No puedo renunciar a ella +21 #2

22. Ahora mismo, haz lo que tu alma te pida

¡Este capítulo está dedicado a @galaxiA1111 porque es una de mis chicas favoritas que llena cada capítulo de comentarios y el libro de votos! ¡Te quiero mi niña! 💕💕

NARRA VICTORIA 

Romina se detiene frente a un Mercedes CLS de color blanco y me hace un ademán para que me suba en el asiento del copiloto mientras ella se coloca al volante y las otras dos mujeres en la parte de atrás.

El cuero blanco forra los asientos del coche, y contemplo por última vez los edificios de pisos que parecen tan diminutos, como si la gente de aquí viviera en cajas de cerillas.

Alza la vista y se despide con la mano de una mujer del segundo piso que le devuelve el gesto. Es bastante mayor, pero la sonrisa en el rostro de la señora la rejuvenece mientras Romina acelera y dejamos atrás el barrio en el que casi había sufrido otra desventura.

— Ella es mi ex suegra, pero la estimo como a una madre —. Romina rompe el silencio y yo la miro de reojo mientras me doy cuenta de que estamos saliendo a un bulevar bastante concurrido.

— ¿Ex?

Si me lo va a contar, que al menos me cuente toda la historia.

— El que iba a ser mi marido, y que es su hijo, fue asesinado por un clan de la mafia hongkonesa. Me enamoré de él a primera vista. Él vino a Barranquilla por negocios, y yo fui su dama de compañía por más de una semana, y así nos enamoramos—. La tristeza en su voz es evidente, y me quedo sin palabras porque definitivamente me he topado con una mujer con mucho poder por estos lares.

— Lo siento por ti y por tu pérdida... — Me muerdo el labio inferior mientras enciende el reproductor y pone una canción de reguetón a bajo volumen.

— Te hablaré de mí en otro momento, ¿qué me dices de ti? Qué haces aquí teniendo en cuenta que no tienes a nadie y que pareces una completa extranjera y, sobre todo, que no eres una indigente... el anillo que llevas en tu dedo me ha hecho caer en la cuenta de que, o eres una princesa en ciernes, o el hombre que te lo ha ofrecido es todo un jeque—. Vuelve la cabeza hacia mí durante unos segundos, luego sonríe y sigue con la vista al frente, a la transitada carretera.

No sé cuánto le costó este anillo a Darío, pero espero que ahora me haya ayudado y no me haya metido en más problemas, porque casi pierdo el dedo cuando Bulldog me lo quiso cortar porque no le gustaba que llevara un anillo de Darío, y me salvé diciéndole que le daría más gusto verme cuando me lo quitara yo misma del dedo, porque eso significaría que ya no amo a Darío.

Creo que voy a morir con este anillo puesto en el dedo porque nunca voy a dejar de amar a ese hombre que se ha convertido en mi todo... y si lo viera ahora, ni siquiera le preguntaría por qué no vino a buscarme y me lanzaría a sus brazos. No le preguntaría qué estuvo haciendo todo el tiempo que no me buscó porque lo único que quiero es acurrucarme contra su pecho, y dejar que me bese y me consuele como lo hacía hace apenas un mes. ¿Qué ha cambiado en él desde entonces? ¿Qué es lo que hace? ¿Ha encontrado a otra persona? ¿Piensa en mí como yo pienso en él? ¿Me ha olvidado?

Trago con dificultad y noto la garganta reseca, y los latidos de mi corazón laten despacio, pero van acelerándose cuando visualizo su viva imagen en mi memoria y sus ojos claros y preciosos que antes solo me miraban a mí... Estaba tan segura de que me amaba y de que haría cualquier cosa por mí, pero ahora solo es un resto de añoranza de lo que fuimos, porque está claro que yo no le importaba tanto como decía.

— Yo, simplemente estoy perdida por aquí y quisiera volver a mi casa... — Sonrío y entrelazo los dedos de las manos.

Miro por la ventana y todo es tan extraño. ¿Por qué no estoy en mi casa con mi marido y mi mejor amiga que iba a ser mamá? Según Bulldog, él no la mató... lo que significa que sigue viva y ya está en su 5º mes de embarazo... Me imagino a María con su barriguita de embarazada e intento que las lágrimas no vuelvan a mojar mis mejillas.