos lados; dentro del refrigerador, entre las páginas de los libros, en su carpeta administrativa, en la alacena, inclusive escribiste sobre el papel de baño.

Comienzo a creer que tu magia realmente se basa en ser muy persuasiva... O, fastidiosa.

— ¡Oye!

Él soltó una risilla por lo bajo.

— Señor Nacht, no es tan malo como parece— habló Gimodelo, quien junto a los otros diablos tenían muchos moños adornando sus pequeñas cabezas.

Él se les quedó viendo por unos instantes, con un pequeño tic en la ceja.

— T/N...

— ¿Qué? Se ven bonitos ¿No?

ꕥ꧁༺TI͚P͚O͚S͚ D͚E͚ N͚O͚V͚I͚O͚S͚ E͚N͚ BL͚A͚C͚K͚ CL͚O͚V͚E͚R͚༻꧂ꕥDonde viven las historias. Descúbrelo ahora