Capítulo 17: El Juego Final
La noche era oscura y pesada, como si el cielo mismo estuviera al tanto de lo que estaba por suceder. Una ligera brisa agitaba las hojas de los árboles que rodeaban el cementerio, creando un ambiente inquietante. Frente a una tumba en particular, un grupo de hombres se encontraba en silencio, sus expresiones cargadas de culpa y pesar.
Había pasado tiempo desde aquel fatídico día en la iglesia, y aunque el dolor seguía latente, ninguno de ellos podía ignorar el peso de sus acciones. Todos estaban ahí: Taiju, Hakkai, Chifuyu, Izana, Rin, Ran, Manjiro, Draken, Kazutora, Baji, Kisaki, Angry, Smiley, Inupi y Kokonoi. Todos reunidos, mirando la lápida que llevaba el nombre de Takemichi Hanagaki.
Manjiro: Es extraño... regresar aquí siempre me deja una sensación rara. —su voz era baja, casi un susurro. Había perdido parte de su habitual confianza.
Draken: Porque sabes que todo esto nunca debió pasar. —respondió sin mirarlo, sus manos cruzadas sobre el pecho mientras fijaba la mirada en la lápida. Todos aquí somos culpables.
El grupo permaneció en silencio, cada uno atrapado en sus propios pensamientos. Las palabras de Draken resonaban entre ellos. Nadie podía negar la verdad.
Desde las sombras, ocultas entre los árboles, un grupo de figuras observaba con atención. Las cinco chicas seguidoras de Takemichi —Naenia, Lilith, Danika, Amaris y Kalma— estaban escondidas, esperando pacientemente. Sus miradas eran decididas, y sabían que esa noche marcaría un antes y un después. A lo lejos, Bloody estaba con ellas, manteniendo la calma mientras observaba al grupo reunido.
Y entonces, Takemichi apareció.
Surgió de las sombras como un fantasma, su figura envuelta en un aura gélida que parecía detener el tiempo. Sus ojos, azules y fríos como el hielo, eran lo único que destacaba en su expresión. Caminó con calma hacia la tumba, deteniéndose justo detrás de los hombres. Ninguno lo notó al principio, atrapados como estaban en su culpa.
Takemichi: ¿Sienten remordimiento? —su voz, aunque suave, hizo eco en el cementerio.
El grupo se giró de inmediato, sus rostros mostrando una mezcla de sorpresa y horror al ver al azabache frente a ellos. Parecía igual que en vida, pero había algo diferente en él, algo que los hizo retroceder instintivamente.
Kazutora: No puede ser... tú estás... —su voz tembló, incapaz de completar la frase.
Takemichi: ¿Muerto? Oh, claro que lo estoy. —sonrió, pero era una sonrisa vacía, carente de cualquier calidez. Gracias a ustedes, por cierto.
Izana: Esto... esto no puede ser real. —intentó mantener la compostura, pero incluso él no podía ignorar la sensación de inquietud que lo invadía.
Takemichi: Oh, es muy real. Más real de lo que me gustaría, en realidad. —dio un paso hacia ellos, y el grupo retrocedió instintivamente. Me han traído flores, han pedido perdón frente a mi tumba, pero nunca han enfrentado las verdaderas consecuencias de lo que hicieron. ¿Creen que eso es suficiente?
Taiju: ¡Cállate! —gruñó, intentando cubrir su miedo con enojo. No sabemos qué eres, pero no dejaré que nos atormentes.
Takemichi no se inmutó ante su tono. En cambio, simplemente levantó una mano, y desde las sombras surgieron las cinco chicas, caminando con calma hacia él. Lilith fue la primera en hablar.
Lilith: Jefe, estamos listas. —sus palabras eran firmes, pero no había violencia en su tono.
Takemichi: Perfecto. —respondió sin apartar la mirada del grupo frente a él. Luego, dirigió su atención a Bloody, que estaba de pie a unos metros de distancia.
Takemichi: Bloody, asegúrate de que ninguno intente algo imprudente. —dijo con calma.
Bloody asintió, aunque su mirada permanecía fija en Takemichi. Había algo en su expresión que delataba un dejo de orgullo... y algo más profundo que no decía en voz alta.
El grupo de hombres estaba completamente rodeado. Pero, para su sorpresa, Takemichi no ordenó un ataque. En cambio, dio un paso más cerca, su expresión más seria que nunca.
Takemichi: No estoy aquí para matarlos. No estoy aquí para vengarme de la forma en que lo imaginan. —sus palabras eran claras, y aunque eran duras, no contenían odio. Estoy aquí para que entiendan lo que hicieron. Para que sientan lo que yo sentí en mis últimos momentos.
El grupo permaneció en silencio, incapaz de responder. Takemichi dio la espalda a su tumba y los miró directamente.
Takemichi: Los atormentaré con sus propias acciones. Cada noche, cuando cierren los ojos, recordarán lo que hicieron. Esa será mi venganza. —su voz, aunque baja, era más aterradora que cualquier grito.
El silencio que siguió fue absoluto. Nadie se atrevió a moverse ni a hablar. Finalmente, Takemichi se giró hacia sus seguidoras.
Takemichi: Vámonos. Nuestra labor aquí ha terminado. —dijo con calma.
Las chicas asintieron, siguiéndolo en silencio mientras se desvanecían en las sombras. Bloody fue el último en marcharse, pero no sin antes dedicarle una última mirada a Takemichi, una mirada que solo él podría entender.
El grupo de hombres quedó solo frente a la tumba. No dijeron nada, pero el peso de las palabras de Takemichi los aplastó como una losa. Porque sabían que tenía razón. Esa noche, y todas las noches que siguieran, estarían marcadas por el recuerdo de lo que habían hecho.
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.。*♡。Cuando Mueres Llegas A La Felicidad ✧*。*♡
Fanfictioncrepypastas x Tokyo revengers -Takemichi traicionado - Todos vivos (incluyendo a Shinichiro y Akane) - créditos de los personajes a Ken Wakui
