Capítulo 18. Confesiones

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Pasé el salón y llegué a la entrada, dónde un circulo de chicos tenía una botella de vodka y jugaban verdad ó reto, me acerqué a ellos y tomé la botella; noté que uno iba a protestar, pero, me acerqué con iniciativas de darle un golpe y se retractó.

Salí de la casa con lágrimas cayendo por mis mejillas, abrí la botella, llevándola rápido a mis labios y tomando un gran trago, sentía mi garganta arder, pero, molestaba más el dolor en mi pecho.

Me fui alejando de la casa, haciendo que la música se escuchase cada vez más baja. Caminé unas cuadras sin saber a dónde iba. Es increíble que no he ido a ningún lugar además de la playa. El único trayecto que conozco es el de la preparatoria a casa.

La calle estaba totalmente vacía y en silencio, lo único que la alumbraba era la tenue luz amarilla de una farola. Miré la hora y eran las 11:47 pm.

Perfecto.

No sé dónde estoy, no pasarán taxis y no tengo saldo.

Mis mejillas estaban húmedas y mis pies dolían debido a los tacos altos, miré la botella y le quedaba sólo un cuarto. Me paré debajo la farola y no tardó mucho en aparecer las lágrimas de nuevo.
Estiré mi cabello con frustración y sequé las lágrimas de mala gana.
Ésto no podría ser más tétrico; me refiero a que una chica, prácticamente ebria, sola en una calle vacía y oscura, dónde pueden llevarla sin que nadie se entere, ¡Es como si tuviera un cartel neón de Violadores vengan aquí!
Como si me hubiesen leído la mente, una voz grave me sobresaltó.

-¿Qué haces aquí?- preguntó con el ceño fruncido-

-Dios, Charlie. Casi me matas de un susto- bajé la mirada al suelo-

-Agradece que sea yo y no un vagabundo morboso.

-En realidad, estaba pensando justamente en eso- solté una risa seca-

-Ven, volvamos- se acercó e iba a tomarme por la muñeca, pero, di un paso atrás-.

-No... Me siento bien aquí- volví mi mirada al suelo-

-Claro, hasta que vengan y te secuestren- me tomó de la muñeca-. Vámonos ya.

-¡No!- me zafé de su agarre. Él me miraba atónito-. No voy a volver. No quiero verlo.

-¿A quién?- se estaba molestando-

-Nada- negué con la cabeza-. No importa.

-Maldición, Grace. Debemos irnos, es muy peligroso estar aquí a éstas horas.

-¿Por qué no me dejas morir aquí y ya?- levanté una ceja y llevé la botella a mi boca, la cual fue sacada y arrojada al suelo- ¡Oye!

-¿Qué sucede? ¿A quién no quieres ver? Ya que es el culpable de que te estés comportando como una corta venas.

-¡A Logan! Maldición. No quiero ver a Logan- no faltó más para que comenzara a llorar-

-¿Que te hizo?- dijo compasivo y preocupado-

-Lo que yo le dije- me miró con el ceño fruncido-. Sé que es incoherente y no debería molestarme con él, es mas, debería estar contenta por él; pero, soy estúpida. Ése es el problema: Soy estúpida- desvié la mirada y asentí-

-No lo eres- se acercó y arregló un mechón detrás de mi oreja-. Lo que necesito es que me expliques ¿Qué hizo Logan?

-Habló con Lily- dije en un murmullo-

-¿Ablonlili?- solté una risa-

-Habló con Lily- dije más alto-

-¿Y no querías eso? Me refiero a que, hiciste el plan y todo- cerré mis ojos y asentí-

-A eso me refiero. Planeé todo para que estuvieran juntos y ahora que los veo... Duele- bajé mi cabeza-

-Un momento...- alzó mi cara para quedar frente a él, y fue cuándo me di cuenta que estábamos muy cerca-. ¿Te gusta Logan?

Mi respiración se trabó y me quedé viendo a sus ojos, sin que pudiera decir algo; mordí mi mejilla internamente, nerviosa, y él lo notó. Se separó un poco de mí y desvió la mirada, llevándose una mano al mentón.

Claramente, sabía la respuesta.
No me digas.
Tú, callate.

-Y entonces... Si te gusta, ¿Por qué todo eso del plan?- me miró sin comprender-

-Porque sé que a él le gusta ella y es un gran chico, Lily podría enamorarse de él sin problema... Y, creo que lo mejor fue apartar mis sentimientos y hacer como si nada pasara.

-¿Eres tonta?- exclamó moviendo sus manos-. Debes hablar con Logan ¡Ahora!- me tomó del brazo y giró-

-¿Qué? ¿Para qué? Está demasiado entretenido con Lily, además, no siente nada por mí- traté de salir de su agarre pero me fue imposible-

-Además de tonta, ciega- murmuró. Espera, ¿Qué?- Logan está loco por ti.

-¡Ja! Claro- seguía intentando escapar-. ¿Para qué lo intentas? Nunca va a confesar algo que no es cierto.

-¡Deja de ser terca y vamos!

-¿Para qué insistes tanto?- grité ya exasperada-

Se frenó en seco, aumentando su agarre, noté como tomó una bocanada de aire y se giró para gritarme.

-¡Porque me gustas, joder!

Me quedé atónita; mirándole con los ojos abiertos y mi boca entreabierta, dispuesta a contestar a lo que dijese.
Pero no tengo respuesta para ésto.
Él se quedó paralizado, con el ceño un poco fruncido y respiraba con algo de dificultad.
Es como si se hubiese sacado un gran peso de encima.

Estuvimos así por largos segundos, él me miraba serio, como si estuviese recapacitando e insultándose por lo que había dicho. Trataba de desviar la mirada, pero sus malditos ojos cafés no me lo permitían, era como si me hubiese enganchado en un transe.

De un rápido movimiento, tomó mi cintura y me acercó a él, juntando nuestros labios en un beso.
No le seguí, en todo el beso me había quedado quieta, con mis ojos abiertos; tratando de asimilar lo que estaba pasando.
Se separó de mí, y tan imbécil soy, que aún seguía con mis ojos abiertos pensando qué hacer.
Bajó su mirada, retractándose de lo que había hecho; cuando estaba dispuesto a irse, un impulso salió desde el fondo de mi pecho (Tal vez haya sido el alcohol, pero, no arruinaré el momento), le tomé de el cuello de su camisa, estampando nuestros labios en un buen beso.

Invierno en CaliforniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora