cold coffee » lrh

veintinueve.

Abrí mis ojos, frunciendo mi entrecejo. Mire a mi alrededor y me di cuenta de que estaba en la camioneta de Luke. Él conducía y yo estaba en el asiento del copiloto.

"Dormiste casi todo el camino Shay." Dí un pequeño salto al escucharle hablar.

"Ah, ¿si?" Susurré, no muy segura.

"Sí." Me gire hacia la ventanilla y esta se encontraba cubierta por gotas de lluvia. Sólo había unos cuantos automóviles. No muchos. "Mierda, la radio se averió." Luke quitó una de sus manos del volante e intento encender la radio, pero parecía no funcionar.

"¿En dónde estamos?" Pregunté, encogiéndome en el asiento. El aire acondicionado estaba encendido y el frío comenzó a adueñarse de mi cuerpo.

"En carretera. Pero, no te preocupes, ya casi llegamos."

"¿Ya casi llegamos?" Pregunté aún más confundida.

"Sí."

"Pero, ¿A donde va..?"

"Shailene, amor." Interrumpió Luke. "No sé qué haría sin ti, eres maravillosa, te amo demasiado."

"¿Te amo?" Susurré entrecerrando mis ojos.

"Sí, te amo. Y tu también lo haces ¿cierto?"

Lleve mi vista hacia mis manos y pensé en las dos palabras de Luke. "Te amo" era algo demasiado fuerte, o eso me parecía a mi. Y, aunque sabia que ya teníamos sentimientos el uno por el otro antes de salir, consideraba que era algo pronto decir "te amo".

Lo miré de nuevo y comencé a hablar.

"Luke, yo.. te quiero demasiado."

Luke bufo y sacudió su cabeza un par de veces. "No, no, no, yo te amo, y tu me amas también."

"Pero Luke.."

"Shailene, por favor, di que me amas." Luke quitó sus manos del volante y las colocó a cada lado de mi rostro. "Dilo, por favor, di que me amas."

"Luke, basta, toma el volante."

"No hasta que digas que me amas." Sus ojos comenzaron a cristalizarse y mi respiración comenzó a ir más rápido.

"Luke, detente. Toma el maldito volante."

"Solo di esas dos simples palabras, vamos amor." Él intentó juntar nuestros labios, pero coloqué mis manos en su pecho, empujándolo lo más que pude.

"Luke, basta." Sentía que también iba a comenzar a llorar si eso seguía así. Miré al frente y una luz blanca se acercaba cada vez más hacia nosotros. No lograba entender nada. Mi vista comenzó a nublarse hasta que el ruido de un claxon se hizo sonar.

"¡Luke!" Grite lo más fuerte que pude, e inmediatamente abrí los ojos, sentándome de golpe. Sentía que el corazón se me saldría del pecho. Mire a todos lados. Me encontraba en mi habitación. Todas las luces estaban apagadas.

Había sido un maldito sueño.

"Shailene, ¿estas bien?" Mamá entró corriendo a mi habitación y tomó mi rostro con ambas de sus manos.

"Si, si, solo, tuve una pesadilla. Nada más." Tomé sus manos y las quite lentamente. Mama asintió.

"De acuerdo. Duerme de nuevo." Mamá salió y volví a meterme bajo las sabanas.

Al día siguiente no vi a Luke por ningún lado. No fue hasta la hora de salida cuando él llego sonriente y con una flor en su mano. Realmente no sabía que tipo de flor era pero si estaba segura de que no era una rosa.