Desamor

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El amor debería ser condenado a cadena perpetua, ya que ha asesinado generaciones completas, y no muestra indicios de piedad alguna. Es valiente, arrogante, y aguerrido; desafiante, pues sabe que por sus crímenes múltiples, jamás pagará.

El amor debería ser juzgado, pues camina con sigilo, se mueve entre las personas y camuflado se infiltra sin más. Encanta corazones, juega con las percepciones. Altera la realidad hasta producir un verdadero Big-bang de emociones.

El amor debería prohibirse, pues de sus proezas nació el odio y desencanto. Alguien debería detenerlo, porque a medida que avanza no solo ciega, sino también, embriaga; te pierde en un paraje artístico de colores.

¡Alguien, señores, debería detenerlo! Pues no distingue entre géneros, llega sin más, convirtiendo incluso, a los más buenos en tus peores enemigos al acabar.

¿Qué esperan? ¡Deténgalo ya! ¿Acaso no lo ven? El amor crea y destruye sin miramientos ¡Que al menos alguien le exija dar la cara para que explique sus actos!

Amor... detente y avanza pausado, pues embriagas al sorbo sin dejar de consumir la copa. Eres criminal, pero así te disfrutamos, nos embrujamos; gozamos de tu irreverente presencia. Me encantaría decir que eres un terrorista, pues apuntas, disparas y clavas haciendo que tu júbilo revele lo frágiles a tu encanto.

¡Que alguien condene al amor!

DisrupciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora