-Nos vemos el sábado- dijo Brooklyn cuando estaba saliendo del café.
-Hasta el sábado.
Con esas tres palabras contesté el saludo de Brooklyn y me fui. Todavía me encontraba confundida y un poco aturdida. Las últimas tres horas no fueron para nada como las esperaba. Aún estaba procesando la información que acababa de obtener, ya que no era fácil concentrarse con él y sus sonrisas al rededor.
Easton Hayes. 24 años. Dedica sus días a... ¿Leer? No. Dijo que le gustaban los libros y las buenas historias, pero de ahí a que dedique sus días a leer, no. Y así es como surge una nueva incógnita. ¿De que trabajara? Capaz que no lo hace. También está la opción de que no haya estudiado nada después de graduarse de la secundaría. Si es así, ¿cómo se mantiene? Puede ser que viva a costa de los padres, muchos hacen eso hoy en día...
Me sorprendí al escuchar una voz masculina decir mi nombre. Miré al costado y allí estaba parado Matt igual que siempre, con su traje impecable, listo para recibir y despedir a todos los residentes del edifico. Dirigí mi mirada hacia arriba y me sorprendí al darme cuenta que había llegado a mi casa. ¿En qué momento el viaje se hizo tan corto que no me di cuenta? No sé, pero ahora que había llegado, lo único que quería hacer era entrar a mi departamento y descansar.
Al entrar, dejé todas mis cosas en sus lugares habituales, y entre directamente al baño. Quería una ducha caliente para logran entrar en calor. Al salir, me puse mi pijama favorito, con un buzo bien abrigado, medias y pantuflas, y fui hacia la cocina a preparar una sopa para cenar.
Cuando comencé a sacar las cosas que iba a necesitar de los muebles, me di cuenta de que hacían falta bastantes cosas, y que por consecuente, al otro día a la mañana, debería ir al supermercado. Terminé de preparar la sopa y me dirigí al sillón a ver un rato la tele mientras cenaba.
Sabía que no le iba a prestar mucha atención al televisor, siempre hago lo mismo, pero no creí que me iba a distraer tan rápido. Me sorprendió que, al primer bocado, ya me encontraba pensando nuevamente en él, en Easton. ¿Le gustara la sopa?
¡Dios! No puedo ser tan tonta, la pregunta tendría que ser ¿cuál será su comida favorita, o qué tipo de comidas le gustara?, pero no, estoy pensando si le gusta la sopa. Aunque, lo más importante de todo es ¿por qué estoy pensando en él y en qué le gusta comer? Es solo un chico que me cruce en la feria y hoy en el café. No tiene nada de especial. No es como si el destino hubiese hecho que nuestros caminos se cruzaran o algo por el estilo, eso ya es mucha ficción para mi vida, tengo suficiente con la que leo en el trabajo, lo que me recuerda que debería terminar con ese manuscrito que estaba corrigiendo, así el lunes ya puedo comenzar con el nuevo proyecto.
Si analizo bien la situación, una persona normal, un sábado por la noche, por más que adore su trabajo, no creo que se pusiera a adelantar nada, pero justo ahora, esa generalización no aplica a mí, ya que estoy buscando de una forma desesperada alguna escusa para poder sacar a Easton Hayes de mi cabeza.
Me desperté sobresaltada cuando mi cabeza calló hacia un costado. Tardé unos segundos en darme cuenta de que, la noche anterior, me había quedado dormida en el sillón mientras terminaba con el manuscrito. Me estiré, para luego levantarme y dirigirme a la cocina a desayunar.
Alrededor de las 12 del medio día, salí y fui al supermercado. En el camino fui distraída, como siempre, sumergida en mis pensamientos, cuando de repente vi a un chico. Estaba parado de espaldas comprando algo en un kiosco. Con ese pelo castaño que tanto me llamaba la atención tocar. Si en dos días nos encontramos dos veces, ¿por qué no pueden ser tres veces en tres días?
Esa fue una de las preguntas de las que la vocecita de mi cabeza ama responder, y como buena esperanzadora me contestó "porque estarías alucinando y ya sería raro."
Seguí con mi camino, y al pasarle por al lado, el justo se dio vuelta y chocamos. Uno pensaría que se nos está haciendo costumbre, pero no, no es así. Contuve la respiración por unos segundos hasta que alcé la vista y vi sus ojos marrones y su rostro serio. Me corrió a un lado antes de poner mala cara e irse caminando. No le costaba nada decir perdón, él me había chocado a mí.
¿Este vendría a ser el punto en el que debo empezar a preocuparme o todavía no llegó y se pone peor? ¿Se supone que el que me lo empiece a imaginar en lugares en los que no está y el que deba buscar cosas para entretenerme y no pensar en él es normal?
La única respuesta que tenía en ese momento para todas las interrogantes que pasaban por mi cabeza era que debía encontrar una forma para poder dejar de pensar en Easton.
Nuevo capítulo recién escrito!! Espero que les guste y no se olviden de votar y dejar sus comentarios de qué les parece hasta ahora! Voy a ver si puedo escribir otro ahora, si no puedo lo subo mañana. Gracias.
DreamGirl3398
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Afraid to love
Romance"Por miedo a llorar después, perdemos la voluntad de sonreír ahora." Paulo Coelho. Ella estaba asustada del amor. Eso la aterraba entonces lo empujó a él fuera de su vida. No era miedo a enamorarse. Era miedo a hacerlo de la persona incorrecta. Es...