Capítulo 11

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-entonces, eso es todo por hoy, gracias de nuevo Louis- dijo el detective que tenía en frente con una radiante sonrisa, ahora era él quien portaba el maletín que contenía drogas

-gracias a ti- contestó el castaño, giró sobre sus talones dando media vuelta en dirección a casa de Zayn, con una gran sonrisa de satisfacción, había logrado lo que quería, quizá más, mucho más.

Podía saborear la victoria, y añoraba el momento en el que pudiera caminar nuevamente por las calles de Bisley y si si podía lograrlo, de Londres, volver al negocio con su jefe y la mansión a la cual estaba acostumbrado a vivir, a ir de fiesta en fiesta, como solía hacerlo

***

-¿Qué pasará si despierta? - ambos sabían que aún no era el momento de que ella lo supiera

-no lo hará - aseguró el moreno

-¿Cómo estás tan seguro? -

-le he dado el día libre y dejé pastillas para dormir en su habitación, así podremos hablar tranquilamente -

-quiero saber cada maldito secreto que me ocultas, hijo de puta- Zayn soltó una risita, le parecía gracioso ver tan alterado a su amigo rubio

-tranquilo Niall, toma asiento - le dijo señalando la silla de la cocina, Niall obedeció h el moreno imitó su acción, sentándose en frente de él

-habla-

-el plan es este, Liam le dio información valiosa a Elizabeth, usaremos los juegos como una distracción, fingiremos que estaremos en ellos, cuando nos dejen solos nos veremos en el cuarto del conserje, una vez ahí saldremos por la puerta secreta... -

El rubio se llevó la mano izquierda a la barbilla y meditó el plan del moreno en silencio por unos instantes

-¿Cómo vamos a llegar a la puerta del conserje sin ser descubiertos? - preguntó rompiendo el silencio

-eso tienen que hacerlo cada quién por su cuenta-

-aún así hay una pequeña falla en tú plan-

-¿Cuál es? -

-no sabemos en dónde se encuentra la puerta, está en el cuarto del conserje pero... ¿En qué parte exactamente? - una sonrisa malévola se asomó en las facciones del moreno

-de eso se encarga Louis... -

***

Era yo... Estaba caminando directo a la prisión, pero algo me detiene, son esos ojos inocentes, esos ojos llenos de alegría y sueños, esos ojos que han perdido la vida y sólo se puede notar el pánico recorrer sus venas, esos bracitos pequeños y delgados, pálidos cual porcelana.

Y no me doy uenta de que es ella hasta que estoy completamente dentro de la prisión, es mi hermana, mi pequeña hermana y no sé que hace aquí, corro hacia ella, pero cuando estoy a punto de abrazarla y llevarla conmigo lejos de este lugar, un oficial se encarga de arrastrarla lejos de mí.

La lleva a una mesa y es colocada e el centro, es despojada de su blusa para luego ser azotada con un látigo, miro la escena con horror y muerdo mi labio inferior para ahogar un grito, mi mente se paraliza y sólo hay un pensamiento que se asoma con claridad: "tengo qur salvarla"

Y entonces, justo cuando estoy apunto de correr hacia ella mis ojos se abren, y me encuentro nuevamente en mi habitación, un escalofrío me recorre y me doy cuenta de que por mi espalda y frente resbalan gotas de sudor frío, suelto un suspiro de frustración y recorro el lugar con la mirada, intentando que mi respiración se coordine nuevamente

Mi mirada se posa en las pastillas para dormir que Zayn me ha dejado horas atrás y me maldigo por haberlas tomado, me levanto de la cama con las piernas y brazos temblorosos, la pesadilla fue tan real que me toma unos instantes regresar a la realidad

Tomo las pastillas y las arrojo al cesto de basura para luego sentarme en la cama unos instantes para intentar tranquilizarme, llego a la conclusión de que necesito una distracción para olvidar los gritos de mi pequeña hermana que parecían ser reales, abro la puerta de mi habitación y bajo las escaleras una por una, aún con mis manos y pies temblorosos

Camino hasta la puerta de la entrada, sintiendo que poco a poco piso la realidad nuevamente, tomo mi abrigo y cuando tomo la perilla dispuesta a girarla una voz madculina me detiene

-¿A dónde vas? - pregunta, y enseguida reconozco esa voz

-sólo voy a dar un paseo- digo dispuesta a girar la perilla y salir a la fría y obscura noche

-¿A las 3.00 am? - pregunta un poco sorprendido, pues no es la hora adecuada para salir a dar un paseo y mucho menos si te encuentras en una prisión

Asentí sin si quiera girarme para encararlo

-es peligroso... - continuó el rubio

-no hay lugar seguro en esta prisión -

-si sales, es como caminar directo hacia la muerte... ¿No puedes dormir? - negué con la cabeza, aún dándole la espalda

-si te sirve de consuelo, tampoco puedo dormir- me giré sobre mis talones y lo vi ahí inmóvil, mirándome con esos ojos hermosos de color azul cielo

-¿Puedo unirme a tú paseo nocturno?- asentí en cuanto terminó de formular la pregunta y no pude evitar que una sonrisa se dibujara en mis labios

Coldingley PrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora