Cap 53

313 18 0
                                    

Sin poder ni respirar pasé mis manos por su cuello para juntar nuestros cuerpos aún más. No me interesaba en absoluto estar en la calle o que alguien nos pudiera ver. Yo sólo quería besarlo y besarlo y besarlo un poco más. Él pasó sus manos por mi espalda y se acomodó más pegado a mí.

-De verdad nos gustaría dejarlos expresar su amor eterno de esta manera -nos exaltó la voz de Adaime-, pero están en la calle y una señora los está viendo mal.

-Oh -volteé la cara hacia una señora paseando a su perro. Nos estaba viendo desde la acera de enfrente pero podía sentir su desprecio y podía ver bien su cara ceñuda. Tosí falsamente y Harry se alejó de mí.

-Es su culpa de todos modos -dijo con amargura hacia a ellas y se metió al auto de nuevo, claramente un poco molesto.

-De acuerdo... Bueno, Linda, se nos ocurrió una idea -murmuró Annie mientras se acercaban a mí.

Yo seguía sentada en el cofre con los sentimientos a flor de piel.

-¿Qué?

-Que vas a perder tu gran V con Harry -susurró Adaime muy cerca de mí para que nadie pudiera escuchar. Yo no era tan imbécil como para no saber que la "gran V" era la virginidad-. Obviamente, no esta noche, porque nosotras vamos a estar ahí, pero mañana...

-¿De qué están hablando? -Susurré fuerte-. No voy a perder nada con nadie, y menos con él.

-No seas testaruda, ya planeamos todo -dijo Annie-. Y esos trajes van a ser la cereza del pastel.

-Niñas, ya traté una vez. ¿Recuerdan cómo terminó? Adaime, a ti te acabo de contar lo que pasó -ella reprimió una risita al recordarlo-. No sirvo para eso, ¿de acuerdo? Lo voy a estropear todo de nuevo.

-Pero ahora nos tienes a nosotras para... -un fuerte pitido nos hizo saltar a todas. Las tres fulminamos a Harry con la mirada-. Casi me deja sorda el maldito.

-Miren, no quiero rechazar sus consejos sexuales de esta manera -me bajé del cofre-, pero de verdad no sirvo para esto, no soy seductiva o esas cosas, de verdad no lo soy. ¿No me ven? Probablemente me rompa una pierna en el intento.

-No dudamos en que quizás te lastimes tratando de hacerlo -dijo Annie-, o que lastimes a Harry, o que quemes el apartamento de alguna manera, o que rompas la cama, o que...

-Sí, ya entendí -la interrumpí.

-El caso es que va a valer la pena. ¿Está bien? Tú sólo... Sólo déjale todo el trabajo a él -aconsejó Adaime-. Y no hagas nada que pueda terminar en tragedia.

-Todo lo que hago yo termina en tragedia. De todos modos, este no es el lugar para hablar de eso.

-Esta noche no te salvas de nosotras -amenazó Annie y se metió al auto.

-Nosotras sólo queremos ayudar. ¿No crees que el pobre Harry se merece algo de acción? -Preguntó Adaime antes de subir también.

No podía creer que de verdad me estuvieran obligando a hacer eso.

Estaba enojada y nerviosa. Harry aparcó afuera de una tienda que se veía oscura, salvo por el gigante anuncio en colores neón que decía "Sex Shop".

-¿Cómo conoces este lugar? -Le pregunté a Harry antes de bajar.

-El dueño es hermano de un amigo -contestó y se encogió de hombros-. Vamos, esto va a ser divertido.

-No, esto es considerado acoso sexual en muchos países -murmuré para mí misma antes de bajar-. Acoso sexual y prostitución.

-No seas exagerada -Harry me rodeó la cintura con fuerza y me arrastró hacia adentro de la tienda.

Penes de plástico, cosas del diablo, mujeres desnudas, juguetes sexuales, más penes de plástico, trajes de prostituta, más cosas del diablo... Estoy realmente gritando de pánico por dentro; no es que no haya visto este tipo de cosas antes, Abby y yo vimos una película porno hace un tiempo para sacarnos las dudas. Pero todo esto es otra cosa, otro nivel que va más allá de lo obsceno. Me voy a ir al infierno por estar aquí.

-¡Harry! ¡Hola, hombre! -gritó un tipo gordo que estaba tras el mostrador. Lo rodeó y caminó hacia nosotros. Casi podía sentir el piso retumbar con cada paso que daba el tipo.

-¿Qué hay, Pete? -Harry se acercó a él y estrecharon manos.

-No mucho. ¿Cómo esta Joel? -Preguntó. Adaime a mi lado se volteó nerviosa y Harry dio una mirada hacia ella.

-Él está muy bien, procreando y todo eso.

-¿Procreando? -Repitió sin entender.

-Sí, Joel va a ser papá. ¿Puedes creerlo, Pete? Ella es la afortunada -señaló a Adaime.

El gordo me miró con la boca abierta y se acercó a mí con los brazos abiertos. Me encogí tratando de no ser tocada por el dueño de una Sex Shop, pero de todos modos me abrazó.

-¡Qué linda eres! -Exclamó.

-Uhm, no, no ella -corrigió Harry-, la de al lado.

-Oh, lo siento -se separó de mí con un poco de timidez y avanzó hacia Adaime para abrazarla también- ¡Qué alegría! ¿De verdad estás embarazada?

-Sí... Tengo tres meses -admitió nerviosa, separándose de él.

-¡Qué lindura va a ser mi pequeño sobrino! Aunque necesitas comer más, estás muy delgada.

-Sí, lo sé... Nada de dietas para mí de ahora en adelante -dijo ella más confiada. No era tan escalofriante el gordo, después de todo. Sólo muy cariñoso.

-Las dietas son para los débiles. Entonces... ¿Están aquí para darme esta fantástica noticia, o necesitan algo? -Le preguntó a Harry-. Sabes que puedes tomar lo que quieras, gratis.

-En verdad, necesitamos unos trajes -dijo él y me tomó del brazo para que lo siguiera-. Vamos a echar un vistazo.

-Claro, claro, mi tienda es su tienda -nos dio una sonrisa y regresó al mostrador.

Avanzamos hacia los percheros que estaban llenos de todo tipo de disfraces porno.

-Como yo voy a pagar... Bueno, a tomarlos gratis... -habló Harry poniéndose entre mí y los disfraces -, tengo derecho a escogerlos.

-No, no tienes derecho a nada -lo empujé-. Yo los voy a elegir, y serán sólo dos.

-No, serán cinco -renegó.

-Tres.

-Cuatro.

-¡Tres! -Levanté la voz.

-Está bien -puso los ojos en blanco -, pero yo los elijo.

-Como quieras, pero no te pases. ¿De acuerdo? -Él asintió y empezó a husmear entre todos los trajes.

-Pásate todo lo que quieras, Harry -dijo Annie-. Ella es tu prostituta y tú puedes elegir lo que te convenga.

-Pruébate éste -levantó uno de policía. Yo negué con la cabeza-. Tienes que probártelo ¿Qué tal si los llevamos y no te quedan?

-Sólo me lo probaré si ustedes dos -señalé a las chicas- se prueban unos también, de ese modo no me sentiré tan mal.

-Por mí no hay ningún problema -contestó Harry sonriendo. Por supuesto que no, maldito caliente.

Tomó uno de enfermera y se lo tendió a Annie, quien lo tomó con diversión.

-Yo estoy embarazada, que ni se te ocurra, no lo voy a hacer -renegó Adaime.

-Está bien, la preñada se queda sin diversión -murmuró Harry y volvió a poner en su lugar uno de colegiala-. Entren, póngaselos y después salen para que yo les diga qué tal.

-Eres un mal amigo -murmuré hacia él antes de meterme con el traje de policía al probador.

The perfect bucket list » Harry Styles (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora