Capitulo 11:

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Hacía mucho frío. Había comenzado a nevar. Por la calle no pasaba ni el colectivo, ni un taxi, ni nada. Apenas eran las 6 pm y ya estaba todo desolado. Crucé mis brazos sobre mi pecho y me apretujé intentando mantener un poco más el calor. Tenía frío y no quería caminar hasta casa pero, por otro lado, tampoco me iba a quedar ahí parada congelándome. Resignada comencé a caminar por la vereda hasta que, de repente, escuché unos pasos rápidos siguiéndome. Escuché mi nombre y volteé de golpe, asustada.

-Emma, espera!- dijo un poco agitado.

-¿Lance?- pregunté confundida.

-Si- respondió con una sonrisa matadora- ¿Qué haces caminando acá afuera con este tiempo?

-Ah, sí! Me estaba yendo a casa- dije señalando en la dirección a la que iba.

-¿A casa? ¿Caminando? ¿Con este clima?- dijo señalando el cielo.

-Si?- conteste en forma de pregunta pensando que había dicho mal- No pasa ningún colectivo ni taxi, y no quiero congelarme mientras espero.

-No! Vení, te llevo yo- dijo extendiendo su mano para que la tome.

-Dudé unos segundos y luego la tomé- Esta bien. Gracias- le mostré una sonrisa agradecida.

-Vamos.

Lo seguí hasta un lujoso auto negro, el cual, Lance, se encargó de abrir la puerta del copiloto para mí. Lance, Lance Hamilton, era mi compañero de trabajo, nada más que a diferencia mía, el estaba en el área de administración. Parecía un buen chico y era lindo, pero era como el típico chico soñado por la mayoría, rubio, ojos azules como el océano, flaco, alto y bien trabajado, enserio que tenía un buen físico, y, justo yo, estaba en su auto.

-Bueno, llegamos- dijo mientras estacionaba en la puerta de mi edificio.

-Gracias por traerme, no era necesario- dije antes de bajar.

-No hay problema, si algún día necesitas un aventón, no dudes en decirme.

-Está bien, muchas gracias- dije y bajé lo antes que pude. Ya estaba por ponerme roja.

Cuando entré en mi departamento ya eran las 7 pm. Me aventuré hacia el baño, para darme una ducha, así luego me preparaba para salir con Easton. Me puse unos jeans oscuros con mis botas (Me tocaba dejar las converse, hacia frío) y arriba una camiseta negra con mi camisa a cuadros, roja azul y blanca, y la campera de cuero negra. Iba desabrigada para estar caminando al aire libre pero, como íbamos a un restaurante, no me preocupe tanto por ello. Dejé mi pelo suelto y me apliqué un poco de maquillaje. Terminé de preparar mi bolso y, cuando iba en busca de un pañuelo para el cuello, el timbre sonó. Me apresuré a tomar lo que me faltaba y salí.

Easton se veía increíble como siempre. Llevaba unos jeans con un pulóver gris y una campera negra. Obvio, para mi envidia, en los pies tenía unas confortables converse. Mire sus pies y reí.

-¿Qué sucede?- preguntó sonriendo confundido

-Nada- moví mi mano restándole importancia- ¿Vamos?

-Claro!- dijo tomando mi mano.

Bueno, ¿Recuerdan cuando me vestí? Dije que optaba por esto porque íbamos a estar adentro pero, una variante que no consideré fue la de cómo llegaríamos al restaurante, y justo ahora, tenía la respuesta ante mí.

-Tomá, lo vas a necesitar- dijo mientras extendía su mano hacia mí.

-¿Vamos a ir en eso?- dije señalando donde Easton acababa de sentarse.

-Sí, ¿Qué tiene de malo?

-Nada, pero, como creí que iríamos en auto, vine desabrigada- dije mirando mi ropa- Ni se me cruzó por la cabeza pensar que iríamos en moto.

-Ah, ya veo.

- Si me esperas cinco minutos voy arriba y me cambio- dije comenzando a retroceder.

-No, me gusta como estas vestida, tomá- dijo y me tendió su campera.

-Pero te vas a congelar! No me cuesta nada subir y cambiarme- dije al momento que mis mejillas empezaban a teñirse de rojo con solo pensar en usar su campera.

-Por favor, insisto- dijo con una mirada dulce y cedí- Te ayudo- dijo tomando mi mano para subir- Ahora, agárrate- dijo y esa fue la mejor parte.

Easton tomó mis manos y las pasó al rededor de su cintura. Su pecho se sentía duro y fibroso, y yo creí estar alucinando, de nuevo. Arrancó y comenzó a tomar velocidad. A medida que esta aumentaba, yo me pegaba más a él. Nunca me había subido a una moto, pero se veía que él era prudente al conducirla, y la sensación me encantó. Estaba abrazada a él y mi cabeza asomaba por su hombro, podía sentir el viento corriendo por mi cara y alborotándome el cabello. Para la próxima vez optaría por recogerme el pelo, después de esto tendré unos nudos impresionantes.

Bajamos en la puerta del restaurante y, en ese momento, me agarraron todos los nervios que no había sentido hasta ese momento, y no sabía qué hacer para solucionarlo.




Perdón por no haber subido en tanto tiempo. Mañana intento subir más. No se olviden de dejar en los comentarios que les parece! Gracias!!


DreamGirl3398

Afraid to loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora