Desde que me levante ha habido un silencio incomodo, noto las intenciones de Devon, intentando arreglarlo todo, me ha preparado el desayuno y se encuentra frente a mí mirándome darle mordisco tras mordisco a la tostada como si estuviera haciendo un acto impresionante. Quiere que fije mi mirada en él pero es el pomelo de la cesta de frutas quien tiene toda mi atención. Estoy cansada, no quiero iniciar una discusión tan temprano y por otra parte tampoco me apetece sucumbir a sus exigencias egoístas. De hecho no quisiera que vuelva a tocarme ese tema, pero estoy segura que es algo que da mil vueltas en su mente y si lo ha dicho ebrio no falta mucho para que lo diga estando lúcido, solo me gustaría que no fuese justo ahora, porque no voy a poder tolerar escucharlo de nuevo.–Iliana... –murmura en un intento de llamar mi atención.
Clavo momentáneamente mi mirada en él y continúo comiendo.
–No quiero que continuemos... con esta tontería.
–Has estado ignorándome por 3 días. ¿Qué te detiene de continuar? –le reprocho.
–¿No te parece suficiente tiempo para reflexionar?
–¿Reflexionar sobre qué?
–Sobre tu salud, sobre tus cuestionables e impulsivas dudas –clava su mirada en mí–. Iliana, estoy dando lo mejor de mí y tú solo –hace una pausa– solo quieres destruirlo todo al parecer, no sé qué más puedo hacer para sostenernos.
Intento levantarme para frenar la conversación pero prosigue antes de que pueda alejarme.
–¿Lo ves?, ni siquiera quieres poner de tu parte, ¿ya no me amas? –se pone de pie– ¿es eso?
Me doy vuelta hacia él.
–Si no te amara no seguiría aquí.
–Entonces siéntate, por favor –me suplica– arreglemos las cosas, no quiero seguir así.
Termino aceptando temiendo que en cualquier momento de la conversación todo terminara encaminado a que tome la decisión de ser una mantenida y me limite a la procreación de una familia, a su amor y a su excelente economía. La verdad es que por igual quiero que salgamos de esta incómoda situación pero sé que es imposible hacerlo sin tocar ese tema, entonces... mi plan es mantenerme a raya hasta que encuentre la forma de hacerle entender que pierde el tiempo con ello...
–Iliana –demanda mi atención.
–Te escucho...
–No pareces muy interesada en que arreglemos esto, con tu actitud parece que quisieras continuar molesta por un tiempo más.
–No es así, solo estoy cansada...–desvío la mirada.
–Vale te creo... He estado pensando, sé que no dejaras de tomar esa píldora pero entonces vayamos de nuevo al médico, exponle tu caso y que él sea quien te recete por el tiempo que lo crea prudente, asi podre sentirme más seguro de que no te pasara nada malo y respecto a lo de Penélope puedes hablar con ella y con Eleanor cuando gustes ambas te dejarán en claro que todo ha sido manipulado por la prensa, no podemos desmentir porque ayuda a la publicidad para el álbum, pero no pienso arriesgar mi relación contigo por mi carrera –sujeta mi mano–. Te lo advertí desde el minuto uno de la propuesta, de hecho ni siquiera pensaba en aceptarla, de no ser por ti que me alentaste a hacerlo ni siquiera lo habría considerado...
Tiene razón...
–Vale –bajo la guardia– acepto lo del doctor y la verdad es que tienes razón respecto a la publicidad para el álbum, es solo que... me he sentido totalmente vulnerable estos días, cansada, me he releído todo lo que he escrito una y otra vez y no logro encontrarme entre las palabras. No está mi esencia y me estoy presionando increíblemente para poder cumplir con la editorial pero no quiero escribir algo que no haya sido mi idea. El día que escriba una novela con final feliz debería ser porque ha sido totalmente mi idea, porque me siento inspirada para plasmar dicha felicidad.
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El karma, el amor y yo
Romance¿Has intentado dejar de amar a alguien? (sin éxito alguno), llegando a pensar que dicho amor es obra de una maldición karmica para hacerte pagar un error cometido en alguna vida pasada. Tras 14 años he amado a la misma persona, que por igual "me ha...