Capítulo 20: "¡A mi despacho!"

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El olor a polvo me hace volver a estornudar de nuevo. Mis ojos pican y los siento secos.

Maldita sea... ¿Cuantos años llevan acumulados aquí estos historiales? Bufo echando un vistazo a uno de ellos. Es un cartapacio con anillas blanco, o ese debería ser el color que debió tener en su tiempo, ya que ahora es un amarillento desgastado por el paso de los años. Limpio el exceso de polvo con mi mano haciendo una mueca.

- 1975... ¿Cuarenta años? -exclamo sorprendido- ¡Wow! La mayoría de esos alumnos estarán al borde de la jubilación ya.

Ojeo unas cuantas páginas mirando las fotografías en color sepia. Entre ellas reconozco a simple vista al señor Keller (el profesor de matemáticas) con algo más de pelo en su cabeza y unas gafas estilo retro que ocupan casi toda su rostro, pero sigue manteniendo la misma cara de sin vergüenza de ahora. Río mirándole. ¿Así que fue uno de los alumnos problemáticos del instituto en aquellos tiempos? Vaya... lo que hay qué ver...

- ¿Ha acabado ya? -la voz autoritaria de la señora Kirch me hace tambalear sobre la escalera-

- S-sí -cierro rápido el cartapio bajándome de la escalera-

Lo coloco junto a los otros treinta y siete archivadores de documentos "caducados" y miro a Olivia, que asiente sin quitarme ojo.

- Bien, llévelos al aula trrece, Willy se encarrgarrá de deshacerrse de ellos -doy varios pasos hacia un lado, evitando que sus perdigonazos acaben de nuevo sobre mí-

- ¿Está segura? Serán documentos importantes... -me mira con una de sus finas dejas pintadas muy arqueada- De acuerdo... -trago saliva temeroso-

Creo que no hace falta que diga más nada. Abro una nota mental: "Solo callar y oír", me recuerdo a mí mismo. Suspiro aliviado cuando se gira para salir y vuelvo a mirar ese pilar de mugrientos papeles viejos. Alguien me echó un mal de ojo hoy, si no tenía bastante, ahora tenía que cargar todos esa "basura" polvorienta... ¿Es que a nadie le importaba que me ensuciase y diese mis clases así? ¿No había otra persona encargada de hacer el trabajo sucio?... Vuelvo a abrir otra nota mental: "Los nuevos siempre cargamos con el trabajo sucio" y nunca mejor dicho...

Ya van treinta y dos y mis brazos se sienten adolecidos por el peso de esos carpetones. Este es mi quinto viaje para cargar los otros cinco. Mi camisa blanca parece gris y mis pantalones oscuros están llenos de pelusones. Bufo por trigésimocuarta cargando las últimas carpetas.

El timbre del fin del lunch sonó hace un rato. Todo el tumulto de alumnos que abarrotan el pasillo me pillaron de lleno con este aspecto sucio, desaliñado y de dejado. Gruño para mí, aunque ya ni me importa, tan solo rezo por acabar cuanto antes y poder sentarme en mi cómoda silla de despacho, si es posible, unos segundos.

- Abran paso, cuidado... -repito cansado-

Mi campo de visión es apenas certero a la realidad. Tan solo veo asomar algunas cabezas por encima de los viejos cartapacios.

- Vaya... ¿Ahora eres el conejillo de indias? -escucho una voz burlona tras mi espalda que me hace vibrar-

Jadeo, intentando que mis pies no se hagan un lío a la hora de dar el siguiente paso, y giro lentamente mi cabeza.

Ante mí, una sonrisa burlona torcida y unos brazos cruzados frente a ese pequeño cuerpecito.

Mi sonrisa se curva. Vaya, por fin algo que me alegra la mañana.

- Me toca adaptarme a todo...es mi trabajo -su sonrisa es contagiosa- ¿Qué?

- Nada... -ríe juntando sus labios, a lo que se forman unos hoyuelos junto a sus comisuras-

El nuevo profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora