¿𝓐 𝓺𝓾𝓲𝓮𝓷 𝓹𝓻𝓮𝓯𝓲𝓮𝓻𝓮𝓼? -𝓙𝓚 ☯︎ [TERMINADO]

T2 - 9 장 🌓

Él está despierto.

Mi corazón se detiene el aire se vuelve denso, pesado. Irreal.

Sus dedos envuelven los míos con una fuerza débil, pero firme como si me estuviera reclamando incluso antes de decir una sola palabra.

Pero lo que más me aterra no es su toque, es su mirada.

Esta vacía. Perdida, diferente.

Se suponía que esto iba a pasar tarde o temprano, pero nunca imagine que sería así.

Parpadeaba un par de veces, como la luz le molestara, sus ojos me miran, oscuros y confusos.

Sus labios se entreabren, su respiración es irregular.

—Tú... —Su voz sale ronca, apenas como un susurro, como si su garganta llevara siglos sin usarse.

El impulso de soltar su mano es inmediato, pero mi cuerpo no obedece. No puedo moverme.

—¿Quién eres?

Un escalofrió me recorre el cuerpo. No reacciono de inmediato, solo me quedo ahí con su mano sosteniendo la mía.

Con su mirada clavada en la mía y la sensación de que todo acaba de cambiar.

No me recuerda.

Un ruido de pasos interrumpe el momento. Me aparto de golpe, mi piel está ardiendo donde él tocó. Su padre entra, acompañado de su gente y por primera vez en semanas, su expresión cambia.

En sus ojos hay algo que nunca había visto: una sombra de alivio.

El hombre se acerca y examina su rostro con una mirada calculadora. Como si su hijo fuera un bien que acaba de recuperar.

—Hijo... —Su voz es más baja de lo habitual.

Jungkook lo observa con la misma confusión con la que me vio a mí.

—¿Hijo...?

Su padre se congela.

El médico llega unos segundos después y comienza a examinarlo, haciendo preguntas que apenas puedo escuchar. Mi mente sigue atrapada en su mirada vacía.

—Ha despertado con amnesia postraumática. No sabemos si es permanente o temporal. Hay que monitorearlo.

El padre de él no responde de inmediato. Solo se queda allí, observándolo con una expresión tensa, como si analizara sus opciones.

Luego, sin mírame dice:

—Sigue con tu trabajo. Yo me encargaré de esto.

No es una petición.

Mientras me alejo de la habitación, siento su mirada en mi espalda. Él no sabe quién soy. No recuerda lo que hizo, no recuerda lo que “somos”.

Y no sé si eso es un alivio... o una amenaza esperando despertar.

Los días siguientes son un desastre.

La noticia de que ha despertado se esparce rápido, pero aún está débil, mientras tanto mi papel no cambia reviso documento, negocios, hago tratos, me muevo entre las sombras que el dejó vacías.

Sigo en su lugar, sigo cumpliendo órdenes.

Las semanas pasan y el sigue sin recordar, pero eso no lo hace menos peligroso.

Sigue siendo quien es, su instinto, su forma de moverse, la forma en la que las personas a su alrededor lo respetan o le temen. Solo que ahora, sin memoria, es más impredecible.