Capítulo 23.

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Las cortinas estaban por completo cerradas pero aun así el sol insistía en aparecer y dar luz a la sala de estar, Una cierta figura envuelta entre una frazada de color marrón se removía al detectar como la luz del día al paso de los minutos se hacía cada vez más vigente en la habitación y con pesadez abrió los ojos apenas asomándose. Estaba a punto a ser las doce del día y ChanYeol lucía con los ojos más diminutos de lo habitual y unas pequeñas bolsas bajo sus pestañas inferiores, la única causa que podía explicar su aspecto era que había llorado mucho la noche anterior, había recordado la mayoría de cosas que su mente guardó mientras pasó tiempo con JongIn, todos esos recuerdos que probablemente debía borrar y sacar de su cabeza.

"No lo volveré a ver, ya no somos nada... no voy a sufrir por él..."

ChanYeol se había asegurado la noche anterior que todo había acabado para él, que si en algún momento existió un para siempre eso duró lo que tuvo que durar. Porque todos sentimos como si el "para siempre" estuviera muy lejos, a gran distancia; cuando tal vez el para siempre es tan breve que lo perdemos en un abrir y cerrar de ojos.

Frotó sus ojos con suavidad con ambas manos y bostezó logrando estirarse en el sofá en que había dormido, que para su bien era favorablemente amplio y su cuerpo de gran estatura caía sin problemas.

Miró por un momento en dirección a su celular recordando en un pequeño y rápido flash las llamadas que recibió ayer y no contestó. Pensaba en que aun cabía la posibilidad de que JongIn lo llamaba en ese estado, como también estaba la opción de que lamentaba todo lo ocurrido... pero el pelirrojo no creía eso.

Tomo su móvil entre sus manos y al encenderlo realizó una llamada a un viejo amigo, a aquel que podía subirle el ánimo rápidamente y que se preocupaba por él más que todos como si fuese su hermano, porque Luke era eso para el alto.

Al otro lado de la ciudad y a la misma hora en un mismo sofá dos cuerpos enlazados comenzaban a moverse por la incomodidad que el estrecho espacio les hacía pasar. Encontrándose en un completo desnudo luego de haber pasado una de esas noches en las que no se duerme, Sehun y Ethan comenzaban a despertar uno encima del otro.

- Vaya, buenos días. –comentó JongIn a un lado de ellos viéndoles estando sentado sobre la mesita de centro.

- Mhh –comenzó por quejarse el rubio. - ¿Desde hace cuánto estás ahí?

- Solo minutos –sonrió el mayor.- necesito hablarte.

- Por mí no se hagan problema –entre habló Ethan con su rostro pegado a unos de los cojines. – Hagan cuenta de que no estoy...

El moreno esbozó una ligera sonrisa mirando el suelo y Sehun con un compasivo suspiró se levantó sin antes coger su prenda interior para colocársela. – Sé que cuando se trata de ti te gusta hablar en privado.

- Me conoces bien, Hun. –al levantarse indicó suavemente con su cabeza que fueran a conversar al segundo piso y el rubio no tuvo problema en eso, le siguió desde atrás rascando su nuca mientras se le escapaba un ligero bostezo a esa hora de la mañana.

Tenía más que claro el tema que JongIn quería entablar con él y al menos debía ayudarle a recordar lo que pasó exactamente porque solo eso podía hacer. Ayudarle a que ChanYeol lo perdonase no estaba al alcance de sus manos.

Tomó asiento en la cama mientras su hermano caminaba de un lado a otro por el dormitorio viendo cómo sacar las palabras de su cabeza hasta que finalmente dejó salir todo.

- Dime, ¿la jodí?

- Bastante, hermanito. –sonrió el menor sin dejar de verlo.

Crimen de sombras © ; kaiyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora