Takemichi regresó después de espantar un poco a las sanguijuelas malagradecidas. Fue recibido por Masky, quien se había vuelto una figura de hermano mayor para Takemichi.
Takemichi: Hola, Masky. —el ojiazul saludó al chico.
Masky: Hola, Take. Slenderman me mandó a preguntarte si fuiste a pegar sus notas por el bosque. —el de máscara habló tranquilo.
Takemichi: Oh, sí, lo hice. Hasta me sobró tiempo para ir a espantar a esas cucarachas insignificantes. —el ojiazul dijo con una sonrisa.
Masky: Oh, vaya, y fuiste sin tu mejor amiga. —el de máscara habló divertido.
Takemichi: Oh, lo siento, Masky, pero se me hacía tarde. Además, verlos en mi tumba y la de mis padres me molestó mucho. —el ojiazul chasqueó su lengua.
Masky: Supongo que ellos estaban ahí disculpándose y pensando que estás en el cielo. —el de máscara habló dudoso.
Takemichi: Sí, después fui a aterrorizarlos en la iglesia, y cuando me vieron acercarme a Sanzu, se pusieron alerta. O sea, ¿un fantasma qué les puede hacer? —el ojiazul dijo con falsa inocencia.
Masky: Se lo tienen muy bien merecido. —dijo el de máscara apoyando al ojiazul.
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Mientras, con Bonten:
Las cosas no iban muy bien, que digamos. Todos estaban aterrados y con el sentimiento de arrepentimiento en sus pechos. ¿Cómo no estarlo, si su pequeño ángel volvió a la vida, pero no para saludarlos y decirles cosas bonitas? Su pequeño ángel quería venganza de aquellos que lo mataron sin piedad alguna. Ya no era el héroe llorón, ese chico murió cuando lo apuñalaron en el corazón.
Manjiro: Kokonoi, encuentra a ese coreano. —el enano, patadas locas, son cerebro, habló.
Kokonoi: Ese es el problema. Él está en Corea del Norte y no podemos entrar sin una visa y un papel especial. —habló el don cangrejo (aunque no estoy seguro de si funciona así, pero digamos que sí para la trama).
Draken: No importa eso ahora. Lo que tenemos que hacer es recuperar a Takemichi. —el pelón habló.
Chifuyu: Quiero recordarles que él nos odia y que ha vuelto de la muerte para matarnos y cobrar venganza. —el ojiverde dijo.
Keisuke: Chifuyu tiene razón, él ya no es el mismo. —el pelos de Pantene apoyó al ojiverde.
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