Pensé en volver con él, en varias ocasiones. No lo voy a negar.
A veces, el cuerpo recuerda lo que la mente quiere olvidar. Y eso pasa con él.
Había noches en las que el silencio era tan largo que su nombre aparecía sin permiso en mis pensamientos, como un eco débil de lo que una vez fue. Y cuando volvió, no lo hizo con reclamos, ni con gritos. Ni siquiera con un “¿Por qué me dejaste?”. No. Él apareció como una brisa silenciosa, sutil. Casi... delicado.
Y eso me hizo dudar.
No porque creyera en su redención… sino porque quería hacerlo.
Porque si hubiera venido con furia, con soberbia, con esa forma de romper todo lo que tocaba, habría sido más fácil rechazarlo.
Pero él llegó con algo peor, con calma.
Con esa calma suya que, cuando se impone, me desarma más que cualquier arrebato.
Me dejó espacio, como si entendiera que yo era quien debía tomar la decisión.
Después de nuestro último encuentro, pasó un día completo sin que lo viera.
Un día entero.
Y eso… eso sí me sorprendió.
Estaba acostumbrada a su presencia casi constante.
A sus ojos siguiéndome.
A su cuerpo ocupando el espacio que yo juré proteger.
Pero hay cosas que una mente entrenada puede bloquear.
Recuerdos. Palabras. Gritos.
Pero esa noche, la casa estaba quieta, las luces apagadas, y el mundo dormía… pero yo no.
Él estaba ahí, sentado en el sofá, con las piernas abiertas, los codos apoyados en las rodillas y las manos entrelazadas. Su cabeza agachada, como si llevara un peso invisible, como si llevara horas así.
Esperando.
Pensando.
Me observaba desde la penumbra. Mi respiración era tranquila, pero dentro de mí, todo era un caos contenido.
Lo miré sin hablar.
Él tampoco dijo nada al principio.
—Antes de atreverme a buscarte, lo pensé mucho.
Su voz fue apenas un murmullo, pero lo escuché como si lo hubiera gritado en medio del silencio.
Fruncí el ceño, caminé despacio hacia él y me detuve a unos pasos.
—¿Por qué? ¿Qué te detuvo? —pregunté sin querer sonar demasiado curiosa… aunque lo estaba.
Conociéndolo, pensé que vendría de inmediato, que no se detendría por nada una vez que los recuerdos volvieran.
Bajó la mirada, como si sus propias palabras le costaran.
Él se levantó, me miró. Sus ojos… ya no tenían la furia del hombre que me encerró en una isla. Tampoco la sed de control. Solo la culpa. Y el amor.
—Porque sabía que necesitabas espacio. Sabía que lo que hice te lastimó. —Se acercó un poco hacia mí —. Solo quiero que sepas que no volveré a ser ese hombre.
Mi corazón no se aceleró
No fue ese tipo de emoción.
Fue otra cosa.
—Me odié, por secuestrarte. Por tratarte como si fueras mía sin preguntarte si tú querías serlo —alzó la vista, y su mirada se hundió en la mía— Por hacerte pensar que no tenías elección. No quiero que sientas que estás conmigo porque no puedes escapar. Quiero que estés conmigo porque lo deseas. Porque lo elijes.
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¿𝓐 𝓺𝓾𝓲𝓮𝓷 𝓹𝓻𝓮𝓯𝓲𝓮𝓻𝓮𝓼? -𝓙𝓚 ☯︎ [TERMINADO]
Разное𝑇𝑒 𝑑𝑖 𝑙𝑜 𝑚𝑒𝑗𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑚𝑖, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑐𝑟𝑒𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑓𝑖𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑙𝑜 𝑝𝑒𝑜𝑟 𝑚𝑖. 𝐸𝑟𝑎𝑠 𝑚𝑖 𝑡𝑜𝑑𝑜, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑛𝑜 𝑡𝑒 𝑏𝑎𝑠𝑡𝑜... 𝑃𝑟𝑒𝑓𝑒𝑟𝑖𝑠𝑡𝑒 𝑏𝑢𝑠𝑐𝑎𝑟 𝑎 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑚𝑎𝑠. 𝐴ℎ𝑜𝑟𝑎 𝑐𝑎𝑟𝑖𝑛̃𝑜 𝑑𝑖𝑚...
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