Capítulo 47.

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Cartas de JongIn

No sé cuántos días llevo aquí, o que hora es exactamente, la última vez que lo pregunté era de mañana y el sol ya se está poniendo del otro lado. Estoy sentando a unas cuantas sillas lejos de todo el resto y es que sus miradas me afectan más de la cuenta, sé que es mi culpa y ellos no han dejado de decirlo desde el accidente. Tu hermana está aquí, viene todas las tardes a saber de tu salud, y a mi aun me duele el golpe en la mejilla que me dejó hace unos días así que trato de alejarme cuando ella viene de visita. Sehun y los demás solo me hablan lo necesario, me traen comida o algo de ropa, desde ese día cuando me llamaron del hospital informándome de lo que ocurría no he ido a casa, no he dormido en una cama y me la paso comiendo sándwich de un envoltorio de plástico de la cafetería, Luke dice que no está tan mal después de todo.

¿Sobre tu accidente? No creo estar preparado para escribirlo, aun me cuesta aceptar que no puedes respirar por si solo, y todas esas mangueras que tienes conectadas me erizan la piel, pero te he visto todos los días, antes de que se acabe el horario de visitas es mi turno para verte, pues todos los demás pasan durante el día. Ellos comprenden mi sufrir, pero más me odian por lo que te he hecho, incluso yo me estoy odiando en este momento.

...

Claire se acercó a mí, creo que su esposo la ha obligado a disculparse, pero no encuentro razón para eso, lo merecía, tu eres su hermano y te hice sufrir, te hice cambiar tu vida y si ahora estás en un coma indefinido es mi culpa también, así que ese golpe estuvo bien para mí. Sehun también me ha hablado antes de ponerme a escribir otra vez, se nota muy preocupado de ti y a la vez debe andar de un hospital en otro junto a Ethan porque su madre al parecer ha empeorado y es inevitable el final, así que lo aires están tensos, por lo que no hablo más allá de lo necesario. Él volvió a mencionar que intentó detenerte y que si se hubiera esforzado para alcanzarte tú no hubieras chocado, entiendo su culpa, pero no quiero se sienta así, prefiero ser yo quien lo asuma todo.

...

Acabo de salir, tu habitación para tu gusto es muy blanca, pero más sé que no te gustan estos ambientes por lo que debes sentirte un tanto incómodo. Me topé con el doctor en el pasillo, quise preguntar por tu recuperación, si cabía la posibilidad de que pudieras despertar más rápido, pero algo me alejaba de estar tan positivo, pues la medicina no es algo que funcione con milagros. Dijo que habrá que seguir esperando a que tus pulmones puedan volver a su función... cierto, aun no lo escribo... en el accidente... no, lo siento, no soy capaz.

Está amaneciendo y el hospital es muy frío a esta hora, ya sea su ambiente o el silencio que beneficia mis miedos y me lleva a pensar en un trágico final. He tenido esa pesadilla otra vez, me he convencido de que no será un deja vú, pero cada vez luce ser más real y estoy cansado, amor (si me permites aun poder decirte así) quisiera no haber dejado que la situación escapara de mis manos y siento toda la responsabilidad en mis hombros. Lo único que me queda por hacer es pasar día y noche aquí velando porque abras tus ojos y vuelvas a sonreír, que respires sin necesidad de que estés conectado a esa máquina... dios, te extraño tanto.

Han pasado unas horas y ya son las nueve de la mañana. Luke ha llegado más temprano de lo habitual y ha comprado café y el mismo sándwich de envoltorio plástico. Nos sentamos en la cafetería, y yo estaba como siempre, sin dar mucha conversación respecto a lo que sucedía o a cualquier otra cosa que él me hablara, siendo sincero mis ánimos no mezclaban en absoluto para seguir aquella charla.

Me contó de tu vida en la universidad, lo escuché en silencio mientras imaginaba como te veías de estudiante, por dentro sonreía muchísimo, aunque no pudiese demostrarlo, y además Luke este día trajo aquellas fotos que mencionó unos días antes. Tu en el club de futbol, tu en la biblioteca, tu en la cafetería, tu en la licenciatura juntos a tus padres, por fin los conocía. Me preguntarás que fue lo primero que pensé, y en realidad, tienes los encantos de tu madre, la sonrisa y el carisma que se ve a lo lejos, de tu padre tienes aquel lado serio y severo que sueles presentar cuando acaban de conocerte, tienes su estatura y tu rostro es una linda combinación de los dos. Te pareces muchísimo, más si lo tres sonríen como en esta foto.

Crimen de sombras © ; kaiyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora