- Señor Bomer... -giro mi cabeza con una sonrisa en mis labios que, inmediatamente borro, al ver a la señora Olivia Kirch, la directora-
Es una mujer alemana, bastante alta y robusta. Pelo rubio en un corte por los hombros perfectamente recto.
Aún se le traba la lengua al pronunciar algunas palabras, provocando algunos salivajos de su boca que acaban a saber dónde de mi cara. Frunzo mis labios en una mueca, intentando parecer agradable.
- Buenos días... -asiento de mala gana-
- No parece agrrradarle mi encuentrro -por cada "r" que pronunciaba de sus labios era una perdigonazo asegurado en mi jersey de lana-
Sonrío de lado limpiando disimuladamente mi jersey.
- ¿Quería algo señora Kirch? -rueda sus verdosos ojos, pintados con una extravagante sombra amarilla a juego con su falda de flores-
Una mujer muy... "llamativa" visualmente en esta época del año.
- Obviamente sí, señorr Bomerr -¡bum! directo a mis gafas-
Suspiro y asiento, quitándomelas para limpiarlas, de nuevo, disimuladamente.
- Dígame -ruego por que sea breve-
- ¿Cómo se encuentrra? -en cierto modo escucharla hablar me hace gracia-
- Bien, bien... -frunzo mi ceño ante su pregunta-
- Me refiero con las ninias -su lengua se traba-
- Son buenas, atentas, trabajadoras... no tengo queja -sonrío orgulloso-
Tan solo les he impartido cuatro clases, pero estoy bastante conforme con ellas.
- Tenga cuidado, es demasiado cautivadorr -limpio mi mejilla- me han llegado a mis oídos rumores de que confrraterrniza demasiado bien con las alumnas... -enfatiza y su mirada se clava dura en mi rostro-
Noto mi mandíbula apretada y mis manos han empezado a sudar de pronto.
- Señora kirch, tan solo hago mi trabajo -pestañeo queriendo parecer inocente-
Parece que esté frente al mismísimo lobo feroz, aunque este es mucho más terrorífico que el de Caperucita.
- No quiero ser el típico profesor amargado, solo pretendo agradar y que respeten mis clases -sus labios pintados con un carmín violáceo, el cuál sobresale de sus finos labios, se fruncen-
- Simplemente le advierrto Señorr Bomerr... estamos en un centrro de estudios, no en una discoteca -me dedica una última mirada asesina y se gira, regresando a su despacho-
Es impresionántemente intimidante...
Suelto todo el aire contenido en mis pulmones y es como si me quitase un peso de plomo de encima.
Miro mi reloj ¡mierda! Ahora el que llega tarde soy yo ¡Maldita sea!
Hecho a correr sin pensármelo ¿desde cuándo se ha visto que un profesor llegue tarde a clase?
Siento que todas las miradas se posan en mí mientras corro desvivido por los pasillos sin dejar de mirar mi reloj. Gracias a dios mi footing rutinario permiten que mis pulmones se llenen de aire sin tener que para para cogerlo. Recorro a toda prisa los pasillos enrevesados, los cuáles aún confundo, provocando que tenga que volver hacia atrás unas cuantas veces por coger el incorrecto, más subir unas cuantas plantas hasta llegar al aula...
- ¡Auch! -algo blando golpea mi pecho haciéndome caer hacia atrás-
Provocando que, eso que chocó conmigo, caiga sobre mí. Creo que es una persona por como gruñe y se queja protestándome. Pero para mi sorpresa mi sonrisa vuelve a mi rostro al verla.
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El nuevo profesor
FanfictionMatt Bomer llega a la ciudad de Connecticut como nuevo profesor de "Yale University Art". Él tan solo esperaba encontrarse con una clase de alumnos a los que les impartiría la hermosa asignatura de historia del Arte, pero lo que él no sabía es que...