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—¡Anne! Vamos un giro...

Y ella mando la vergüenza de paseo e hizo un giro para él, antes que volviera a su lugar la tenia tomada de la cintura y la besaba, ella le acariciaba la espalda, o más bien le enterraba los dedos en su piel, hasta la cintura, rayos él aun tenia los jeans, le soltó la bragueta y él los jalo hacia abajo, cuando estaba su bóxer y su jeans en los tobillos él como el maestro que era para estas cosas le soltó el brasier y lo dejo caer, sentir el roce de sus pechos contra su fuerte dorso, mmm estaba ardiendo, y en un impulso lo empujo, él se desestabilizo y cayeron otra vez al sillón, sus rodillas estaban una a cada lado de las caderas de Justin, y él jalo su pantaletas hasta romperla.

—Hey...

—Yo te compro otras, créeme te comprare algo como esto, varias, la tienda completa.

—Ya cállate...

Cayo sudorosa sobre él, apenas podía respirar, y eso que lo hacia con la boca, sentía crepitar su cuerpo, lleno de adrenalina, él corazón de Justin palpitaba tan velozmente como el suyo y su respiración, era la melodía mas bella que había escuchado, alzo la cara y lo miro a los ojos, esos ojos profundos y miel, luego lo beso en la barbilla, sus brazos ejercieron mas presión.

—Creí que nunca más estaría asi contigo.

—Yo también, pero después pensé que era bobo, tu eres mío y yo quiero lo que es mío muy cerca.

—Siempre Anne, te pertenezco y puedes hacer conmigo lo que quieras... ¿Estas bien? ¿Esto no le hará daño a...?

—No digas babosadas.

Y lo beso, lo beso con angustia, con culpa, le estaba mintiendo, lo estaba engañando y quizás él... si el bebé de Jasmine resultaba ser de Justin el jamás le perdonaría esta mentira, le beso mas fuerte, pero tubo que dejar de hacerlo cuando el empezó a revolverse entre sus brazos.

—¿Qué haces?

Y el la miro algo cohibido pero se levanto y termino de quitarse los jeans y ella aprovecho de quitarse los tacones, después se recostó y la jalo junto a el.

—Podría estar asi toda mi vida. —susurro Justin rozandole los labios con los suyos.

—Yo también pero sabes, tu debes trabajar para alimentarme, para comprarme toda la lencería que quieres y además debemos salir de vez en cuando o te pondras pálido.

—No importa... yo ya soy algo pálido ¿Me vas a querer si me pongo mas pálido?

—Si, blanquito.

—Si no tengo dinero y tengo que ir desnudo...

—Si... yo te presto de la mía.

—Cuando me salgan canas...

—Cabello sedoso y blanco, si.

—Cuando tenga arrugas

—Si...

—Y cuando ya este viejito

—Si... mi viejito.

—Y cuando me ponga panzón y no tenga músculos...

—Ha no, así ya no.

Ambos empezaron a reírse aunque era el quien le hacia cosquillas, hasta quedar relajados otra vez.

—¿Te gustaría llegar a viejitos juntos?

—¿Es que pensabas alejarme? Ya te dije Justin tu eres mío.

El se levanto y la cargo, ella no paraba de reír mientras él la llevaba hasta el cuarto, mientras la tumbaba en la cama y se metía junto a ella, sin encender las luces, la abrazo y se movió hasta quedar cómodo.

—Ahora duerme, no quiero que te agites demasiado...

—Mmm eso va a estar difícil por que yo no quiero dormir, quiero que me beses.

Y el empezó a besarla, una y otra vez. La beso durante horas, durante la noche el había girado sobre ella y le había hecho el amor dos veces, lento y tranquilo, sin apuros, de la forma mas tierna que existía.

No necesito abrir los ojos para saber que estaba sola en esa cama, escuchaba el ruido de la ducha, no supo cuando volvió a dormirse, alguien le hacia cosquillas, le tocaban la cara, ¿Eran labios? Alguien la estaba besando, abrió los ojos, ahí estaba él, con esos ojos color miel mirándola con una sonrisa en ellos.

—Aquí esta tu desayuno... traje de todo. —dijo el con una bandeja en las manos.

—Mmm estoy hambrienta.

—Debes alimentarte bien, y descansar...

—Dame esa bandeja.

El tenia razón, había de todo, desde fruta picada hasta tostadas con miel, jugo y café, un enorme vaso de leche, panecitos de huevo y dulces, unos pasteles también, ella no podría comer todo eso pero cuando el tomo una media luna se relajo, finalmente terminaron con casi todo de la bandeja entre risas y besos de azúcar.

—¿Vas a seguir en la academia? A... bueno según las normas...

—No quiero hablar de eso Justin.

—Yo creo que deberías cuidarte Anne, es peligroso con la exigencia...

—Tú no te preocupes Justin, no soy boba. —lo interrumpio girandose un poco para mirarlo mejor —Ahora dime una cosa ¿No vas a volver a la academia?

Acéptalo, Eres mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora