𝐷𝐶 𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠

𝑆𝑙𝑒𝑒𝑝 𝐻𝑎𝑏𝑖𝑡𝑠

Dick sintió el movimiento de la cama, el movimiento de tu cuerpo junto al suyo, el movimiento de las mantas antes de dispersarse para volver a cubrirte el cuerpo con ellas. El insomnio era algo real y era algo contra lo que luchabas más de lo que te gustaría admitir.

Tu novio yacía allí con las manos cruzadas detrás de la cabeza, mirando fijamente al techo. Las sábanas le cubrían la cintura y era prácticamente un calentador humano. Su piel irradiaba oleadas de calor.

No te molestaste en darte la vuelta para mirarlo de frente. Sabías que tenía una larga noche de patrullaje y que necesitaba dormir. No te diste cuenta de que estaba despierto contigo hasta que sentiste una mano que se metía debajo de las sábanas y agarraba tu cadera, y su pulgar rozaba suavemente tu piel.

-Hola -dice Dick en la oscuridad del dormitorio-. ¿No puedes dormir?

-No -respondes con un resoplido molesto.

Dick sonríe para sí mismo y te mira rodando sobre tu espalda. Cruzas los brazos sobre el pecho en señal de derrota y ambos miran al techo juntos.

-¿Volviste a tomar cafeína antes de acostarte? -pregunta Dick, sabiendo que a veces te gusta tomar una taza de té caliente antes de acostarte.

"No."

"¿Qué tal un poco de ejercicio?"

"Hice eso también antes de ducharme".

Dick piensa por un momento.

"¿Qué puedo hacer?"

Giras la cabeza para mirarlo. Incluso en la oscuridad del dormitorio, puedes ver la preocupación que se refleja en sus hermosos rasgos. Sus ojos azules te miran con atención, el suave roce de su mano sobre tu cadera es casi suficiente para hacerte entrar en trance. Suspirando, te acercas a la fuente de calor y acaricias su pecho con la barbilla.

"Noquéame."

Dick levanta una ceja. No hace falta que haya luz en el dormitorio para saber que lo hizo.

"¿Disculpe? De ninguna manera."

"¿Por quéeee?", te quejas. "Al menos me libraré de mi sufrimiento y, con suerte, podré trabajar unas cuantas horas".

Dick se ríe en voz baja y el ruido de su pecho envía calor a todo tu cuerpo. Te rodea con el brazo y te atrae hacia sí. "No, lo haremos de forma natural". Con un movimiento rápido, te coloca encima de él.

-Estás muy sexy. -Hacemos una mueca, pero no podemos evitar rodear su cuerpo con nuestros brazos y enroscar nuestra pierna alrededor de la suya.

-Qué adorable de tu parte darte cuenta. -Dick tira del dobladillo de tu camiseta y la levanta por encima de tu cabeza, dejándote desnuda contra su pecho, menos los pantalones cortos de dormir. Si fuera por él, también los confiscaría.

"¿Qué estás haciendo?", susurras, ignorando su ego.

Las yemas de los dedos de Dick bailan a lo largo de tu columna vertebral. Te sacudes bajo su toque, los suaves toques de sus dedos callosos te hacen cosquillas.

"Simplemente cierra los ojos y respira profundamente", te indica Dick. Te tranquilizas y haces lo que él te dice, haciendo coincidir tu respiración con las caricias de sus dedos sobre tu piel.

-Esa es mi chica... -Dick te elogia suavemente, besando tu coronilla e inhalando el dulce aroma de tu champú. Continúa sus suaves caricias de arriba a abajo por tu espalda, rascando tus omoplatos, mezclando toques suaves con otros más ásperos. Te acaricia los músculos, descubriendo algunos nudos que ni siquiera sabías que tenías.

"Eres... increíble..." gimes entre caricias de sus manos, la baba amenaza con deslizarse por la comisura de tu boca mientras te masajea generosamente.

"Cualquier cosa que te relaje. Sé que a veces te cuesta dormir. Es lo mínimo que puedo hacer".

Sonríes, una emoción que Dick puede sentir físicamente contra su pecho. Hace que sus labios se curven hasta formar uno propio. No deja de hablarte, de contarte cuánto te adora y de los divertidos encuentros que tuvo mientras patrullaba. Te cuenta todo tipo de cosas hasta que se encuentra con un suave ronquido que sale de tu boca.

Dick sonríe, su corazón late a un ritmo constante contra tus oídos mientras aprieta su agarre sobre ti mientras él también descubre un sueño abundante.