Epílogo.

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Apenas logró dormir cinco horas esa noche, el resto fueron pensamientos de lo que se venía al amanecer, iba a salir con JongIn a un lugar desconocido, y exactamente no sabía a lo que iban, pero JongIn se lo pidió, cabía en absoluta posibilidad que fuera a dar una última propuesta de poder continuar juntos, y eso era justamente lo que se estuvo imaginando y que no sabía si podía rechazar. La relación que había formado con él fue poco y más una de las mejores y peores al mismo tiempo, de las que arriesgó y aprendió que podía entregar cosas que jamás pensó. Supo amar de una forma tan completa y sentirse bien solo por el hecho de tenerlo a su lado, de saber que a pesar de los problemas el lazo que tenían seguía fortaleciéndose, pero lo que no quiso aprender fue como se podía sacar de la cabeza a ese chico, olvidarlo y poder seguir una vida con un espacio vacío, y eso era lo que más le estaba costando aceptar en sus pensamientos.

― ¿JongIn? ―sacudió su hombro para despertarlo―. Ya es de mañana, ¿vamos a ir?

ChanYeol estaba vestido y había limpiado la cicatriz en el pecho e incluso alistó un pequeño bolso en el cual aseguró de llevarse el inhalador por si le costaba respirar. Esa mañana se había levantado con dolor de espalda y brazos, suponía que el no estar descansando correctamente lo perjudicó un poco, pero podía soportarlo un par de horas.

Abrió los ojos encontrándose con aquella expresión frustrada como si estuvo mucho tiempo reflexionando y no llegó a nada, pero JongIn no quiso preguntar, se hacía la idea y lo mejor era ir al grano para conocer realmente su respuesta, al menos si aún podía hacerle cambiar de opinión.

― ¿En verdad estás listo? ―bostezó reincorporándose en el sofá―. Es como si estuvieras esperando por esto.

― Ah ―ChanYeol se sonrojó―. No, no... desperté antes de la alarma, es todo.

JongIn tenía una sonrisa decaída de esa mañana.

― Bueno, espérame un poco ¿sí? No demoro.

Lo sentía más alejado, de alguna manera ya no percataba las mismas ganas de JongIn por querer continuar y tal vez se estaba presionando así mismo para hacerlo. ChanYeol solo estaba pensando en la culpa de que podía estar sintiendo detrás.

― ¿Lo estamos forzando...? ¿En verdad ya no queda nada porque luchar? ―susurró con los ojos aguados.

JongIn no tenía su motora desde el día en que el señor Abott actuó en su propia casa, y la de ChanYeol seguía en el mecánico y según él no estaba preparado para montarse en ella de nuevo, así que partieron el viaje de una hora en bus. No hablaron en todo el camino, ChanYeol veía el volátil reflejo de su rostro contra la ventana y JongIn cerró los ojos intentando no pensar las cosas y solo manteniéndose auto controlado a todo.

Llegaron a una playa del litoral, alrededor del mediodía las nubes recién comenzaban a despejar el cielo paradisiaco y el clima se tornaba más cálido. ChanYeol seguía el paso más lento debido a los desniveles de la ciudad, eran bajadas y subidas que su inestable respiración no sostenía del todo bien, pero avanzando a su ritmo podía lograrlo.

― La sorpresa no está en la playa, así que iremos un poco más allá ―comentó JongIn.

Él solo asintió desde atrás. Se adentraron en el bosque, con precipicio al mar. Combinaba los sonidos de las olas al compás suave que tenían las hojas de los grandes árboles y sin darse cuenta ChanYeol se había sumergido en eso que JongIn tuvo que detenerlo para que no siguiera avanzando hasta el acantilado. Era una vista en altura mostrando lo grande que era el mar, a una izquierda los botes pescadores, del otro extremo bajo sus pies la playa con personas que se tomaban el día de descanso. Era lindo todo el paisaje, pero algo no lo hacía disfrutar del todo y es que podía ser la última vez en que ellos estarían juntos.

Crimen de sombras © ; kaiyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora