{Capítulo 1 ♡}

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{Chloe}
No sabía cómo había ido a parar a esa fiesta, quizás por la insistencia de mis amigas para que viniera o quizás porque quería ver a Matt después de clases, pero allí estaba.  En la fiesta de disfraces más esperada por todos. Se celebraba en la enorme casa de Matt y supuestamente todos los del instituto estábamos invitados pero lo cierto es que no conocía prácticamente a más de la mitad de los que había allí.
Savannah había decidido disfrazarse de vampiresa, muy a lo Crepúsculo, con el pelo largo y ondulado como el de Bella Swan, lentillas rojas y colmillos chorreando sangre. Ella decía que cada detalle contaba pero yo creo que se ha pasado un poco… Después estaba Ashley, que lucía un trajecito de enfermera de lo más simple con unas medias y zapatos blancos con tacón  a juego. Y por último yo, que a última hora decidí ponerme un traje de policía con unas botas altas de cuero, un sombrero de poli y unas esposas sujetas al cinturón. Llevábamos tres horas bailando o, en mi caso, intentándolo cuando decidí ir a sentarme dejando a mis amigas junto a la multitud.
Recorrí toda la casa hasta dar con la parte trasera donde no había nadie, y me senté en uno de los sillones de jardín que había a un lado. Tenía una vista hermosa de la piscina así que podría relajarme con tranquilidad. Sentí unos pasos apresurados que venían hacía mí y me giré, esperando ver a Matt, sin embargo no era más que otro de los desconocidos que había en la fiesta. Éste llevaba un extraño disfraz; sólo una sábana blanca rodeaba su cuerpo y, además, parecía ir descalzo.
-¿Molesto?-preguntó el muchacho rubio.
-No-contesté. Él se sentó frente a mí.
En otras circunstancias como ésta, ya hubiera sacado el móvil y me hubiera puesto a cotorrear con Savannah o Ashley mediante mensajes pero, ya que estaban bailando como locas la última vez que las vi, decidí observarlo a él.
El misterioso “griego”, o sea lo que sea de lo que iba disfrazado, era rubio, alto y musculoso a simple vista. No me había fijado antes de que llevaba una guitarra con él hasta que se puso a tocar algunos acordes de ella. ¿Se hacía el sensible para conquistar a las tías? Porque conmigo no le iba a funcionar…

{Drew}
Quería salir lejos del todo aquel alboroto, relajarme con mi guitarra un rato. Me gustan las fiestas pero hoy no estaba de especial humor y cuando vi a esa chica tan solitaria, decidí ir a sentarme con ella. La había visto bailando en la fiesta con otras tías y algo me había llamado la atención de ella, no sé, se veía tan alegre, tan… llena de vida, como si todo le importara una mierda, que me dejó atontado. Cogí mi guitarra y comencé a tocar algunos simples acordes de la canción ‘Sweet Home Alabama’, mientras sentía que ella me miraba sin quitarme ojo de encima. No me sentía nada disgustado al respecto, sino todo lo contrario. Esa chica era hermosa y se estaba fijando en mí. Miré hacia ella y le sonreí. Noté como se ponía algo sonrojada, a pesar de que intentaba disimularlo.
-¿Te gusta?-pregunté con una ceja alzada.
-¿Qué?-vi asomar una pequeña sonrisa por su boca que en un segundo se convirtió en una mueca de… ¿asco? No.
Mientes.
-Pues tus ojos decían lo contrario-dije para picarla un poco. Ella sonrió durante unos segundos pero enseguida me volvió a mirar con cara de asco.
-A ver, egipcio, no soy de esas típicas chicas a las que se le caen la baba con tan sólo ver como un tío se hace el tierno para impresionarla-se puso de pie.
-No voy de egipcio, voy de Gandhi y te equivocas si piensas que soy así-repliqué.
-Ah, ¿sí?-Enarcó una ceja. -Pues no sé qué será lo que atraes con esa pose, pero de momento sólo has conseguido a dos tíos. -dijo señalando hacia el otro lado antes de irse.

-Hey, bro-saludó Wesley, que iba disfrazado de stripper. Bueno, o eso es lo que decíamos Keaton y yo para fastidiarlo ya que en realidad no se había disfrazado. Iba igual que siempre; sin camiseta, con unos vaqueros algo anchos y caídos y una gorra roja. Keaton se limitó a levantar la mano y a sonreír. Éste llevaba puesto unas orejitas de gatito negras, una cola medianamente larga y se había dibujado una nariz y bigotes de gato. Keats y su amor por los gatos…
-Hola-dije volviendo a poner la guitarra entre mis piernas. Ambos se sentaron cada uno a mi lado.
-¿Quién era esa tía con la que estabas?-preguntó Wes mirando por donde se había ido.
-No importa, vamos. -resoplé.

HALL OF FAME. (Fanfic de Emblem3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora