veinte

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Tras haber transcurrido los tres días, regresé al instituto. El día que nos lo pidieron, había entregado el dinero de los chocolates vendidos y Abby me comentó que ella los había comido todos, pero los había pagado.

Durante la última semana, Spencer había sido muy atento conmigo. Desde acompañarme a casa, hasta comprarme un montón de comida —lo cual no podía negar, era lo mas maravilloso del mundo—.

Al final, resultó que la recompensa de la venta de chocolates, si era un baile. Para Abby eso le hizo gritar y brincar de emoción.

"¡Hay que ir a comprar nuestros vestidos! ¿Que tal uno azul marino? ¡No! ¡No! ¡Ya se! ¡Uno rojo!" Ella estaba gritando, ignorando por completo al profesor de biología.

"No creó que haya necesidad de pensar en eso ya."

"¿Que? ¿Estas loca?"

"Abby, aun hay tiempo." Repuse.

"¿Sabes que día es hoy? Miércoles. El baile es el viernes."

"Para mi eso es mucho tiempo." Le aclaré.

"Bien entonces iremos a comprarlos esta tarde."

Cuando biología finalizó, Abby y yo tuvimos que esperar a Spencer, pues durante la clase me había arrojado un trozo de papel diciéndome que tenia que preguntarme algo.

"¿Que pasa?" Le pregunté una vez que ya estaba a mi lado.

"Bueno el baile es el viernes y yo, bueno yo, quería decirte ¿te gustaría ser mi acompañante?"

"Ah.." Me giré a mirar a Abby y ella se encogió de hombros. "Si, seguro."

"¿Dijiste que si?" Asentí confundida ante su pregunta. "Oh dios, gracias Shay, gracias." El sin pensarlo, me abrazo y dejó un besos en mi mejilla marchándose entonces.

"¿Viste eso?" Pronunció Abby. "Te.. Te dio un beso."

"Si."

"Woah, este chico si va enserio."

Al terminar la jornada, ambas tomamos un bus hacia una pequeña tienda de vestidos. Ella no perdió tiempo, y al instante comenzó buscando el suyo.

Tras mirar una decena de estos, me pareció lindo uno color blanco. Busqué a Abby y al encontrarla ella sostenía uno color rojo.

"Si yo llevo este, y tu ese, y logramos convencer a Dylan de que use un traje azul, podrían llamarnos Estados Unidos." Propuso ella.

"O Chile." Dije yo.

"O Australia."

"O Inglaterra."

"O Francia."

"Si, Francia me gusta." Me encogí de hombros.

"O si logramos que Dylan use un traje verde, nos llamarían Italia." Rió Abby.

"O Hungria."

"O México."

"O Madagascar."

Discutimos acerca de banderas de distintos países por unos minutos más y finalmente compramos lo vestidos.

Camino a su casa no tengo idea de por que, pero ella tuvo que mencionarlo.

"Promete que no volverás a llorar por Luke."

"Lo prometo." Respondí, entrelazando su dedo meñique con el mío.

El viernes por la mañana había despertado temprano gracias a que Abby había estado llamando repetidas veces a mi teléfono y este no paraba de sonar.

cold coffee » lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora