Capítulo 6.

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Pasaron por calles largas y desoladas, el sonido del motor era en donde ChanYeol estaba sumergido, no quería pensar más, estaba harto de todo lo que podía llegar a formar en su cabeza. JongIn no le había mencionado siquiera una palabra desde que salieron y eso era lo mejor por ahora, aunque podía sentirle el estomago contraído y eso a ChanYeol le gustaba por lo que más se abrazaba a él.

Aparcaron en un parque desconocido para el más alto y al bajarse sintió que unos brazos lo envolvían. Se quedó rígido mientras JongIn hacia el intento de acunarse en los brazos ajenos, quería calma y paz, todo eso lo quería encontrar con el pelirrojo. Tal como ChanYeol el también tenía temores, le gustaba y no podía negarlo, estaba haciendo y sacando su lado bueno lo que más podía, esa parte de él ya había sido enterrada hace un tiempo, era extraño que tan solo con la llegada de su Chanchan, como quería que así fuera, el querer ser atento con él haya salido en un dos por tres pero no podía engañarse y tampoco ocultarle en todo lo que se había vuelto.

- Solía venir a este parque cuando estaba triste o me sentía extraño.

- ¿Y hoy como te sientes? - inquirió ChanYeol.

- No sé... quisiera saberlo, ChanYeol - suspiró.

- No será que tu ex te dejó así - rió pero no recibió una linda mirada. - lo siento -calló.

- Está bien, te hice esperar ese odioso momento.

- Tranquilo, era mejor que hablaran tarde o temprano, así... ya no tienen que verse las caras -Desordenó el cabello del menor y le sonrió, JongIn lo imitó y soltó.

Caminaron juntos un buen rato, hubo pequeñas conversaciones en donde ChanYeol le contaba chistes, no los mejores pero lo hacían reír aun así, se preguntaron cosas simples y de repente el tema de la cita se hizo presente.

- ¿Por qué preguntas? ¿Ya quieres salir conmigo? -lo molestó JongIn.

- No... solo quería saber - por primera vez el menor pudo ver un gesto tierno del pelirrojo, había inflado sus mejillas, y el deseo de apretárselas fue irresistible.

- Eres hermoso Chanchan.

- ¿ah? No...no - miró hacia otro lado y continuaron caminando.

Se hizo tarde dando vueltas y olvidándose de todo y todos, solo ellos dos.

La noche cayó como el oasis en el desierto, a ambos les gustaba mirar las luces sobre la oscuridad, era un espécimen de emancipación o algo por el estilo. Teniendo cosas ocultas en el fondo de sus corazones cualquiera pensaría que aquellas luces son una linda señal para seguir. El tema ya había quedado claro teniendo presente aquellas chispas en sus ojos, como olvidarlas si fueron las que comenzaron todo; y la cita era al día siguiente.

JongIn pasó por ir a dejarlo y luego solo fue a casa, había sido un día bastante largo pero lo mejor de todo y lo que le hizo sonreír fue ver a ChanYeol en el momento preciso. Agradeció que el pelirrojo haya aceptado verlo cuando lo llamó, el era su ángel desde ahora.

Sonó la alarma del despertador y como solía hacerlo estiró su mano para detener ese ruido maléfico, tenía presente que se juntaría con JongIn pasado el medio día así que pasó primero por una ducha, y al tener la toalla rodeando su cintura se miró en el espejo con horror, tapó su rostro negando varias veces y comenzó por buscar un frasco.

- ¿Dónde te metiste? Te necesito... Vamos -murmuró casi desesperado. - ¡bien! - sonrió cuando dio con él y se lo aplicó.

ChanYeol no era de mantener una imagen radiante para todos los días ni siquiera era capaz de cuidar su piel por toda una semana, aunque de eso no tenía problemas ya que su tez lechosa siempre había sido igual y eso lo agradecía pero era todo lo contrario para su cabello.

Crimen de sombras © ; kaiyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora