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- Hoy estas inusualmente silenciosa - Comentó la colorina mirando de reojo a la princesa -

- Pensé que no te gustaba escucharme - Respondió seria -

- ¿Cuando eso te ha detenido Raphäelle? - Se cruzó de brazos observándola bien esta vez, la mujer estaba sacudiendo los muebles con el ceño fruncido - ¿Qué te pasa?

- Nada.

- Sueltalo - La pico con el plumero -

- ¿Te doy lastima? - la observó con una mirada extraña en los ojos -

- Me das asco - Respondió con burla -

- Monet - Se quejó molesta de su respuesta -

- No me das lastima, no tienes nada que me de pena - Continuó sacudiendo a su lado -

- ¿Crees que a Katakuri le de lastima? - La escuchó a su lado -

- ¿Qué demonios pasó? - Se volteo nuevamente mirándola molesta -

- Ayer conversamos y le dije unas cosas que quizás no debía - Mordió su labio -

- ¿Cómo que? - Se impacientó -

- Cosas...

- Raphäelle - La llamó perdiendo poco a poco la paciencia-

- Le conte como Robert prefería torturarme - Soltó sin mirarla -

- ¿El rey?¿Torturarte?¿De qué hablas mujer?

- ¿Por qué crees que me escape?

- Porque no puedes obedecer a nadie - Fue sincera -

- Quizá fue eso - Suspiro - Haz visto las cicatrices de mi cuerpo - Levantó su mirada del suelo - No solo son de batallas, mi padre me torturaba porque no era la heredera ideal.

- Vaya mierda - Soltó - No te tengo lástima - Respondió a la pregunta de la pelinegra - Eres alguien fuerte - Rodó sus ojos - A mi pesar - Volvió a picar con el plumero a la mujer - Ahora deja de dar pena y termina de sacudir.

- Te odio - Continuó limpiando -

- Segun tu soy tu mejor amiga, no me puedes odiar - Se burlo moviéndose a otro sector para limpiar -

La pelinegra no dijo nada y continuó limpiando en silencio, pero con con la mente mucho más ligera que antes, le alegraba tener a Monet a su lado, observo bien su mirada cuando le contó sobre Robert, no vio en ningún momento lástima, quizá estaba confundiendo todo y Katakuri no sentía pena por ella.

Se pasaron la mañana haciendo aseo por el castillo juntas, a veces se topaban con las doncellas de los otros monarcas pero las ignoraban completamente incluso a la colorina, ella les hacía caso omiso y continuaba con su labor tranquila, el almuerzo lo comieron juntas en la habitación de la princesa y ahora estaban tiradas en el piso descansando.

- ¿Ya terminamos por hoy? - Volteo su cabeza para observarla -

- ¿Crees que terminaste de limpiar un palacio en una mañana? - Giró su cabeza también -

- Podemos hacerlo mañana - Rodó sus ojos - Ahora me debes entrenar conmigo - Sonrió ampliamente -

- No te debo nada - Volvió a observar el techo -

- Moneeeet - Soltó alargando la última vocal - Si yo hacía las cosas contigo, tu entrenaras conmigo.

- No lo recuerdo - Cerró sus ojos, haciéndose la desentendida -

- Eres una pésima mentirosa - Se quejo -

- Afuera aun esta muy helado para ti - Se sentó -

- Hagámoslo aquí - La imito rapido, mirándola feliz -

- ¿Aquí? - Observo el lugar asqueada-

- Hoy no partiremos con cosas fuertes, solo calentamiento físico - Se puso de pie de un salto, ofreciéndole la mano a la colorina - Empecemos.

- Acabamos de comer idota - Aceptó su mano -

- ¿Quieres hacer algo antes? - La miró ansiosa, la doncella suspiro agotada -

- Ayudame a trapear el piso del salón de baile y después entrenamos - Se puso las manos en la cadera -

- ¿Trato? - Estiró su mano -

- Trato - Rodó sus ojos aceptando su destino, mientras apretaba la mano de la mujer -

La pelinegra trapeaba feliz y motivada el piso, al ritmo de las ya conocidas canciones inventadas sobre trapear y limpiar, la doncella estaba acostumbrada a su melodía y cabeceaba al ritmo de la voz de la princesa, ambas limpiaban el inmenso salón de baile del palacio, era un lugar de altas paredes con cuadros y espejos, la habitación favorita de la princesa Brulee, quien apareció desde uno de ellos de la nada, asustando a monet.

- Princesa - La reverencio de inmediato -

- ¿Tu no me reverencias? - Observo a la pelinegra, ignorando por completo a la doncella -

- ¿Tu no me reverencias? - Contra preguntó con una ceja levantada con una mano sosteniendo el palo de la mopa -

- Eres insolente - Sonrió observándola entretenida - Mi hermano debe estar harto de ti.

- Para tu informacion mi esposito me ama - Sonrió ampliamente -

- ¿Esposito? - Frunció el ceño - El no te amaría ni muerto - Rodó sus ojos -

- Eso no lo sabes - Limpio una inexistente pelusa de su propia ropa -

- Lo sé, no eres más que una princesa paria, que se rebaja al nivel de un doncella - Se acercó a ella con una mirada de asco - Mi hermano no merece estar casado contigo, su castigo es más grande que su pecado - La miro desde arriba con rabia -

- Así que es un castigo - La observó sin ceder ante su altura - ¿Que hizo?

- ¿Crees que te lo diré? - Soltó con burla -

- Estás soltando información sin pedirla, claro que pienso que me dirás.

- Escoria altanera - Acercó sus huesudas manos al cuello de la princesa para apretarlo -

- Sabes que tengo razón - Soltó sin miedo alguno - Aprieta con fuerza, a ver si asi me desmayo y dejo de escucharte - Sonrió -

- Tss - Alejo sus manos sin estrangularla finalmente -

- Cobarde - Finalizó, continuando con la limpieza -

La princesa Brulee la miro sin creer que la mujer fuera tan idiota, queria tomar su delgado cuello y estrangularla hasta morir, pero sabia que no podia matarla, su madre estaba contenta con la nueva adquisición de la princesa demonio, insulso habia puesto su fuerza a prueba dejandola a la intemperie y oese a todo habia sobrevivido, era un simple juguete para su madre, pero por el momento no podia hacerle daño, aun era muy nueva.

- Mas te vale dejar este salón limpio.

- ¿Qué crees que estoy haciendo? - Respondió sin mirarla -

- Raphäelle - La regaño su doncella - Lo siento su majestad - Volvió a inclinarse -

- Levántate Monet - Tomando la parte trasera de la blusa de su amiga y la elevo - Eres mi doncella y te ordeno no reverenciar a esta mujer.

- Eso no puede ser - Le frunció el ceño molesta - Lamento los inconvenientes su majestad - Volteo a ver arrepentida a la princesa Brulee -

- Tu misma te lo buscaste - Simplemente soltó la mujer para volver a entrar por un espejo y perder en el -

- ¿Qué mierda sucede contigo? - Volteo a verla molesta -

- Esta era una competencia de meadas - Observo el espejo sonriente - Y gane.

Demonio Real - Katakuri x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora