Crimen de sombras © ; kaiyeol

Capítulo 41.

           

Recordó ese día como sinónimo de batalla, que no volvería a escapar de esa forma y que sus lágrimas serían el resultado de una guerra ganada. Que se volvería más fuerte y ya no iba a huir de los problemas que azotaban con entran constantemente a su vida, estaría preparado para cuando tenga que darle la cara al señor Kim y el socio del norte, el señor Abott, se juró así mismo que le iba a demostrar a JongIn de que lo que estaba dispuesto a hacer por él, de lo capaz que podía aceptar un cambio abrupto con tal de no verse menospreciado por nada.

Se montó en su Yamaha esa mañana, las cosas estaban cambiando no solo para él, sus más cercanos se alejaban e incluso su hermana ya no estaba realmente en su vida, ni sus familiares, ni sus padres... Estaba solo en esto y que por fin lo comprendió, nunca debió esperar que alguien se mantuviera con él, porque ni siquiera JongIn puede en estos momentos, está tratando de salvarse el pellejo solo y lo entendía, ChanYeol por fin entendió que la vida te pone a prueba no para saber si cuentas con gente a tu lado, si no para hacerte notar en si puedes pelear solo por tu vida, y mientras emprendía el corto viaje por la carretera en ese día nublado estaba seguro de que volver atrás, desde la decisión que había tomado era casi imposible, el ChanYeol que alguna vez vio a través del espejo desapareció cuando huyó de lo que no podía soportar, cuando se vio acabado lleno de lágrimas amenazadoras sintiendo que era un total cobarde. Que debió quedarse ahí con él, que JongIn no se la iba a poder solo.

— Has llegado tarde —estaba terminando de preparar el enteramiento cuando sintió el ruido de la motora acercarse. El lugar estaba a kilómetros del vasto chillido de la ciudad, y la carretera por la que se llegaba había sido abandonada tiempo atrás cuando pavimentaron el cruce principal a unas cuantas hectáreas más allá. Ya nadie venía por ahí—. ¿Has escuchado la radio? Las acciones de papá subieron increíblemente cuando se hizo público.

— No me sorprende, luego de que hayan decidido unir las empresas todos apuntan al caballo mejor pagado — soltó el alto quitándose el casco dejándolo sobre su moto. Sehun no tuvo tiempo de continuar cuando ChanYeol siguió hablando—: Veremos cuanto les dura.

Y es que estaba realmente decidido. El tiempo se le pasó por las manos hace más de un mes, estaba dejando que todo eso del matrimonio sucediera como si nadie iba a interponerse y que estaba ideando atacar cuando menos lo esperaban, no era propio de él, pero si lo pensaba mejor, ya perdió a quienes más amó y no pudo hacer nada por detenerlo, fue un accidente, ahora que sabía todo y tenía la cabeza para pelear no podía ponerse a llorarle a JongIn, él debía de hacer algo también.

— ¿Saboteaste la bolsa de comercio? —inquirió Sehun—, ¿enserio lo hiciste? Te estas echando al gobierno solo por esto.

— ¿Acaso no confías en lo que soy capaz? —ChanYeol sonrió escéptico—. Cambié las cifras solo un tanto, habilité la base de datos para que fuera cambiando de forma automática, yo no hice nada más.

— Han incrementado sus acciones en lo que no pudieron en años, y juran que es por la alineación de las sociedades.

— Si bueno, es un punto a favor que sigan creyendo eso —sopló pasando la venda blanca por sus manos cubriendo los nudillos, palmas, y lo que pudiera doler—, está mañana dejé cargando la cuenta bancaria de tu padre ¿le gusta jugar sucio? Vale, no sabe con quién se metió.

Sehun vía el cambio repentino que tuvo el pelirrojo no podía creer lo que estaba haciendo tras la computadora, jugaba con las cifras en la bolsa de comercio del país, estaba dejando en quiebra a las dos empresas haciéndole creer que sus ganancias habían reventado con la venta de acciones, pero era todo lo contrario, y además, de no ser poco lo que logró, ahora estaba vaciando los fondos bancarios que tenía el señor Kim traspasándolos a diferentes tipos de cuentas, todas creadas por él, para disminuir las sospechas del robo, cada cuenta destinada en instituciones financieras diferentes, posteriormente venía la transferencia para los implementos, costeó nuevos computadores y sistemas de sabotaje, compró a través del mercado negro cantidades de base de datos del gobierno para impedir ser descubierto y borró toda la información referente a los cambios instituidos en el régimen. Lo había planeado todo perfectamente bien y a JongIn no se lo había contado.