Capítulo 12: "Blancanieves y los siete demonios"

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LILIAN

-Ya- dije riéndome con nerviosismo y apartando a Ander lejos mío-. Solo... ¿cómo puedo ayudar a mis amigos?
Ander sonrió y se rascó la cabeza pensativo- Podemos intentar ver si está en la biblioteca.
Asentí y caminé, junto a él, hasta el lugar.

ALICIA

Gritaba con una agudez que no sabía que poseía. Pronto caí con brutalidad sobre lodo.
-Mierda, que asco- dije intentando limpiarme envano el lodo-. PUAJJ, maldito gato mugroso. Apolo cabrón.
Me levanté dolorida. Escuché una risa que retumbó todo, fue entonces cuando me di cuenta donde estaba, estaba en una cueva, habían piedras por todos lados. Todavía estaba algo tambaleante. La risa se escuchó pero con más fuerza y algo saltó a mi. Caí de espaldas, algo trepó mi pierna, era un conejo viejo y pelado, partes dd su piel estaban al rojo vivo. Sacudí mi pierna y este se bajó. Tomando un... ¿un brazo de esqueleto? Me amenazó.
-Ni se te ocurra seguirme o...-dijo haciendo una seña de que me cortaría el cuello.
-Tranquilo amigo, no me drogo tanto como para seguirte- dijo yéndome casi a zancadas. Edtaba loco si creía que lo seguiría, pero entonces él estaba detrás mío.
-El idiota de Apolo te retuvo el tiempo suficiente como para que no te hiciera yo daño, pero e de decir que es muy cobarde yéndose, al igual que Cheshire- decía el conejo rebuscando pir dentro de su piel hasta extraer un reloj ensangrentado.
-¿Y si se compra una cartera para guardarlo? Hay unas de cuero muy lindas- dije con el estómago revuelto.
-No te pases o te incinero.
《Si quiere hacerle daño a alguien de verdad, que lo toque y ahí se muere, por el asco》pensé y reí.
-Si te tocase y murieses, será mejor que me creas que lo hubiese hecho hace rato- dijo el conejo como si hubiese escuchado lo que pensé.
Fruncí el ceño y me alejé.
-No te vayas, jamás te pegaría como Oscar, por si se te ocurre matarme- dijo el conejo. Caí de rodillas.
Oscar había sido un antiguo novio mío, el parecía el perfecto a vista de todos... pero no. No lo era. Me había pegado millones de veces, tenía una cicatriz no solo en el cuerpo sino en el corazón y en el alma. No creía en los hombres desde ello.
Aquel día había intentado golpearme otra vez, me dio un empujón. Empuñé una lámpara y le pegué con ello en la cabeza, el foco explotó y el vidrio de este se incertó en su ojo, pero no me detuve, de hecho se lo clavé más ondo mientras le daba patadas desquiciada. Mis padres cubrieron todo con unos cuantos millones y yo quedé ilesa. Aún así yo lo sabía... era una asesina. Quizás por defensa propia, pero no dejaba de serlo. Cerré los ojos pero contuve las lágrimas.
-Así que soy un cabrón, ¿Alicia?- dijo una voz conocida. Abrí los ojos y me paré, miré a todos lados, no había nadie más excepto el conejo sonriendo como venciente y yo-. No me fuí, el inútil conejo no puede saber que estoy acá- dijo otra vez la voz.
-Apolo- susurré. Sentí una aire caliente recorrer mi cuello.

PETER

Siempre me había gustado Alicia, hasta incluso cuando estaba con Oscar, pero ahora, aunque me encantase ella y todo lo que hacía sabía que no me pertenecía. Era difícil de explicar pero ya lo percibía, a ella le gustaba alguien más. Supongo qie era mi instinto, y sabía que no fallaba.
Caminé por un camino de... ¿chocolate? Daba igual, no pensaba probarlo para comprobar jamás en la vida. Dos figuras se veían a lo lejos, no quise acercarme, de echo quería irme corriendo, pero avanzaba. No podía controlar los músculos de mis piernas.

GRETA

Vi que la figura avanzaba, retrocedí, y sujetando la muñeca de Hanzel salí corriendo disparada.

LILIAN

Llegamos a la biblioteca- ¿Y ahora?- dije .
-Ahora hay que buscar el libro. Es rojo. La tapa- decía Ander.
-Genial, creo que el 95% de los libros de la biblioteca tienen la tapa roja- bufé.
-Tranquila Lili, vas a reconocerlo... Si no lo hago yo primero, claro- me contestó Ander arqueando una ceja. Sonreí y me puse a buscarlo.
Pasaron quizás horas, nada de nada.
-¿Y porqué hay que buscarlo acá?- pregunté algo frustrada.
-Ya lo vas a averiguar- me dijo Ander como única respuesta.
《Genial, otro misterio más. Tendría que llamar a Ander: Mr Ya lo vas a averiguar》pensé.
Entonces, como si alguien me lo dijese al oído, distinguí un pequeño, viejo, finísimo y muy desgastado libro rojo sucio de terciopelo, sus hojas amarillentas, como alas de mariposa, de tan delicadas.
-Lo encontré- anuncié con mucha felicidad. Comencé a quitarlo de entre tantos libros, su forma era rectangular.
Al abrirlo, de este, se desprendió una gran nube de polvo. Tosí como acto reflejo y moví mi mano de derecha a izquierda para que la nube de polvo se deshaga. Ander se sentó en el suelo, a mi lado, y tomó entre sus manos el libro. Buscó una página, la abrió, con aire de suficiencia leyó: "Blancanieves y los siete Demonios"
-¿No eran los siete enanos?- repuse yo. Ander negó con la cabeza.
-Blancanieves y los siete demonios, Lili- dijo Ander guiñándome un ojo.

Sombríos © [No Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora