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—Se te va a subir a la cabeza. —contesto. —cuando tomas la guitarra y tocas... olvido que nos odiamos, te evades de todo y entras en un mundo diferente, en él que solo estas tú, bueno a mi me pasa y creo que tú lo vives igual, o cuando hablas con tu primo y tu hermano, los amas y se nota, eso me gusta de ti. También me gusta cuando ayudas a los demás con la música, en esos momentos te olvidas que eres Justin Bieber el millonario intocable, inalcanzable, en esos momentos me olvido que te odio.

—Al menos tengo algo bueno para tus ojos...

—Para los ojos... eras un fideo con una mata de pelo rubio como un nido de pájaros, con esos ojos grandes y miel y una sonrisa de infarto con tus dientes chuecos y todo, recuerdo que todas fueron tras de ti cuando dijiste "Bueno soy Justin Bieber, Biebs para los amigos" y yo no sabia nada de tu familia y te encontré... no estaba acostumbrada a los chicos, todo era tan nuevo... las chicas daban demasiados favores a los chicos y yo, ni siquiera había besado a uno, rayos estaba todo el día mirándote pero luego te volviste tan imbécil y me di cuenta que las primeras apariencias nunca eran una base, me gustaste como fideo y ahora... todo creció, ya no eres un fideo, pero eso ya lo sabes. —dijo volteando a verme.

—¿Estas queriendo decir...? ¿Tú me encuentras atractivo? —le pregunte, tratando de ocultar mi sorpresa.

—Como un galán de cine, guapo e intocable... increíblemente egocéntrico.

—¿Nunca habías besado a un chico Anne? —le dije.

—Relájate honey, ahora si... te bese hace un rato. —susurro mirándome a los ojos.

—Si lo hiciste, pensé que no lo harías.

—Es lo que tú querías. —me contesto sin apartar la mirada de mi.

No debía sentirse tan bien, no era justo para ella, no era su opción él se estaba aprovechando de la desinhibición que produce el alcohol, maldición esta era la primera conversación mas o menos civilizada que tenia con ella, con tantas palabras, y demonios iba a disfrutarla a concho.

—Te equivocas. —dije —no soy el único pero tu ya sabes.

—¿Saber que? —pregunto confundida.

—Que tienes una lista esperando por tus besos. —le afirme tratando de parecer tranquilo.

La escucho reírse, esas carcajadas, con él, ella esta riendo con él, y lentamente iba controlando la risa, guardando silencio, ella fijo la mirada en él, ella presionaba sus labios estirándolo casi como un beso y con la mirada seductora, diablos esta chica sabia desarmar a un hombre.

—¿Te incluyes en la lista Justy?

Y luego volvía a reír pero no a carcajadas, era más una risita, apoyo sus manos en su brazo para sostenerse.

—Si lo hago. —dije seguro. —y no me llames Justy lo detesto.

—Te encanta, todas tus... chicas te llaman asi. —dijo con asco.

—Lo cual no significa que me guste, o importe, pero en tus labios en un insulto y no lo niegues.

—¿Dijiste...? ¿Querías besarme? —dijo entendiendo al fin.

Ahora ella parecía seria, muy seria, pero aún no hacia ese gesto, esa mueca con su boca, de desagrado, por lo que respiro hondo y se acerco un poco.

—Al igual que algunos chicos en esta fiesta...

—¿Justin Bieber evadiéndose? ¿tu querías si o no? —pregunto de nuevo.

—Si.

Bien podría justificarse con el alcohol que es algo que ella haría, no se justificaría, ella estaba bajo los efectos del alcohol, ella se acercaba... sus manos estaban en su cuello, jugando con su pelo, y cada vez estaba mas cerca.

—A la distancia de un beso. —susurro rozando sus labios.

Pero el no podía besarla... no debía, no era justo, honesto... pero era ella quien ofrecía el beso, estaban solos en el balcón, estaba oscuro y nadie los vería, el quería su beso, quería un beso pero en libertad maldición.

—Sin pensar Justin.

Y lo beso, no, era mas que un beso, sentía el calor, el fuego, las llamas devorarlo desde dentro, en su sangre, era el paraíso, cada tanto levantaba la vista pero hasta ahora seguían ocultos del mundo, besándose, disfrutando de lo que les estaba prohibido. Le aterraba que los sorprendieran y por primera vez no era por él, era ella, ella no le perdonaría que todos la vieran besarlo a él, no a él y le dolía, aunque nadie sabría quien es si no se acercaba y Anne volteaba, esta oscuro... muy oscuro.

—¡Anne! ¿Anne?

Dejaron de besarse y miraron hacia la escalera justo cuando salía Dylan, el se detuvo en seco sorprendido de verlos juntos pero avanzo igual.

—Aquí estas honey. —dijo Dylan reconociéndola.

—Estamos. —constesto ella despectivamente

—Si ya veo... no era mi padre, de hecho nadie vio a nadie en el jardín.

—Bueno yo si, en el jardín. —le conteste quitandole importancia

—Al parecer resulto convincente esa visión... o conveniente. —contesto él mirando a Anne de reojo.

—Mmm era muy convincente y conveniente, es que tengo esta cosa extraña que libra a las chicas de los cretinos...

—Tengo sed y no me interesa quien tiene más músculos. —dijo Anne caminando de regreso a la fiesta.

Acéptalo, Eres mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora