NARRA VICTORIA
Me llevo las dos manos al rostro y no puedo evitar sentir cómo las lágrimas pugnan por salir, se me acelera el pulso y una sensación de intranquilidad y opresión se instala en mi vientre; me tiemblan las manos y me clavo las uñas con todas mis fuerzas en las mismas.
Hay dos lámparas: una a cada extremo. La luz es la necesaria para distinguir dónde estoy, nada más. El pánico y el temor rondan a mi alrededor, y empiezan a crearme escenas irrealizables en la mente; pero nada consigue atemorizarme más de lo que ya estoy experimentando.
El olor a humedad y moho me dificulta la respiración y las telarañas se entrecruzan por todos los rincones. No dispongo de un lugar donde sentarme, así que me quedo de culo, apoyando la espalda contra los fríos ladrillos.
Silencio, demasiado silencio.
Mis pensamientos se cuentan por miles y rebotan en mi cabeza como una pelota de tenis. Necesito salir de aquí, no puedo permanecer aquí hasta mañana; el frío es excesivo, y las heridas que me ha infligido comienzan a dolerme más de lo que lo hacían hace media hora.
No me enfermaré de hambre, ni de sed, menos de las heridas que se me infectarán, pero sí de su añoranza: me enfermaré añorando a mi moreno de ojos de colores como el mismismo universo.
"Aguanta, Victoria, Darío vendrá a salvarte."
La ventisca del exterior se oye soplar con fuerza en este espacio, y meto la cabeza entre las piernas, tratando de entrar en calor, pero es demasiado atroz y esta tortura empieza a pasarme factura. El olor a sangre está presente, pero los huesos de un esqueleto en un rincón lejano no me dan la pista de que aquí ha tenido lugar un nuevo crimen, y probablemente el olor se ha calado hondo en mis fosas nasales, ya que no me libro de él y llevo la misma ropa.
Los espacios entre cada trozo de ladrillo del suelo son bastante visibles, y empiezo a perfilarlos con el dedo, intentando matar el tiempo, pero la serpiente que sale por esa grieta como si viniera directamente del infierno me hace incorporarme de repente y dirigirme al otro extremo del sótano.
Miedo, terror, susto, pavor, angustia y dolor; todo ello se convierte en nuevas lágrimas que me drenan el poco vigor de que disponía.
El feo animal me mira con la lengua afilada y serpentea hacia mí lentamente, como si supiera que no tengo escapatoria; pero no es eso a lo que temo, sino a su longitud que no deja de surgir por esa grieta.
Me limpio las lágrimas y me retiro un mechón de la frente, que se me ha pegado con el sudor y abro los ojos, pero ya no está... ha desaparecido.
No sé cómo explicar lo que ha pasado, pero el corazón empieza a latirme de nuevo en el pecho mientras vuelvo a apoyarme contra el frío muro.
— Yo, bueno... estaré bien y sé con certeza que Darío ya debe estar por aquí. Llevo cuatro días aquí y es probable que en cualquier momento venga a rescatarme...— Susurro para mí misma, intentando armar jaleo y matar el silencio que me abruma y me oprime.
Jugueteo con un hilo de lana de mi blusa e intento desterrar cualquier pequeño pensamiento negativo de mi cabeza, aceptando que esto es lo que merezco por haber matado a Alex. El karma se ceba con cualquiera y conmigo no iba a ser diferente, pero no me rindo, no lo hago porque me espera un futuro brillante más allá de estas montañas y este horripilante castillo.
Me agarro con fuerza a mis brazos con ambas manos cruzadas y quiero que este tormento y pesadilla termine, pero algo me dice que no ha hecho más que empezar, y que si no me mantengo firme, caeré como las estrellas fugaces, perdiendo mi luz y desvaneciéndome en la nada.
![](https://img.wattpad.com/cover/379831397-288-k621952.jpg)
ESTÁS LEYENDO
No puedo renunciar a ella +21 #2
RomanceSEGUNDO LIBRO... +21 Las escenas de sexo jamás resultarán más picantes, y el amor y la obsesión jamás se asemejarán tanto. Su fuego está alimentado por un deseo infinito de venganza, y su orgullo no le permitirá dejarse ver. Cree que ha encontrado...