The perfect bucket list » Harry Styles (Terminada)

Cap 54

{Harry}

Estaba disfrutando de ese día al máximo. No podía dejar de sonreír. Amaba a Adaime más que nunca, porque no me volvería a meter en problemas con Linda, porque estaba embarazada de uno de mis mejores amigos, porque estaba siendo más linda y divertida que nunca y porque gracias a ella, le di cinco besos a Linda en un mismo día. No había manera de no amarla por esos besos. Estaba que saltaba de la emoción y ahora no podía mantener mis manos alejadas de Linda, por más que trataba de controlarme.

El reto se me ocurrió de último momento, ingenioso, perfectamente ingenioso. ¿No creen? Esa fue la mejor idea que se me había ocurrido en toda mi vida.

Estaba sentado enfrente de los probadores con los codos recargados en las rodillas, esperando a que Linda saliera con el traje de policía.

-Te mueres por ella, ¿cierto? -preguntó Adaime con una sonrisa. Yo la miré confundido-. A mi no me engañas.

-¿Engañarte con qué?

-Estás enamorado de Linda -dijo con confianza.

-¡Ya voy a salir! ¿Annie, ya terminaste? -Gritó Linda interrumpiendo a Adaime.

-Me gusta, eso es todo -mentí-. Al igual que me gustas tú, que me gusta Annie y que me gustan muchas chicas.

-¿Estás seguro?

-¡Ya estoy lista, salgamos al mismo tiempo! -Grito Annie.

Y dejé de ponerle atención a Adaime. Ella era la menos importante en ese momento. Las cortinas de los probadores se abrieron al mismo tiempo y la mandíbula casi se me despega de la cara cuando salió Linda y caminó hacia mí con el traje de policía más sensual del universo, y una gorra de oficial sobre su cabello desordenado. Menos mal que el pantalón que traía me quedaba suelto, porque sin dudas tenía algo qué esconder ahí.

Juro que la vi caminando como si fuera alguna película, lentamente, música de sexo de fondo y con el cabello volando. Dio una vuelta y casi suelto un chillido involuntario. El vestido estaba más apretado a su cuerpo que cualquier otra cosa que ella se hubiera puesto alguna vez y le llegaba justo debajo del trasero. Resaltaba sus pechos y dejaba ver su ombligo. Se veía más morena, se veía más sensual que nunca, algo me estaba estorbando demasiado en los pantalones y me daban ganas de tirarme sobre ella en ese momento.

-Ese nos lo llevamos, definitivamente -dije por fin después de unos segundos de embobamiento. Linda rió y negó con la cabeza.

-¡Dios, que chicas tan sensuales tenemos aquí! -Exclamó Adaime.

-Es algo natural -contestó Linda guiñándole un ojo a Adaime-. Annie, te ves estupenda.

-No más que tú, morena -Annie se acercó y le dio una nalgada a Linda.

Oh, Dios, podía casi jurar que lo estaban haciendo a propósito. No podía despegar mis ojos de Linda, así como no podía cerrar la boca.

-Mira estos zapatos -exclamó Linda, caminó hasta una repisa y tomó unas zapatillas de prostituta. De esas que tienen en la suela un espacio para las propinas. Se quitó los zapatos y se metió en esas cosas, creciendo de repente como 15 centímetros. Me quise imaginar a Linda bailando en esas zapatillas, pero verdaderamente sólo me la podía imaginar cayéndose.

-¿Puedes andar en eso? -Le pregunté con burla y me levanté-. Por fin estas de mi tamaño.

-Sí, no son tan incómodos como se miran -me miró sonriendo y caminó de un lado a otro probando los zapatos.

Era casi imposible pero, aún con ese vestido y esos zapatos, no dejaba de verse hermosa. No sexy, ni caliente, sino hermosa. Y puedo asegurar que esto jamás me había pasado con ninguna otra chica.