Capítulo 27: "La reina Blanca" CAPÍTULO FINAL 1' LIBRO

44 1 0
                                    

LILIAN

El ruido de ruedas y el fuerte galope de caballos hizo que me estremeciera.
-Son ellos- murmuró Ander.
-Todavía nos buscan...
-No creo que dejen de hacerlo a menos que los acabemos- Ander se pasó la mano por la frente como agotado.
-¿Y ahora?- le pregunté.
-Dejemos que nos atrapen...
-¿Qué?- dije casi chillando.
-Así iremos directo a donde está Lydia...
-¿Y después de eso, qué?- dije algo exasperada.
-Hay que matarla...
-Estás diciéndolo como si fuese algo de todos los días...

ALICIA

-¡No Cheshire!- chillé fulminando con la mirada al odioso gato, que me miraba desde la misma rama de donde había encontrado la galera.
-¡SI!- el gato reía a carcajadas-. Así es, vas a dejarte atrapar y cuando estés dentro vas a matar a Roja...
-Ni hablar- dije negando con mi cabeza.

GRETA

Me enojaba que el único nombre que ocupara mi mente todo el día sea: Ian y más cuando estaba tan loco.
-¿Te puedo decir algo Ian?- dije apretando los dientes y frunciendo el ceño.
-Sip- él parecía divertido.
-La primera vez que te vi pensé que eras un loco, un demente, un psicópata con una mente totalmente retorcida, ¿y sabías que?- dije-. ¡TENÍA RAZÓN! ¡No vamos a dejarnos atrapar así como así!
Ian reía-Hasta cuando estás enojada te ves linda- la velocidad de mi rítmo cardíaco aumentó y Hanzel pateó su rodilla- ¡Hey!- protestó Ian.
-En primer lugar no le hables así a mi hermana o te mato y en segundo lugar si nos atrapan es como una muerte asegurada...
-Pero si entran pueden matar a Roja- decía Ian.
-Como si fuera tan fácil- dije y agregué-, como si llegase y así -chasquié los dedos-, caen todos muertos delante mío...
-Pero no es tan así, Greta- Ian se acercó más a mi.

PETER

-¿Para qué voy a dejarme atrapar, Crystal?- protesté- ¡Es estúpido!
-No. Además ahí podrás ver a Alicia...
-¿Ella también se dejarà atrapar?
-Si no lo hace van a encontrarla y la matarán allí...
-Entonces es mejor esconderse y que se tomen la molestia de buscarme- dije bufando.
-No, porque sino te van a matar en el bosque y lo que queremos es ir al castillo de Lydia.
-Si me dejo atrapar me van a matar en el bosque igual.
-No, porque van a "atraparte" justo entrando al castillo.
-No entiendo porque debe ser así...
-Solo te digo que confíes en mi- dijo Crystal acorralándome contra una de las extrañas enredaderas de ese misterioso jardín de rosas blancas, bueno, ahora rojas.

HANZEL

-Está bien- dijo Greta aceptando dejarse atrapar.
-¿Qué?- abrí mis ojos como platos.
-No tenemos más opciones Hanzel, además estar escondidos rogando que no nos encuentren es inútil...
Fruncí el ceño.
-Y tampoco podemos vivir con miedo a que nos encuentren, hay que enfrentarlos.
-¿Cómo vamos a enfrentarlos?-dije malhumorado-. Nos doblan en tamaño, cantidad y fuerza.
-No. Son el triple de veces más grandes, más fuertes y hay millones de ellos- me corrigió Ian.
-Da igual eso- dije-. No podemos enfrentarlos.
-Y no podemos escapar tampoco- dijo Greta. Ella se veía destruída. Siempre creí que conocía a mi hermana mejor de lo que yo me conocía, pero no, estaba equivocado. Ella no era la frágil, inocente, sensible y, hasta algo cobarde, chica que creí que era. Ya no la veía llorar y parecía pensar con más calma y madurez.

LILIAN

Comencé a salir de la cueva, iba a entregarme, dejarme atrapar, no tenía más opción. Todas mis extremidades temblaban, mi corazón latía tan rápido como podía, parecía un caballo desbocado, asustado. Respiraba rápido, también, y no veía con claridad. Ander dijo que iría también, solo que no se dejaría atrapar... dijo que tenía un plan. Me escurrí por entre paredes con enredaderas y muros con manchas rojas, grandes arbustos con rosas blancas y rojas. Antes de que pudiera salir de él una carta-soldado me vió y comenzó a seguirme junto con otras diez y una carreta que tiraban caballos. Al irse acercando pude divisar que en vez de ojos los caballos tenían dos huecos negros y profundos por los que caía una espesa sangre a borbotones. Ahogué un grito y comencé a correr, tenía que disimular. Al sentir que tropezaba ,producto de un fuerte empujón de una de las cartas, cerré los ojos. No quería ver tan de cerca a esas horribles criaturas.
-¡La desmaye!- gritó una carta.
-Alzarla- dijo otra.
Entonces sentí como me levantaban del suelo y me cargaban en brazos.

Sombríos © [No Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora