TAUTON's SON [KOOKV]

Cap 5. 3

     “El que vino a dar la cara por nuestra ciudad. El que vino a remediar todo el daño que las pandillas han provocado. ¡Él vino a librar a nuestros jóvenes del camino oscuro! ¡El Alcade Kang!”

     Se escuchaba desde un megáfono, mucho antes de obtener la posesión. Cerca de seiscientas personas se encontraban reunidas en el gran capitolio, muchas solo miraban desde el TV y otras eran, simplemente, ignorantes a todo aquello que pasase a su alrededor.

     Los relojes apuntaban casi al medio día y el gran hombre, requerido y aclamado por la población, se encontraba en silencio y bebiendo de una gran copa.

     Había sido una gran inversión. Mucho dinero gastó, tanto el suyo, como el de esos grupos por los que ha sido apoyado.

     Dinero sucio, pero necesario.

     No sabía por qué, pero sentía una inquietud extraña; las horas se pasaban más lentas y su respiración cada vez era más complicada.

     Asumía que eran los nervios.

     —Muy buenos días, casi tardes —mencionaba una persona, mientras ingresaba con dos de sus guardias.

     El Sr. Kang reconoció esa voz, se colocó de pie y extendió su mano hacia el alfa contrario.

     —Pensé que no iba a asistir —le mencionó y el contrario hizo media sonrisa, para después estrecharla.

     —No puedo perderme el gran despertar de Tauton —declaró Jungkook y miró en dirección a un ventanal—. Allí hay una gran tarima. ¿Ya preparó su discurso para que esas pobres almas sigan viviendo de esperanzas?

     —Los guionistas se lucieron —afirmó, mientras miraba a la misma dirección—. ¿Por qué el Sr. Min no está aquí?

     Jungkook lo miró y volvió a sonreír.

     —Alguien debe cuidarme la espalda —respondió con simpleza y Kang solo asintió con algo de duda.

     —Disculpen… —Ingresó otra persona y bajó su torso en sentido de saludo y respeto; estaba asustada— El Ministro de Justicia quiere pasar y saludar.

     Kang enarcó una de sus cejas, iba a decir algo, pero fue interrumpido por la persona que lo acompañaba.

     —Hazlo pasar —pidió Jungkook.

     La mujer se sorprendió al ver de quién había recibido la orden y, ante la pasividad del futuro alcalde, solo pudo salir en busca de la otra persona.

     —¿Se limaron las asperezas con Brashtol? —Cuestionó.

     —Todo lo contrario, esa persona quiere asesinarme. Sin embargo, Sr. Futuro Alcalde, usted debería mejorar su relación con él, puesto que se verán en muchas ocasiones, dada la situación tan triste que tiene esta ciudad —declaró.

     Kang soltó un suspiro pesado y tragó fuerte cuando vio a tal hombre ingresar, con algunos guardias y un joven alfa tras él.

     Se sentía como un pez payaso en una pecera repleta de tiburones.

     ¿Cómo permitió que se formara esa situación?

     —Sr. Ministro —habló Jungkook—, es un placer saludarle y más aquí, en la posesión de la alcaldía de un partido de Izquierda. No sabía que iba a atreverse a venir, aunque, observando a su alrededor, supongo que lo instruyeron muy bien —decía, haciendo referencia al joven a su lado, que solo demostraba lo asustado que se encontraba.