SEGUNDO LIBRO
A pesar de que Jacob y Edward finalmente han desentrañado los misterios que los rodeaban y pueden estar juntos al fin, nuevos obstáculos comienzan a aparecer con nuevos descubrimientos y el dolor que Edward empieza a sentir ante la pos...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Hola a todos!,
Como saben, publiqué el capítulo 19 en Año Nuevo, así que hoy solo habrá un especial. Será una recopilación de pequeños momentos que ocurrieron antes de la batalla. Es algo breve, pero espero que lo disfruten. Además, les pido que lean hasta el final, ya que tengo un anuncio importante que compartir.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hacer las cosas bien
Pedir permiso...
Esas palabras resonaban como un mantra en la mente de Edward. Sabía que, si deseaba hacer las cosas correctamente, debía dar ese paso crucial. No era solo una formalidad; era un acto de respeto hacia alguien que, a pesar de sus diferencias, había mostrado amor incondicional por Jacob. La decisión había echado raíces tan profundamente en su corazón que ninguna duda podía arrancarla. Por eso, con firmeza y determinación, Edward se dirigió a la casa de los Black, aprovechando que Jacob no estaba presente.
Cuando Billy abrió la puerta, su expresión reflejaba una mezcla de sorpresa y cautela.
—Edward... —fue lo único que dijo, con las cejas alzadas.
—Señor Black —respondió Edward con calma—. Espero no estar interrumpiendo, pero quería hablar con usted.
Billy dudó un momento, observándolo con esa mirada que parecía atravesar las capas de misterio que rodeaban al vampiro. Finalmente, dio un paso al costado para dejarlo entrar.
—Pasa.
Edward agradeció con un leve asentimiento, pero no se sentó hasta que Billy lo invitó a hacerlo. Una vez en el sofá, notó el silencio expectante en la habitación.
—Lamento importunarlo —comenzó Edward, manteniendo la mirada fija en los ojos del hombre—, pero esto era algo que necesitaba hacer personalmente.
Billy entrelazó las manos sobre su regazo y lo observó con curiosidad.
—Supongo que no vienes por Jacob, ya que no has preguntado por mi hijo.
