Capítulo 22. ¿Qué me está pasando?

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POV Grace.

Mi respiración quedó atascada en el trayecto hacia mis pulmones y mi corazón latía tan rápido, que apuesto, a que no era saludable.
Y al parecer, no era la única.

Logan se veía igual de sorprendido e incómodo que yo.

Ninguno de los tres habló por unos minutos.
Él y yo nos mirábamos fijamente, y ya el silencio se volvía más incómodo de lo que era.
Podría decir que los minutos que pasamos mirándonos, casi ninguno pestañeó.

-Yo... Em. Supongo que debería irme- titubié-

Perfecto, Grace. Una genial forma de romper el hielo.

Empecé a caminar por el umbral de la puerta. Iba a salir de esa situación de una vez por todas, pero, una mano atrapó mi brazo, deteniéndome.
Giré mi cabeza para encontrarme con esos ojos marrones que me hipnotizaba.

-Yo te llevo- se ofreció. Sus ojos me transmitían que debíamos hablar-

-No es necesario- trataba de sonar calmada. Para no revelar que quería golpearlo hasta dejarle inconsciente-

-Tu casa queda un poco lejos, pagarás mucho en taxi. Además tengo el auto justo aquí- hizo un ademán con la cabeza a la calle-

Volteé a ver y bajé mis hombros rendida.
Estuve tan preocupada por el asunto de Charlie, que no me fijé que estaba allí.

-No tengo problema en llevarte- le miré de nuevo, y me sonrió dulcemente-

-Está bien- desvié la mirada-

No puedo negarme a sus ojos. Aún estoy molesta con él, pero, su mirada y su forma de hablarme, hace que me olvide de todo lo que está pasando en el exterior.

¿Qué está pasando conmigo?

Hace un par de meses era la chica ruda que molestaba a los chicos; y ahora, me he vuelto demasiado dulce.

Creo que ésto del amor no me sienta bien.

Le vi a Charlie a los ojos y me dedicó media sonrisa.

Estaba seguro de lo que sentía por Logan; y también que trató de ayudarme con él, estando enamorado de mí.
Me sentía culpable por el hecho de que no me guste.

-Adiós- le sonreí-

-Adiós- me imitó, e hizo un ademán con la mano-

Logan notó la tensión entre nosotros. Dejó de inspeccionar mi cara (Lo cual me estaba molestando), y se volvió a Charlie para hacer un ademán con la cabeza como despedida.

Caminé vacilante al auto, dejando a Logan atrás, aún en el porche; hablando con Charlie de algo que no pude escuchar.

Al oír la puerta cerrarse, Logan apareció a mi lado para abrirme la puerta como todo un caballero.
No tenía ánimos de seguirle el juego y entré de una vez.

El trayecto a casa fue silencioso. Ni siquiera encendió la radio para cantar.

Debido al ambiente, sabíamos que teníamos una conversación pendiente.

Al terminar el camino, miré la casa y apreté los labios.
No quería, no. No podía verle a los ojos.

Él apagó el motor y nos quedamos en silencio por un rato.

Al parecer, hoy es el día de los silencios incómodos.

-Y... ¿Fuiste a la fiesta?- decidió romper el silencio, sólo que ésta vez, volvió el ambiente más pesado-

-Si- dije casi en un susurro, asintiendo con la cabeza sin mirarle-

-No te vi allí- murmuró, sonaba arrepentido-

Volteé para enfrentarle y noté que tenía la vista clavada sus dedos, jugando con los mismos.
Levantó su vista a mí y sentí que mi estómago explotaba.

-¿Qué tal te fue? Charlie me comentó que hablaste con Lily- mentí y traté de sonar lo más calmada posible-

-Si- se encogió de hombros.

-¿Y...?-insistí con la mirada. De verdad quería saber qué tal le había ido-

-No es como lo esperaba- le restó importancia. Fruncí el ceño sin comprender-. No es la chica que esperaba. Ahora que la conocí, no me interesa mucho- desvió la vista y negó levemente con la cabeza-

-Estás diciendo, que ¿Ya no te gusta?- me acomodé en mi asiento, para quedarle de frente-

-No- hizo una mueca y ladeó la cabeza; para contestar con sencillez-

Una respuesta, una palabra, una sílaba, que hacían que me provocara saltar de alegría, y golpear el suelo con furia.

Descargué toda mi ira, golpeándole con los puños cerrados.
Escuchaba que me detuviera, pero, le hice caso omiso; hasta sentarme de nuevo con la respiración agitada.
Me veía con los ojos abiertos, recostado contra la puerta y sus brazos en una "X" sobre su pecho.

-¡Usé una falda para que salieras con esa chica!- le grité con los ojos cerrados-

Quería reír debido a la expresión de Logan.
Me dolía mantener mi cara "seria y enojada", queriendo partirme en carcajadas en ése momento.

-Y-yo... Lo siento- bajó la guardia un momento; al notar mi más mínimo movimiento, volvió a cubrirse-

-¿Lo siento?- dije irónica- ¡Ja! Me debes más que eso- le señalé, acusándole-

-¿Qué tal... Una tarde de comida chatarra y películas románticas malas?- alzó las cejas y sonrió de lado. Recordándome aquella tarde-

Me crucé de brazos sobre mi pecho y entrecerré los ojos, sólo para hacerle sufrir más.

-Bien- dije entre dientes-

Abrí la puerta del auto y salí de allí pisando fuerte el pavimento de la acera. Me paré en el portal y giré sobre mis talones, para encontrar a un Logan con cara de niño regañado.
Al encontrarse a mi lado, no contuve más la risa y exploté en carcajadas.

-¿Qué?

-Tu... Cara- dije entre risas al recordarle de nuevo-

-No es gracioso- se cruzó de brazos y miró fijamente a la puerta-

-Si lo es- pronuncié al terminar de calmarme, para poder introducir la llave en el cerrojo de la puerta-

En el momento que la puerta se abrió, los labios de Logan chocaron con mi mejilla, haciéndome quedar atónita en mi lugar sin mover algún músculo. Al separarlos, volteé mi cara para verle con los ojos casi saliendo de sus órbitas.

Sin saber nada más qué hacer, estampé mi puño contra su nariz, haciendole retroceder y llevar por reflejo su mano a la misma, adolorido.

Ésa si era yo.

Invierno en CaliforniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora