Cap 61

664 18 2
                                    

Cuando sentí algo agradablemente húmedo en mi mejilla en dirección hacia mi frente, mi primera reacción fue sonreír y quedarme quieto al pensar que Linda estaba ahí besándome, pero cuando abrí los ojos no vi más que a Haward poniendo su sucio hocico por toda mi cara.

Me levanté rápidamente de un salto y alejé al estúpido cerdo de mí. Si lo bajaba de la cama, de alguna manera se volvería a subir, así que solo hice que se acostara a mi lado y se quedara quieto. Yo sabía, cuando la compré, que una cama bajita tendría sus defectos, pero nunca pensé que un cerdo subiéndose a ella y besando mi cara fuera uno de ellos. Una persona normal no piensa que cosas como esas podían pasar. Una persona normal no tiene un cerdo en su apartamento solo porque su chica quiere uno.

Me estiré y toqué a mi lado para encontrar a Linda, pero ella no estaba allí. Me senté desconcertado y apoyé la cara en mis manos para ordenar mis pensamientos.

—¡Déjame en paz! —le exigí al mugroso cerdo cuando puso su frío hocico en mi espalda caliente y lo agarré bruscamente para bajarlo de mi cama. ¿Por qué no entendía que no me caía bien? Siempre estaba fastidiándome. Lo único que logró con su llegada fue hacer que mi Kimmo se escondiera todo el día bajo el sillón. 

Luego de intentar despertarme completamente, decidí ir en busca de Linda. Me levanté desnudo y caminé hacia el baño, aún con flojera.

—¿Linda? ¿Estás aquí? —pregunté fuertemente golpeando la puerta.

Esperé unos segundos a que contestara, y cuando no lo hizo abrí la puerta y entré, pero ella no estaba ahí tampoco.

Caminé rápidamente hacia mi armario para ponerme algo, pero solo me lleve una sorpresa horrible. Su ropa ya no estaba. Bueno, por lo menos su mayoría no estaba allí colgada.

Una advertencia de algo realmente malo empezó a crecer dentro de mí y me desesperé. Tomé aire profundamente, mi pecho se levantó violentamente y apreté los puños con coraje.

Ella no podía haberse ido, Linda no podía haberme hecho eso. No un día después de mi cumpleaños, no después de esa noche que pasamos, no después de todo, ella no se podía ir así nada más. No saques conclusiones tan apresuradas, Harry. Quizás solo mandó a lavar la ropa, quizás solo la sacó de ahí.

Tomé mi ropa con el cuerpo extremadamente tenso, negándome a pensar que de alguna manera ella me había abandonado, porque eso no podía ser posible de ninguna forma. Estaba decido a decirle que la amaba más que a nadie, estaba totalmente dispuesto a que ella me rechazara si es que no se sentía del mismo modo, pero yo solo quería decirle. Estaba realmente desesperado por sacar todos esos sentimientos de una vez por todas. Y tenía que encontrar a esa loca sin corazón que sacó su ropa de mi armario.

Cuando me di la vuelta y miré hacia la cama, noté por fin lo que estaba sobre ella, donde había estado Linda acostada horas antes. Me acerqué desconcertado y tomé entre mis manos la grabadora que Niall había dejado en casa unos días antes. ¿Qué demonios estaba haciendo esa cosa ahí?

Tomé el libro que estaba a su lado, el diario de Linda donde estaba esa lista que nunca me dejó ver. Con el ceño fruncido por la confusión y con esas dos cosas en las manos salí hacia la sala, pero Linda no estaba ahí. Caminé desesperado hacia la cocina, pero ahí tampoco estaba. La casa estaba tan silenciosa que podía escuchar los latidos desbocados de mi corazón cuando me senté en el sillón sin poder pensar en nada coherente.

Esa desgraciada se fue y lo único que me dejó fue su diario y una grabadora que no me serviría para nada, ¿para qué demonios sirve una grabadora que graba...? Oh, ya veo...

—A ver, ¿cómo se usa esta cosa?

Su voz fuerte, dulce y armoniosa llenó el apartamento. Me quedé mirando la grabadora sin entender nada.

The perfect bucket list » Harry Styles (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora