Cap 12

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Me levanté de la cama con mucho cuidado de no despertar a Harry, quien gruñía suavemente con cada respiración que daba. Más que jodidamente adorable.

Busqué mi maleta a tientas en la terrible oscuridad de la habitación, preguntándome: ¿Tanto le costaba a Harry tener una estúpida lámpara? ¿O unas persianas nuevas que dejaran entrar un poquito de luz? ¿Cuál era su problema con eso?

La tomé por fin después de unos segundos y salí de ahí sin hacer nada de ruido. Decidí que le ayudaría un poco a limpiar, bueno, mucho porque era necesario y tampoco me iba a quedar en su casa así como así sin hacer nada.

Primero recogí toda la basura del piso y de los muebles y la metí como en tres bolsas negras, sacudí y barrí el piso tratando de no tomar en cuenta que ya me estaba quedando sin aire solo con esa tontería. La cocina estaba atrás de una pequeña barda, era muy grande; paredes blancas y muebles de madera beige y habían platos sucios por todas partes.

Siempre odié lavar los platos, pero lo haría por Harry. Así de fuerte era mi amor. Tardé más de dos horas en limpiar bien todo el apartamento y la cocina, pero quedó reluciente, hasta yo misma me sorprendí de cómo lo había dejado.

Limpio se veía más elegante, más grande y más acogedor. Solo me faltaba limpiar el cuarto pero eso lo haría hasta que Harry decidiera levantarse.

Tomé mi mochila y me senté en el cómodo sillón. Saqué de la mochila mi viejo diario para ver la página de "el chico de mis sueños" porque yo sabía que Harry cumplía muchas, y que fácilmente podía superar mis expectativas.

Busqué un bolígrafo para tachar "comprar un boleto de avión al primer destino que tengan" "escaparme de mi casa" y "vivir en Londres" de la otra lista. Estaba sonriendo como tonta y no podía creer que todo lo que ya había cumplido de la lista había sido con Harry y todo gracias a él.

Yo creía fielmente en el destino y en que todo sucede por una razón, y estaba segura de que conocer a Harry no había sido ninguna coincidencia. Lo había conocido por una razón, no lo sé, quizás Dios quería que me enamorara antes de morir, o lo de enamorarme había sido por mi cuenta y Dios sólo me lo había mandado para que me ayudara a cumplir lo de mi lista. Quién sabe. De todos modos le agradezco por ponerlo en mi camino.

Le di la vuelta a la página y encontré lo que estaba buscando. La lista de requisitos que debía tener un chico para que pudiera enamorarme.

Sonreí inconscientemente al empezar a leerla, realmente parecía que la había escrito pensando en Harry.

Empecé a tachar lo primero "bonitos ojos (de preferencia color azules o quizá verdes)" Hasta con el maldito color de ojos había acertado, eso definitivamente ya no era normal; porque los ojos de Harry, además de ser "de preferencia color verdes", eran los más bonitos que había visto en toda mi vida.

"Una linda risa, que me haga reír" amaba su risa tonta, como entrecerraba sus ojos, los hoyuelos que se le hacían en las mejillas, la manera en que se tiraba hacia atrás cuando estaba riendo mucho y empezaba a aplaudir. En general, me encantaba escucharlo reír, era el sonido más glorioso que hubiera escuchado.

"Que sea tierno con los niños" La manera en la que era con su hermanita me hacía querer abrazarlo todo el tiempo, era el chico más lindo y tierno del mundo con ella, la hacía reír a cada rato y, aunque él no lo aceptara, no podía quedarse enojado con ella más de un minuto y siempre hacía lo que ella dijese. Estaba segura de que la amaba más que a nadie y eso era estupendo.

"Que me trate bien, como a una princesa" Cuando estábamos juntos me sentía la chica más afortunada del mundo. Jamás un chico había sido tan caballeroso conmigo. Harry me trataba como una princesa aunque ni siquiera me lo mereciera.

The perfect bucket list » Harry Styles (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora