Capitulo 24: La historia de la Cámara

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Durante unos días, en la escuela no se habló de otra cosa que de lo que le habían hecho a la Señora Norris. Filch man¬tenía vivo el recuerdo en la memoria de todos haciendo guardia en el punto en que la habían encontrado, como si pensara que el culpable volvería al escenario del crimen. Harry le había visto fregar la inscripción del muro con el Quitamanchas mágico multiusos de la señora Skower, pero no había servido de nada: las palabras seguían tan brillan¬tes como el primer día.Ginny Weasley parecía muy afectada por el destino de la Señora Norris. Según Ron, era una gran amante de los gatos.—Pero si no conocías a la Señora Norris —le dijo Ron para animarla—. La verdad es que estamos mucho mejor sin ella. —A Ginny le tembló el labio—. Cosas como éstas no suelen suceder en Hogwarts. Atraparán al que haya sido y lo echarán de aquí inmediatamente. Sólo espero que le dé tiem¬po a petrificar a Filch antes de que lo expulsen. Esto es bro¬ma... —añadió apresuradamente, al ver que Ginny se ponía blanca.Aquel acto vandálico también había afectado a Hermio¬ne. Ya era habitual en ella pasar mucho tiempo leyendo, pero ahora prácticamente no hacía otra cosa. Cuando le pre¬guntaban qué buscaba, no obtenían respuesta, y tuvieron que esperar al miércoles siguiente para enterarse.Por su parte, Abby había vuelto a las reuniones de los Guardianes, y trataban de pensar en como podrían librarse de los Cazadores.-¿Pero no desaparecieron?-preguntó Abby-¿Cómo puede ser que hallan vuelto?-Quiza, desaparecieron de aquí-razonó Marian-pero no de Kynons, tiene sentido.-¿Quién habrá petrificado a la gata?-preguntó Ryan sin venir a cuento con satisfacción.-¿Y eso que tiene que ver?-preguntó Abby, desde que le salvó la vida, era algo mas amable con el, recordó con una pequeña sonrisa el pacto que habían hecho al volver a Hogwarts:Fash back:Abby volaba encima de su caballo por el cielo, al atravesar la luz, habían llegado al cielo de Hosmeade, el pueblo al que los de tercero a delante les dejan visitar, Fred y George le hablaban continuamente de la tienda de artículos de broma y de otros establecimientos.-¡Eh Gryffindor!-la llamó Ryan, su caballo alazán alcanzó al suyo en el aire.-¿Sabias que no me llamo Gryffindor?-le preguntó.-¡Que descubrimiento!-exclamó irónicamente-escucha, tu y yo nos llevamos bien en Kynons, pero en Hogwarts volveremos a odiarnos ¿vale?-Claro-asintió algo confundida-no me gustaría que me viesen contigo; afectaría mucho a mi vida social.-Jaja, muy graciosa ¿Si o no?-Trato hecho,... Slytherin-luego apareció una sonrisa por su cara-¡Os hecho una carrera!Fin Fash Back.Aun se preguntaba porque, aunque dio por sentado que era porque la rivalidad de sus casas era demasiado fuerte, eso a ella le importaba muy poco, pero ademas estaba que no le seguía cayendo muy bien.-Pues que tu hermano va a tener problemas.-¿Con que pruebas lo acusas?-le preguntó molesta.-Esta muy claro: en la escena del crímen solo estabais tu, tu hermano, Weasley y la sangre suc...-¡No te atrevas a llamarla así!-gritó, sus ojos volvieron a ser castaños de la ira-Creía que estabas por encima de esas idioteces, pero se me olvidaba que tu eres "el grandioso Slytherin" que puede estar por encima de los demas.-Pero es cierto-siguió este-viene de familia muggle,...-¡Eso no influye en como es, idiota!-le gritó enfurecida-¡y para que lo sepas, ella vale mas que todos los de tu casa juntos!-¿Crees que Gryffindor es mejor?-preguntó este en un tono de voz incrédulo.-No digo que lo sea, digo que estamos muy por encima de esas estupideces, y eso nos hace mejores personas.-Pero eso no quita que al ser "buenas personas"-puso especial ironia-hallais petrificado a la gata.-¡Que no la hemos petrificado, cerebro de trol!-Chicos, ya basta-se interpuso Marian-es suficiente, vamos a clase.Abby salió a buscar a su hermano MUY indignada, además la primera clase (Historia de la magia) la compartían con los Slytherins, lo encontró en el pasillo, un compañero de Meson, un tal Justin estaba corriendo despavorido de el.-¿Qué le pasa a ese?-preguntó caminando a su lado.-Ni idea.Harry y Abby encontraron a Ron al fondo de la biblioteca, midien¬do sus deberes de Historia de la Magia. El profesor Binns les había mandado un trabajo de un metro de largo sobre «La Asamblea Medieval de Magos de Europa».—No puede ser, todavía me quedan veinte centímetros... —dijo furioso Ron soltando el pergamino, que recuperó su forma de rollo— y Hermione ha llegado al metro y medio con su letra diminuta.—¿Dónde está? —preguntó Harry, cogiendo la cinta métrica y desenrollando su trabajo.—En algún lado por allá —respondió Ron, señalando hacia las estanterías—. Buscando otro libro. Creo que quie¬re leerse la biblioteca entera antes de Navidad.Harry le contó a Ron que Justin Finch-Fletchey lo había esquivado y se había alejado de él a toda prisa.—No sé por qué te preocupa, si siempre has pensado que era un poco idiota —dijo Ron, escribiendo con la letra más grande que podía—. Todas esas tonterías sobre lo maravilloso que es Lockhart...Hermione surgió de entre las estanterías. Parecía disgustada pero dispuesta a hablarles por fin.—No queda ni uno de los ejemplares que había en el colegio; se han llevado la Historia de Hogwarts —dijo, sentán¬dose junto a Harry y Ron—. Y hay una lista de espera de dos semanas. Lamento haberme dejado en casa mi ejemplar, pero con todos los libros de Lockhart, no me cabía en el baúl.—¿Para qué lo quieres? —le preguntó Harry.—Para lo mismo que el resto de la gente —contestó Hermione—: para leer la leyenda de la Cámara de los Se¬cretos.—¿Qué es eso? —preguntó Harry al instante.—Eso quisiera yo lo se. Pero no lo recuerdo —contestó Hermione, mordiéndose el labio—. Y no consigo encontrar la historia en ningún otro lado.—Hermione, déjame leer tu trabajo —le pidió Ron desesperado, mirando el reloj.—No, no quiero —dijo Hermione, repentinamente severa—. Has tenido diez días para acabarlo.—Sólo me faltan seis centímetros, venga.Sonó la campana. Ron y Hermione se encaminaron al aula de Historia de la Magia, discutiendo.Historia de la Magia era la asignatura más aburrida de todas. Aquel día fue igual de aburrido. El profesor Binns abrió sus apuntes y los leyó con un sonsonete monótono, como el de una aspiradora vieja, hasta que casi toda la clase hubo entrado en un sopor profundo, sólo alterado de vez en cuando el tiempo suficiente para tomar nota de un nombre o de una fe¬cha, y volver a adormecerse. Abby jugueteaba distraídamente con su medallón, y entonces es cuando se dio cuenta de que por la parte de atrás había un fénix. Llevaba una media hora hablan¬do cuando ocurrió algo insólito: Hermione alzó la mano.El profesor Binns, levantando la vista a mitad de una lección horrorosamente aburrida sobre la Convención Internacional de Brujos de 1289, pareció sorprendido.—¿Señorita...?—Granger, profesor. Pensaba que quizá usted pudiera hablarnos sobre la Cámara de los Secretos —dijo Hermione con voz clara.Dean Thomas, que había permanecido boquiabierto, mirando por la ventana, salió de su trance dando un respingo. Lavender Brown levantó la cabeza y a Neville le resbaló el codo de la mesa.El profesor Binns parpadeó.—Mi disciplina es la Historia de la Magia —dijo con su voz seca, jadeante—. Me ocupo de los hechos, señorita Granger, no de los mitos ni de las leyendas. —Se aclaró la garganta con un pequeño ruido que fue como un chirrido de tiza, y prosiguió—: En septiembre de aquel año, un subcomité de hechiceros sardos...Balbució y se detuvo. De nuevo, en el aire, se agitaba la mano de Hermione.—¿Señorita Grant?—Disculpe, señor, ¿no tienen siempre las leyendas una base real?El profesor Binns la miraba con tal estupor, que Harry adivinó que ningún estudiante lo había interrumpido nunca, ni estando vivo ni estando muerto.—Veamos —dijo lentamente el profesor Binns—, sí, creo que eso se podría discutir. —Miró a Hermione como si nunca hubiera visto bien a un estudiante—. Sin embargo, la leyen¬da por la que usted me pregunta es una patraña hasta tal punto exagerada, yo diría incluso absurda...La clase entera estaba ahora pendiente de las palabras del profesor Binns; éste miró a sus alumnos y vio que todas las caras estaban vueltas hacia él. Harry se sentía completamente desconcertado al ver unas muestras de interés tan inusitadas.—Muy bien —dijo despacio—. Veamos... la Cámara de los Secretos... Todos ustedes saben,naturalmente, que Hogwarts fue fundado hace unos mil años (no sabemos con certeza la fecha exacta) por los cuatro brujos más importantes de la época. Las cuatro casas del colegio reciben su nombre de ellos: Godric Gryffindor,-Abby se irgió orgullosa en su asiento- Helga Hufflepuff, Rowena Ravenclaw y Salazar Slytherin.-Ryan hizo exactamente lo mismo- Los cuatro juntos construyeron este castillo, lejos de las miradas indiscretas de los muggles, dado que aquélla era una época en que la gente tenía miedo a la magia, y los magos y las brujas sufrían persecución. Durante algunos años, los fundadores trabajaron conjuntamente en armonía, buscando jóvenes que dieran muestras de aptitud para la magia y trayéndolos al castillo para educarlos. Pero luego surgieron desacuerdos entre ellos y se produjo una ruptura entre Slytherin y los demás. Slytherin deseaba ser más selectivo con los estudiantes que se admitían en Hogwarts. Pensaba que la enseñanza de la magia debería reservarse para las familias de magos. Lo desagradaba tener alumnos de familia muggle, porque no los creía dignos de confianza. Un día se produjo una seria disputa al respecto entre Slytherin y Gryffindor, y Slytherin abandonó el colegio.Abby dirigió una mirada fugaz de desprecio a Ryan, se encontró con que este la miraba de la misma forma.—Esto es lo que nos dicen las fuentes históricas fidedignas —dijo—, pero estos simples hechos quedaron ocultos tras la leyenda fantástica de la Cámara de los Secretos. La leyenda nos dice que Slytherin había construido en el castillo una cámara oculta, de la que no sabían nada los otros fundadores. Slytherin, según la leyenda, selló la Cámara de los Secretos para que nadie la pudiera abrir hasta que llegara al colegio su auténtico heredero. Sólo el heredero podría abrir la Cámara de los Secretos, desencadenar el horror que contiene y usarlo para librar al colegio de todos los que no tienen derecho a aprender magia.Abby dirigió una mirada extrañada al profesor y miró por el rabillo del ojo a Ryan, que permanecía sonriente, y ella levantó una ceja, una sospecha se estaba empezando a tejer en su cabeza.Cuando terminó de contar la historia, se hizo el silencio, pero no era el silencio habitual, soporífero, de las clases del profesor Binns. Flotaba en el aire un desasosiego, y todo el mundo le seguía mirando, esperando que continuara. El profesor Binns parecía levemente molesto.—Por supuesto, esta historia es un completo disparate —añadió—. Naturalmente, el colegio entero ha sido regis¬trado varias veces en busca de la cámara, por los magos me¬jor preparados. No existe. Es un cuento inventado para asustar a los crédulos.Hermione volvió a levantar la mano.—Profesor..., ¿a qué se refiere usted exactamente al decir «el horror que contiene» la cámara?—Se cree que es algún tipo de monstruo, al que sólo podrá dominar el heredero de Slytherin —explicó el profesor Binns con su voz seca y aflautada.La clase intercambió miradas nerviosas.—Pero ya les digo que no existe —añadió el profesor Binns, revolviendo en sus apuntes—. No hay tal cámara ni tal monstruo.—Pero, profesor —comentó Seamus Finnigan—, si sólo el auténtico heredero de Slytherin puede abrir la cámara, nadie más podría encontrarla, ¿no?—Tonterías, O'Flaherty —repuso el profesor Binns en tono algo airado—, si una larga sucesión de directores de Hogwarts no la han encontrado...—Pero, profesor —intervino Parvati Patil—, probablemente haya que emplear magia negra para abrirla...—El hecho de que un mago no utilice la magia negra no quiere decir que no pueda emplearla, señorita Patati —le interrumpió el profesor Binns—. Insisto, si los predecesores de Dumbledore...—Pero tal vez sea preciso estar relacionado con Slytherin, y por eso Dumbledore no podría... —apuntó Dean Thomas, pero el profesor Binns ya estaba harto.—Ya basta —dijo bruscamente—. ¡Es un mito! ¡No existe! ¡No hay el menor indicio de que Slytherin constru¬yera semejante cuarto trastero! Me arrepiento de haberles relatado una leyenda tan absurda. Ahora volvamos, por favor, a la historia, a los hechos evidentes, creíbles y comprobables.Y en cinco minutos, la clase se sumergió de nuevo en su sopor habitual. Abby sin embargo, en contra de los "no me lo puedo creer" que soltaban algunos alumnos al ver que había cogido su hoja de pergamino y estaba escribiendo a toda velocidad, los alumnos pensarían que se refería a lo que Binns estaba contando, pero estaba escribiendo todo lo que el profesor había contado sobre la Cámara de los Secretos, y sus sospechas sobre el Heredero.Al terminar la clase, guardó bien su hoja y salió de la clase pensativa junto a sus amigos.

la hermana de harry potter y la camara secretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora