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Se le quedo mirando con una sonrisa en la cara. —Ninguno. Solo recuerda que toda acción tiene su consecuencia.

Se giro y se puso a regular el agua en la ducha, ahora no dejaba de pensar que él se vengaría ¿Pero como? Mordía su labio cuando él se giro y le dijo que el agua estaba lista. Ese fue su ultimo pensamiento cuerdo por esa noche.

Estaba frente a él y veía como el agua aplastaba ese cabello sedoso y rubio, como corría por su cuello y algo se deslizaba por su pecho.

—Me puedes lavar la espalda cariño.

Y se giro, ella miro a todo lados y no había ninguna esponja de baño, por lo que puso jabón en sus manos y le restregó la espalda, los brazos, él se movió y la dejo bajo el agua, lo agradecía pues tocarlo tanto le alteraba los nervios, no ayudaba que él cerrara los ojos y estuviera frente a ella con la cabeza hacia tras disfrutando de su baño, le limpio los brazos, él pecho, los hombros y el vientre pero no se atrevía a...

—Ahora me toca limpiarte a ti.

Sabia que tenia los ojos abiertos hasta más no poder, y el sonreía como un zorro, se giro para salir arrancando pero el cruzo los brazos por su cintura. Cuando sintió en su espalda a Justin... Todo Justin, se quedo quieta, sentía calor en la cara, las orejas y el cuello, debía estar colorada, mas cuando él no se movió ni un centímetro lejos de ella, empezó a mover sus manos por su vientre, manos enjabonadas, no podía mover ni un musculo y las manos de él subían por sus costillas y tomaba en sus manos sus pechos, los masajeaba, y ella podía ver como se coronaban con los pezones duros y tirantes. El corazón de Justin retumbaba en su espalda, el calor... Sentía fuego liquido entre sus piernas, sentía todo su cuerpo caliente y no tenia energía, sus nervios... apoyo su cuerpo al de él, aún cuando antes pensó que era mucha intimidad, dejo que las manos de Justin vagaran por su cuerpo, dejo que el hiciera lo que quisiera. Y cuando aún no era suficiente el la giro, la estampo contra la fría pared, la beso y parecía un animal, puro instinto y placer.

La tomo de las caderas y la alzo, antes de acomodarla en su cintura su miembro entro en ella, no pudo mas que afirmarse de sus hombros y gritar... Gritar pero de placer, fue rápido y duro... Salvaje... Las caderas de Justin chocaban contra ella una y otra vez, su corazón era un tambor fuerte y acelerado, sus jadeos y roncos gemidos eran música para ella, Dios el chico estaba como un tren.

Se agarro a sus hombros cuando esa oleada caliente llego, cuando se sintió tocar el paraíso, el placer era demasiado... Le clavo las uñas mientras tomaba todo de él. Arqueo su espalda y gimió fuerte... Eso debía ser malo para su voz pero no le importaba, los brazos de Justin la rodearon y lo sintió estremecer, su ronco gemido la mando directo al infierno. S
i el infierno por que estaba demasiado caliente, iba bajando... estaban cayendo... El agua chocaba contra su espalda y ella estaba en el suelo de la ducha sobre Justin... El jadeaba y tenia los ojos cerrados.

—Estas bien. —le pregunte mirándolo.

—No puedo respirar... Digo si... Dios nunca había... Fue...

—Lo se... Nunca pensé que se podría sentir asi... Fue enorme...

El se movió y ella lo dejo levantarse. Ahora el agua le daba en el cabello y el sonrió cuando le estiro la mano para levantarla, ahora si se lavaron, tierno, él la cubrió con una enorme toalla blanca y la beso en la nariz, la tomo de la cintura y salió al cuarto con ella. La cama estaba hecha ¿Estuvieron haciendo limpieza mientras ellos...? Se quedo mirando la cama sin poder creer que... Oh no... Debieron escucharlo.

—No te avergüences preciosa... Creen que eres mi prometida... Mi mujer... Y lo eres.

El le susurro al oído pero de pronto se quedo callado y se alejo, ella giro y lo miro a los ojos miel de él, el estaba callado y mirándola con una expresión extraña, habían tantas emociones en esa mirada que no alcanzaba a descifrarlas todas, jabía alegría, dolor, esperanza, obstinación... Y ahora estaba instalada una desesperación.

—Justin ¿Qué...?

—Vamos a dormir princesa. —hablo dirigiéndose a la cama —Mañana nos levantaremos temprano para que nadie se de cuenta que te escapaste conmigo ok.

—Por favor Justin entiéndeme... Yo... Necesito un poco de tiempo...

—Si mi amor, tu no te preocupes de nada... Venga vamos a dormir.

—No tengo pijama...

—No lo vas a necesitar...

No sabia que pensar, ella jamás había hecho algo como eso —Yo... Justin estoy muy... No soy como las otras chicas yo...

Lo vio sonreír con cariño ¿Con amor? Y le paso una sudadera suya. Ella la tomo muerta de la vergüenza, esa era una de las diferencias entre ellos, el debía estar acostumbrado a chicas, Chicas que no se avergüenzan de estar desnudas frente a él, de chicas que duermen desnudas, de chicas que saben hacer mil cosas y ella estaba mas verde que una bebé.

—Deja de pensar princesa... Nunca es bueno cuando esa cabecita piensa mucho cualquier cosa sobre mi... Nunca salgo bien...

—¿Estás seguro de mi? Digo... Yo no se hacer ni la mitad...

—Tu sabes hacer latir este corazón Anne y es lo único que importa. —la interrumpió él —No te sientas insegura por que tu preciosa eres capas de hacerme poner de rodillas.

—Esta bien.

No estaba muy segura, al parecer a él le gustaba mantenerla contenta, se esforzaba por quitarle peso a todo, no estaba segura de nada a decir verdad, quería hacerlo feliz. Si lo quería, quería que él se sintiera como ella... Que ninguna otra fuera mejor que ella para él.
Pero como saberlo si él se mostraba como si ella fuera lo mejor y estaba segura que no lo era.


Justin.

La tenia abrazada y fingía dormir, ella tenia dudas, Dios como quitarle las dudas. No tenia que dudar de él, ella se sentía insegura y quería darle toda la seguridad del mundo, se moriría si la perdía ahora, siempre fue difícil.

Siempre fue difícil su relación con ella y ahora que por un milagro del destino ella parecía quererlo no quería arruinarlo ¿Qué debía hacer? Tenía que pensar... Si ella lo dejaba se moriría... Era su oxigeno... Su vida, no podría seguir sin ella y al parecer nada era seguro.
Apretó los dientes de solo pensar en que ella lo dejara, le dolía que lo negara y si nunca, ¿si ella solo estaba jugando? Se quedo quieto, ella se movía y se suponía que él estaba dormido. Cerro los ojos y dejo su cuerpo relajado.

—¿Justin? ¿Duermes? Oh ya me volví loca... Y sigo hablando...

Quiso reír pero contuvo las ganas, lo estaba tocando, ella estaba pasando un dedo por sus labios, por su nariz. Estaba delineando su rostro, besaba su mejilla, su cuello.

Bien no estaba seguro de poder seguir fingiendo que dormía.

—El mundo debe estar patas arriba, estoy en la cama contigo. Jure que te odiaría por toda mi vida, Pero es tu culpa por engreído, por soberbio, por divo, por arrogante, cuando tuve que besarte hace dos años en teatro, fingí hacerlo... Tú me seguiste la corriente, te odie por eso, yo quería que me besaras sabes... Dios estoy loca, hablo sola.

Acéptalo, Eres mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora