Narra Anya:
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.Cerré la puerta de mi habitación y, siguiendo el consejo de mi amiga, decidí que un baño era justo lo que necesitaba en ese momento.
La habitación en la que me encontraba era tres veces más grande que la mía, con una decoración barroca que parecía susurrar historias del pasado. Muebles elegantes y una cama.Al fondo, una puerta me guiaba al baño. Y no podía ignorar el balcón, con cortinas de seda que danzaban suavemente, desde donde se desplegaba una vista impresionante de Berlín; luces titilantes que parecían estrellas caídas.
Quizás exageré un poco, pero la habitación era realmente hermosa. Saqué un pijama celeste, listo para cambiarme después del baño. Al entrar en la ducha, las gotas caían sobre mí, lavando mis preocupaciones. A pesar del alcohol en mis venas, me sentía capaz de manejarlo... siempre y cuando papi no se enterara.
Salí de la ducha sintiéndome renovada y me cambié. Reflexioné sobre lo bonito que había sido el día, lleno de risas y momentos con mis personas favoritas. Me divertí tanto que deseaba poder pasar más tiempo con ellos antes de que comenzaran las clases en una semana.
Este es mi último año en la academia y solo espero seguir compartiendo lo que queda de mi vida con ellos. No hay nada más hermoso que vivir rodeada de quienes amas; en su compañía he encontrado la verdadera felicidad.
Salí del baño, me sequé bien y me dirigí al balcón. Donde sea que vaya, nunca olvidaré a mis amigos, incluyendo a Lunis.
-¡Hola, Lunis! -exclamé- Afuera hay un aire fresco que se siente genial. Hoy es el cumpleaños de Becky y la pasé increíble.
¡Probé alcohol! Creo que me estoy volviendo un poco rebelde, jeje. Ha sido un gran día, aunque solo pensar que en una semana volvemos a la "cárcel" me da un poco de tristeza.Su silencio siempre fue su respuesta, pero sé que puede parecer tonto hablarle a una luna. Lo que muchos no entienden es que me alegra sentirme escuchada y comprendida.
Ella siempre ha estado y estará para mí; por eso es mi amiga más íntima, quien guarda todos mis secretos con confianza. Estoy segura de que los protegerá bien.Estaba tan sumergida en mis pensamientos que ni siquiera escuché cuando tocaron la puerta de mi habitación.
(¿Quién me visitará a las tres de la mañana?)
-¡Ya voy! -grité suavemente mientras me acercaba a la puerta.
Al abrir, me encontré con Damian, abrazando una almohada y vistiendo un pijama igual al mío, pero de chico. Me miraba nervioso.
-Hola, Damian. ¿Qué haces aquí a esta hora? -le pregunté, curiosa por saber qué buscaba de mí en medio de la noche.
-Quería verte.
-¿A mí? Pero deberías estar durmiendo. Mañana pasarás todo el día conmigo.
-Sí, es cierto. Pero... te extraño. -susurró tan bajo que apenas lo escuché, y un notable sonrojo se instaló en mis mejillas.
-Yo también te extraño, rarito. Pero, ¿por qué trajiste una almohada?
-Es vergonzosa la razón. -dijo mientras apretaba la almohada contra su vientre.
-Dímelo, no te juzgaré. -le aseguré con una sonrisa.
-Quiero tener... una pelea de almohadas...(Si, Damian, claro. La próxima vez inventa una excusa mejor para verla tonto)- Habló dulcemente y eso logró sacarme una sonrisa.
-¿Acaso Damian Desmond quiere tener una batalla campal de almohadas conmigo? -pregunté divertida. Asintió y me eché a reír en voz baja.- ¿En serio?
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Déjame sanar tu corazón~
Romance"El amor nos impulsa a superar nuestros límites" Una frase Muchos significados Significados que descubrirás en esta historia... En un rincón del mundo, dos jóvenes, Damian Desmond y Anya Forger, estaban destinados a encontrarse. Damian, un chico bri...