𝐶ℎ𝑟𝑖𝑠𝑡𝑚𝑎𝑠 𝑉𝑎𝑐𝑎𝑡𝑖𝑜𝑛

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Lian estaba sentada sobre tu cadera mientras tú y Roy esperaban. Ambos decidieron que querían salir de la ciudad y pasar tiempo con Lian.

Hasta el momento, el viaje había ido bien. La vieja camioneta roja de Roy aguantaba y Lian se lo estaba pasando genial.

Hasta que tuvo hambre, claro.

Esto te llevó a donde estabas ahora, esperando en la fila para conseguir un asiento en un lindo restaurante.

"Tengo hambre"

Roy se rió entre dientes y le revolvió el pelo a su hija, besándola en la cabeza. "Lo sé, nena, pronto comeremos algo".

Lian se cruzó de brazos e hizo puchero, entendiendo lo que su padre le decía pero no iba a estar feliz por eso.

Roy te miró con una sonrisa divertida en el rostro. Te rodeó la cintura con un brazo y te atrajo hacia él, sintiendo que te estremecías por su calor.

"Cariño, si tienes frío solo tienes que decírmelo".

Manteniendo a Lian agarrado con fuerza, acariciaste su hombro. "No me había dado cuenta de lo frío que soy hasta ahora", te reíste.

"Papá siempre está calentito"

Le sonreíste. "Sí, papá siempre es cálido".

Lian sonrió y te abrazó con fuerza. "Y mamá da los mejores abrazos y caricias".

Ante sus palabras, el tiempo pareció detenerse. Tú y Roy llevaban ya unos años juntos y tú asumías plenamente el papel de madre para Lian, pero nunca pensaste que ella te consideraría su madre.

Roy sintió que tu cuerpo se movía al oír las palabras que decía su hija. Podía ver las lágrimas que te picaban los ojos mientras abrazabas a su pequeña con más fuerza.

Roy te acercó más a él y te besó en la frente. "Sí, mamá da los mejores abrazos".

No pasó mucho tiempo hasta que se sentaron a la mesa y el almuerzo transcurrió sin problemas. Pasaron algunas horas hasta que los tres volvieron a la carretera, con Lian desmayada en el asiento trasero.

Roy te tomó la mano mientras conducía, sabiendo que necesitabas ese consuelo.

"¿Todo bien, nena?"

No pudiste evitar decirle: "Ella me llamó mami".

"Lo escuché", se rió entre dientes.

Apretaste su mano con más fuerza. "Nunca pensé que me viera de esa manera, me tomó por sorpresa".

Roy tarareó suavemente: "Bueno, has estado cerca de ella casi toda su vida cuidándola. Para una niña de seis años, eso es lo que es una madre".

"Si te ayuda, puedo empezar a llamarte mamá también".

Pusiste los ojos en blanco. "Concéntrate en la carretera, Harper".

Roy se rió: "Me amas".

"Eso hago."

𝐷𝐶 𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora