“Ella es la manzana prohibida”
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LUCIFER
Desde mi destierro no imaginé volver a este lugar. Cada pasillo del castillo, cada estrella del universo que veía al levantar la vista, cada rincón insignificante donde jugué alguna vez siendo un joven ángel, lo recordaba, tan amargamente.El cielo que conocen los humanos, es en realidad un mundo flotante entre el universo, la ciudad de plata solo era uno de los lugares más concurridos por los seres celestiales. Se puede llegar desde un portal entre el cielo de la tierra, pero es solo una de sus pequeñas entradas que ocasionalmente se usa para vigilar o transportar las almas humanas después de su juicio. Está muy, muy lejos del planeta tierra. Un lugar inimaginable e intocable para los humanos. Morirían antes de salir del portal. Estábamos literalmente respirando en el espacio, sin preocuparnos por la gravedad. Podías ver el universo al levantar la cabeza, todas las estrellas o los planetas cercanos.
La ciudad de plata es conocida por varias razones, es como estar dentro de una bola de cristal entre el universo, como la bola mágica de Baltón. Un planeta transparente que te permite ver el espacio completo, altos castillos y estructuras doradas, de puro oro.
También, por su árbol dorado de la vida, que se encuentra en un jardín intocable al que solo podíamos entrar Miguel y yo. El solitario paraíso.Observé por los grandes ventanales del castillo como volaban los querubines. Llevaban cosas de un lado a otro. Su trabajo es proteger lo que le pertenece a Dios, por ende, protegen la ciudad, aunque antiguamente protegían el árbol también.
Ciertamente era absurdo que Miguel, luego de una batalla brutal y sangrienta dónde consiguió la victoria y levantó un muro irrompible entre nosotros, me estuviera asignando a liderar una guerra. Dónde iba a desterrar a otros, dónde salvaría a alguien. Empezaba a creer que era una especie de castigo de su parte, o una de sus absurdas pruebas de valía, como les llama.
Recorrí la inmensa armería mientras Gabriel se sentaba en un rincón a regañadientes. Remiel estiró un mapa de Oskolia en una enorme mesa cristalina donde solía ver a Miguel repasando planes. Él apuntó con una pluma los lugares que le había mencionado.
—Es más grande de lo que pensaba —murmuró, mirando el mapa mientras deslizaba sus dedos— Acrocia es el espacio más grande donde deben estar junto al rey. Los Grigori son traicioneros, le harán ver al monarca que están de su lado, y luego lo apuñalaran y se quedarán con el reino. Es posible que si no los detenemos a tiempo…
—Regresen los Nefilim —completó Remiel con una voz temblorosa—, pobres humanos.
—No solo por eso, si no por… —Miguel me miró de reojo, una expresión serena pero fría, me tensé al comprender lo que quería decirme—, la joven es una mortal, con poderes o no, no sobrevivirá en las manos de Semyazza o de alguno de ellos a menos que tengan otro propósito para ella. A diferencia de los niños humanos normales, un híbrido actual sería problemático, en el peor de los casos moriría dando a luz, o tiempo después devorada por el híbrido. Todas las mujeres de la región estarán en peligro, ninguna está exenta de caer en el hechizo de Semyazza. Ella no podría detenerlo. No sola. Es ahí cuando entras tú.
Me acerqué a la mesa sintiendo como las venas me comenzaban a brotar en cada brazo. ¿Semyazza poniéndole las manos encima? Eso no iba a suceder. Nunca.
—Él no podrá llegar a ella, no mientras yo pueda evitarlo —mi voz salió más brusca de lo que quería. Remiel mordió sus labios con nerviosismo—, si voy a liderar esto, será a mi manera. No puedo estar al frente y al mismo tiempo buscándola.
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EL DIABLO TAMBIÉN PECA
FantasyEn términos religiosos, Lucifer representa al ángel caído, ejemplo de belleza e inteligencia a quien la soberbia le hizo perder su posición en el cielo. Al caer repentinamente en la tierra, confundido y enojado, se enfrenta a una situación extraña c...